<p>Una oleada de suicidios durante el año 2010 en la ciudad-fábrica de Foxconn, en Shenzhen, sacó a la luz las condiciones infrahumanas en las que vive y trabaja su plantilla laboral, formada en su mayoría por jóvenes y migrantes, llegados de diferentes regiones rurales de China.</p>
<p>Esta empresa es la mayor fabricante mundial de componentes electrónicos y da servicio a compañías como Apple, Amazon o Google. El cándido discurso de Silicon Valley —«el sentimiento de construir un mundo mejor gracias a la tecnología»— contrasta con las condiciones neoesclavistas que padecen las y los trabajadores de Foxconn, basadas en un taylorismo extremo y en una disciplina y vigilancia militarizadas, dentro y fuera de la cadena de montaje.</p>
<p>Este libro recoge los testimonios de Yang, un estudiante y obrero industrial; Tian Yu, trabajadora migrante que sobrevivió a un intento de suicidio; y Xu Lizhi, que antes de poner fin a sus días dejó escritas descarnadas poesías que nos adentran en las fauces del sistema de Foxconn. Estos poemas, como el resto de textos, cuestionan el beneficio tecnológico, desde ese «otro lado del mundo», en relación con el coste humano, ecológico y social que entraña.</p>
<p><em>«Hemos perdido el valor que nos corresponde como seres humanos y nos hemos convertido en una extensión de las máquinas, su apéndice, sí, su esclavo. Muchas veces pensaba que la máquina era mi amo y señor, cuyo cabello tenía que peinar como un esclavo.»</em></p>