género

  • <p>La performatividad es un concepto relativamente reciente. J. L. Austin lo introdujo en la filosof&iacute;a del lenguaje en la d&eacute;cada de los cincuenta para designar aquellas expresiones que, en las circunstancias apropiadas, hacen justo aquello que dicen que hacen (como cuando alguien exclama &laquo;te lo prometo&raquo;). Desde entonces ha sido sometido a intensos procesos de discusi&oacute;n, cr&iacute;tica y resignificaci&oacute;n que lo han conducido a terrenos de reflexi&oacute;n te&oacute;rica, filos&oacute;fica y pol&iacute;tica progresivamente alejados de su contexto originario.&nbsp;&nbsp;</p> <p>Este libro explora, entre todos los trayectos posibles en el interior de estos debates, el modo en que la preocupaci&oacute;n de Austin por comprender c&oacute;mo hacemos cosas con palabras lleg&oacute; a derivar en lo que Judith Butler, como feminista, como fil&oacute;sofa y como te&oacute;rica queer, hace con la performatividad.&nbsp;&nbsp;</p> <p>Con este fin se atiende, en primer lugar, a un contexto geneal&oacute;gico en el que confluyen trabajos y discusiones expl&iacute;citas sobre la performatividad ling&uuml;&iacute;stica (como los de Jacques Derrida, Jonathan Culler o Shoshana Felman) junto a la obra de otros autores que, si bien no la tratan expl&iacute;citamente, hacen posible su particular recepci&oacute;n por parte de Butler, como Michel Foucault.&nbsp;&nbsp;</p> <p>En segundo lugar, se trata de entender la reformulaci&oacute;n de la performatividad en el &aacute;mbito de las identidades sexuales y gen&eacute;ricas, con la que Butler desplaza g&eacute;nero y sexo del conjunto de las cosas que somos al orden de las cosas que hacemos. Las relaciones entre cuerpo y lenguaje, materia y textualidad, sexo y g&eacute;nero sufren as&iacute; una transformaci&oacute;n con efectos de largo alcance sobre la filosof&iacute;a, los estudios de g&eacute;nero y las pol&iacute;ticas identitarias.&nbsp;&nbsp;</p> <p>El intercambio de cr&iacute;ticas entre Butler y autores como Seyla Benhabib, Nancy Fraser o Pierre Bourdieu contribuye a entender parte de esos efectos, y tambi&eacute;n a profundizar en algunas de las prioridades pol&iacute;ticas de nuestra autora: la resistencia a los efectos excluyentes de la normatividad gen&eacute;rica y, en particular, del sistema &laquo;dos sexos, dos g&eacute;neros&raquo;, en direcci&oacute;n a una versi&oacute;n m&aacute;s abierta, inclusiva y proliferante de la identidad.</p>
  • <p>&laquo;&iquest;De qu&eacute; est&aacute;n hechos nuestros cuerpos? &iquest;C&oacute;mo est&aacute;n constituidos? &iquest;Qu&eacute; decir sobre la materia sexual de los mismos? &iquest;Es posible incluir la bio-tecnolog&iacute;a dentro del repertorio de efectos performativos del g&eacute;nero? son algunas de las preguntas-problemas con las que Mart&iacute;n De Mauro introduce el cuerpo en escena, en un contexto singular dominado por la renegociaci&oacute;n de las normativa sexual y gen&eacute;rica. Si en cierto sentido el cuerpo &mdash;expulsado de la historia, contenido como naturaleza&mdash; constituy&oacute; el callej&oacute;n sin salida para la teor&iacute;a feminista, tanto en su versi&oacute;n de la diferencia como el constructivismo social del g&eacute;nero, la muy diseminada recepci&oacute;n de Judith Butler y de Paul B. Preciado torna necesario interceptar la funci&oacute;n narrativa del mismo en sus producciones te&oacute;ricas.&nbsp;</p> <p>Este trabajo introduce, a lo largo de sus p&aacute;ginas, a quienes resisten en los campos de fuerza sexo-gen&eacute;ricos, incluso en t&eacute;rminos de una econom&iacute;a discursiva, tal es el caso de las personas trans e intersex, a menudo tel&oacute;n de fondo de la teor&iacute;a, reducidxs a la l&oacute;gica de la prueba, objeto de la mirada, garantes de la revoluci&oacute;n o contenidxs como apoteosis antinormativa. Entre apertura y cierre del tel&oacute;n asistimos al desplazamiento del cuerpo &mdash;hist&oacute;rico ata&uacute;d sem&aacute;ntico para las categor&iacute;a acabadas&mdash; por el de las t&eacute;cnicas de producci&oacute;n corporal, los efectos perfomativos y la puesta en &oacute;rbita del subtexto cis en ambas cajas de herramientas.