-
<p>En 1995 un pequeño grupo de amigos y admiradores de Alfonso Sastre fundamos ASKE, Alfonso Sastre Kultur Elkartea, asociación que tiene el doble objetivo de, por un lado, potenciar y difundir la obra del escritor que le da aliento y nombre y, por otro, fomentar y desarrollar las manifestaciones de cultura crítica que tratan de abrirse paso en el seno de esta sociedad tan adocenada y conformista: Eva estaba allí. <br /> Cinco años antes, y con sede en Hondarribia, había sido creada la Editorial Hiru, en cuyos fondos figuran hoy varios centenares de títulos que van desde el teatro a la narrativa pasando por el ensayo o la crónica histórica, muchos de ellos trabajos imprescindibles que difícilmente habrían visto la luz si Hiru no los hubiera dado a conocer entre nosotros: Eva, al frente de tan magnífico proyecto, también <i>estaba allí</i>. <br /> En los años sesenta, la entonces naciente Revolución cubana necesitaba de todo el apoyo posible para darse a conocer, para ser contada, para ser explicada y entendida, para ser defendida: Eva estuvo allí, conviviendo con los campesinos de Sierra Maestra, y lo contó tanto en las páginas de su importantísimo libro <i>Los nuevos cubanos</i> como en muchas de sus intervenciones públicas, y defendió entonces y siguió defendiendo después, hasta el último de sus días, la lucha de un pueblo por su liberación, su dignidad y su independencia. <br /> En 2003, en Iraq se presagiaba la inminente y cruel invasión que luego hemos conocido bajo el nombre de Segunda Guerra del Golfo; era difícil evitarla, pero el pueblo iraquí merecía y necesitaba todo el apoyo que se le pudiera brindar: sí, Eva, que formando parte de un Comité Internacional ya había visitado aquel país en 1998 para dar cuenta de los desmanes de la coalición bélica liderada por los Estados Unidos en la Primera Guerra del Golfo, volvió a estar allí. <br /> En 1973, ETA hizo volar por los aires el vehículo oficial que conducía a Carrero Blanco, a la sazón Presidente de Gobierno y hombre fuerte del aparato franquista: era necesario explicar el cómo y el porqué de aquella acción de decisiva influencia en el devenir de los hechos políticos posteriores y Eva, desde su cercanía como fundadora en Madrid del Comité de Solidaridad con Euskadi, supo estar allí para hacerlo desde las páginas del imprescindible documento histórico que es el libro <i>Operación Ogro</i>, a su vez uno de sus más importantes trabajos literarios como escritora. <br /> En 1982, en Euskal Herria, se dieron los primeros pasos para constituir el grupo TAT, Torturaren Aurkako Taldea, con el objetivo de denunciar y combatir el aún vigente ejercicio de esta degradante e inhumana forma de represión en cárceles, comisarías y cuarteles del Estado español: ¿alguien puede dudar de que, igualmente, Eva estuvo allí?<br /> Valgan estos precedentes como ejemplos entresacados de una lista que si la glosásemos de manera exhaustiva sería mucho más larga. Son tantos, en fin, los lugares y momentos en los que, cuando se la necesitó, Eva supo estar que sería muy difícil, por no decir imposible, acostumbrarse a su ausencia. Y precisamente por eso, porque ni podemos acostumbrarnos a ella ni queremos hacerlo, hemos optado por negarla y hemos decidido proclamar algo que, aunque pueda parecer una forma elemental de pensamiento desiderativo, no deja de ser una verdad apabullante; a saber: que Eva sigue estando aquí.<br /> El 19 de mayo de 2007, Eva Forest falleció en su casa de Hondarribia y fuimos muchos los que la lloramos. Pero, efectivamente, Eva sigue estando entre nosotros, viva en nuestras memorias y nuestros corazones, luminosa en sus enseñanzas y su ejemplo.</p>