<p>La historia del fascismo es tambi&eacute;n la historia del an&aacute;lisis te&oacute;rico del mismo. La aparici&oacute;n simult&aacute;nea de un fen&oacute;meno social nuevo de las tentativas efectuadas para comprenderlo es m&aacute;s sorprendente en el caso del fascismo que en cualquier otro ejemplo de la historia moderna. El &ldquo;shock&rdquo; que experimentaron los observadores atentos al proceso fue todav&iacute;a m&aacute;s fuerte en la medida en que esa sacudida de la historia vino acompa&ntilde;ada del ejercicio directo de la violencia f&iacute;sica sobre los individuos. Bruscamente, el destino hist&oacute;rico y el individual de millones de seres humanos se transformaron en una misma cosa. No s&oacute;lo sucumbieron los partidos pol&iacute;ticos, sino que la existencia f&iacute;sica de importantes grupos humanos se convirti&oacute; en un problema.</p>