</p> <p>La recitaci&oacute;n no-original del g&eacute;nero / el r&eacute;gimen farmacopornogr&aacute;fico / la incorporaci&oacute;n prost&eacute;tica y la matriz heterosexual son algunos de los t&eacute;rminos que parecen derrumbarse unos dentro de otros a lo largo de Cuerpos en escena. Butler y Preciado son compa&ntilde;erxs de cama en este original ensayo interesado por la producci&oacute;n corporal, su siempre inestable articulaci&oacute;n, en un esfuerzo por abrir imaginarios pol&iacute;ticos as&iacute; como atender las modalidades de reontologizaci&oacute;n posesencialista y cancelaci&oacute;n de la voz que dominan buena parte de las teor&iacute;as contempor&aacute;neas organizadas en torno al g&eacute;nero y la sexualidad.&raquo; Emmanuel Theumer</p>
  • <p>En <em>No al futuro</em>, Edelman insta a las personas queer a abandonar las posiciones c&oacute;modas o integradas, y a asumir la fuerza de una negatividad que &eacute;l vincula con la iron&iacute;a, el goce y, en &uacute;ltima instancia, con la pulsi&oacute;n de muerte.</p> <p>Traducido por Javier S&aacute;ez y Adriana Baschuk Para ilustrar su tesis, Edelman analiza algunos textos cl&aacute;sicos de la literatura, y especialmente dos famosas pel&iacute;culas de Alfred Hitchcock: &quot;Con la muerte en los talones&quot;, donde el s&aacute;dico Leonard pisa la mano que sostiene a la pareja (hetero) que est&aacute; colgando al borde del abismo, y &quot;Los p&aacute;jaros&quot;, con su terror desconcertante y su predilecci&oacute;n por los ni&ntilde;os.&nbsp;</p> <p>Edelman ampl&iacute;a el alcance de la teor&iacute;a psicoanal&iacute;tica contempor&aacute;nea no solo a obras de la literatura y el cine, sino tambi&eacute;n a debates pol&iacute;ticos actuales, como el matrimonio igualitario, la paternidad/maternidad de las personas LGBT y la homofobia de los grupos religiosos integristas.</p>
  • <p>C&oacute;mo una ni&ntilde;a sobrevive al infierno, s&oacute;lo ella lo sabe. En este libro se cuenta la historia de una mujer que padeci&oacute; una infancia llena de violencia en El Salvador, lejos de su madre. Seguir viviendo es tanto la narraci&oacute;n de una vida que podr&iacute;a haberse truncado en la primera infancia, como la historia de superaci&oacute;n de una persona que ha logrado sobreponerse a tanto dolor gracias a la poes&iacute;a, a la resiliencia, a la fortaleza personal y a sus estudios. V&iacute;ctima de un ped&oacute;filo durante trece a&ntilde;os, Sandra Pulido ha decidido romper el silencio para poder seguir viviendo y denunciar esta lacra que afecta a tantas criaturas. La pedofilia es uno de los grandes tab&uacute;es de nuestra sociedad, aunque el n&uacute;mero de casos sea apabullante. Girar la cara ante esta nefanda realidad no s&oacute;lo es una forma de propiciar que se sigan perpetuando esos cr&iacute;menes, sino tambi&eacute;n una forma de dejar muy solas con su verdad a las v&iacute;ctimas m&aacute;s vulnerables de nuestra sociedad: ni&ntilde;as y ni&ntilde;os que han tenido la mala fortuna de coincidir en sus hogares con los peores depredadores, quienes adem&aacute;s siguen recibiendo la connivencia del resto de sus familiares en muchos casos.</p> <p>Una ma&ntilde;ana de oto&ntilde;o lleg&oacute; a mi despacho de la universidad una nueva estudiante de maestr&iacute;a: Sandra Pulido. Yo todav&iacute;a no pod&iacute;a saberlo, pero ella acabar&iacute;a convirti&eacute;ndose en la protagonista de este libro. Durante meses, Sandra me cont&oacute; retazos de una infancia y una adolescencia llenas de abusos. Tiempo despu&eacute;s me trajo sus diarios, sus poes&iacute;as, sus fotos, y me pidi&oacute; que yo escribiera este libro. &ldquo;Si mi historia puede ayudar a una sola persona a superar el dolor y a salir adelante, habr&aacute; valido la pena&rdquo;, me dijo. Mientras yo escrib&iacute;a, ella iba leyendo cada cap&iacute;tulo, as&iacute; que este libro es el resultado de una conversaci&oacute;n con ella, de una reflexi&oacute;n compartida, de un deseo de mostrar que es posible seguir viviendo a pesar de todo. Tambi&eacute;n es un libro escrito desde mi propio desconcierto, mi rabia contra el criminal y mi admiraci&oacute;n por aquella ni&ntilde;a que sobrevivi&oacute; al infierno. A la historia as&iacute; narrada la acompa&ntilde;an las poes&iacute;as de la protagonista, que funcionan como testimonio l&iacute;rico desde la intimidad. Poder hablar sobre un pasado tortuoso y ser escuchada tambi&eacute;n es una forma de restituci&oacute;n, aunque no se haga siempre justicia. Ni una m&aacute;s. Ni una menos.</p>
  • <p>La hist&oacute;rica revista mujeres Libres se imprimi&oacute; por primera vez en mayo de 1936. Editada por mujeres del poderoso movimiento libertario, la revista buscaba a trav&eacute;s de la formaci&oacute;n, la reflexi&oacute;n y la denuncia, dotar a las mujeres de una voz espec&iacute;fica en la lucha global por la igualdad y la libertad de los seres humanos.</p> <p>&nbsp;</p> <p>&ldquo;El primer objetivo de la lucha de la mujer consiste en hacer comprender al hombre y en primer lugar a sus padres, hermanos y parientes, qye sin la libertad de las mujeres no vale nada la de los hombres&rdquo; o &ldquo;Estamos ciertas que miles de mujeres reconocer&aacute;n aqu&iacute; su propia voz, y pronto tendremos junto a nosotras toda una juventud que se agita desorientada en f&aacute;bricas, campos y universidades, buscando afanosamente la manera de encauzar en f&oacute;rmulas de acci&oacute;n sus inquietudes&rdquo;. Son dos de las declaraciones de intenciones que las editoras incluyeron en este primer n&uacute;mero.</p> <p>La revista pronto se convirti&oacute; en el &oacute;rgano de expresi&oacute;n de Mujeres Libres, una organizaci&oacute;n que lleg&oacute; a contar con 28.000 mujeres afiliadas, 147 agrupaciones locales conocidas y una gran actividad cultural, pedag&oacute;gica y revolucionaria.</p> <p>--</p> <p>Dentro de la labor de difusi&oacute;n de la cultura libertaria, la Fundaci&oacute;n Anselmo Lorenzo ha decidido reimprimir la primera &eacute;poca (1936-39) de esta revista anarcofeminista, sepultada en la doble fosa del fascismo y del patriarcado. Desenterrar la historia escrita por nuestras compa&ntilde;eras, precursoras de un mundo nuevo, y que su lucha sirva de experiencia, aprendizaje e inspiraci&oacute;n al movimiento feminista actual. Porque fueron somos. Porque somos, ser&aacute;n.</p>
  • Feminismos

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    <p>&laquo;Ser feminista es la &uacute;nica opci&oacute;n decente en nuestro mundo. En un contexto en el que el g&eacute;nero determina una desigualdad estructural, la neutralidad no es una opci&oacute;n realista: o se est&aacute; contra el patriarcado o se contribuye m&aacute;s o menos activamente a perpetuarlo. Y aunque hay muchas formas de interpretar esta afirmaci&oacute;n, cualquiera que se defina como feminista estar&aacute; de acuerdo en algo: en un mundo feminista tus genitales no determinar&iacute;an tu destino.&raquo;</p> <p>La presente obra es el resultado de la colaboraci&oacute;n de mujeres que han volcado su vida y su dedicaci&oacute;n profesional al estudio, la comprensi&oacute;n y la divulgaci&oacute;n del feminismo. Es un grano de arena m&aacute;s que se suma al esfuerzo de millones de mujeres, sobre todo, y de hombres por visibilizar uno de los mayores problemas y retos con los que se ha enfrentado la sociedad desde los or&iacute;genes hasta nuestros d&iacute;as: la desigualdad por raz&oacute;n de g&eacute;nero.</p>
  • <p>Regla, menstruaci&oacute;n, periodo&hellip; &iquest;Qu&eacute; es? &iquest;Qu&eacute; pasa si no viene? &iquest;Qu&eacute; se puede usar cuando te baja? &iquest;Todas las personas la vivimos igual? As&iacute; son nuestras reglas ilustra la menstruaci&oacute;n desde una diversidad de cuerpos y vivencias, con humor y mirada feminista.</p> <p>Las historias que aqu&iacute; ver&eacute;is son fruto de conversaciones que tuvo la ilustradora EsCarolota con diferentes personas &ldquo;Hablar de la regla con otras personas, conocer otras vivencias y otros puntos de vista ayuda a abrir la mente y a crecer&rdquo; explica su autora.</p>
  • <p>Los medios conservadores presentan a las feministas como mujeres antihombres, siempre enfadadas. Pero muy al contrario, el feminismo ha logrado mejorar la vida de todas las personas. Gracias al feminismo, todos vivimos de forma m&aacute;s igualitaria: en el trabajo y en casa, en nuestras relaciones sociales y sexuales. Gracias al feminismo, la violencia dom&eacute;stica ya no es un secreto, se ha normalizado el uso de anticonceptivos y todos somos un poco m&aacute;s libres.<br /> <br /> No obstante, el feminismo quer&iacute;a mucho m&aacute;s que la igualdad entre hombres y mujeres. Cuando hablaba de hermandad entre mujeres, quer&iacute;a superar las fronteras de clase y raza, transformar el mundo de ra&iacute;z. El feminismo es antirracista, anticlasista y antihom&oacute;fobo o no merece ese nombre. Muchas mujeres blancas hacen uso del feminismo para defender sus intereses pero no mantienen este compromiso con las mujeres negras, precarias y lesbianas; eso no es feminismo.<br /> <br /> Tanto da&ntilde;o hace al movimiento una mujer que reproduce el sexismo como aporta un hombre feminista. El feminismo es para las mujeres y para los hombres. Necesitamos nuevos modelos de masculinidad feminista, de familia y de crianza feminista, de belleza y de sexualidad feminista. Necesitamos un feminismo renovado que explique con palabras sencillas que pretendemos superar el sexismo y colocar el apoyo mutuo en el centro. Eso es el feminismo. Y ese es el objetivo de este libro</p>
  • <p>El presente libro trata de desvelar las causas que llevaron a que las reivindicaciones de las mujeres negras fueran sistem&aacute;ticamente invisibilizadas a pesar del potencial revolucionario que encerraba un movimiento semejante. En sus distintos cap&iacute;tulos, Angela Y. Davis ofrece un an&aacute;lisis riguroso y esclarecedor que no s&oacute;lo pone de manifiesto las estrategias de lucha de las mujeres negras, sino los problemas de composici&oacute;n de las diferencias que siguen desgarrando los movimientos pol&iacute;ticos actuales.</p>
  • <p><em>La Madeja</em> vuelve un a&ntilde;o despu&eacute;s con algunos cambios. El m&aacute;s importante, quiz&aacute;s, es que abandonamos las secciones para hacer n&uacute;meros monogr&aacute;ficos. Hemos elegido como punto de encuentro, para empezar, el tema del cuerpo.</p> <p>El cuerpo, as&iacute;, sin m&aacute;s indicaciones, el cuerpo como significante abierto, dispuesto a llenarse de diferentes significados. &Eacute;sa ha sido nuestra intenci&oacute;n al invitar a algunas personas que, desde distintos posicionamientos te&oacute;ricos y sobre todo vitales, trabajan sobre/desde/en/a trav&eacute;s del cuerpo. As&iacute;, en este nuevo n&uacute;mero podemos encontrar un buen muestrario de cuerpos: cuerpos, presencia y voz que buscan hacer un hueco a las palabras, cuerpos de mujeres que envejecen, cuerpos atravesados por un sistema que los niega y los objetiviza, cuerpos de mujeres que buscan hacerse grandes a trav&eacute;s del placer, cuerpos que son nombrados fuera de la l&oacute;gica de la supuesta normalidad, cuerpos de mujeres fotografiados en las c&aacute;rceles de Argentina, cuerpos masculinos que reflexionan sobre su cuerpo, sobre el lenguaje que lo narra, cuerpos que habitan las guerras, cuerpos que dialogan con la palabra po&eacute;tica, cuerpos de otros continentes, cuerpos que bailan, cuerpos que resisten, cuerpos que se encuentran frente a los espejos, cuerpos herejes, cuerpos que se adornan, cuerpos doloridos, cuerpos que dan a luz, cuerpos que dan luz&hellip; Cuerpos.</p>
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