ilustración

  • <p>Peregrinaci&oacute;n salvaje es una novela proletaria sin palabras, ejecutada en 108 grabados en madera que alternan los colores rojo y negro. La historia muestra a un obrero que abandona la urbe inh&oacute;spita y su trabajo alienante en la f&aacute;brica para buscar una vida libre en el campo, refugio que se revela nada id&iacute;lico y al que acaba renunciando para regresar al medio urbano, donde finalmente sucumbir&aacute; -muy a pesar de agarrarse a sus propias fantas&iacute;as- en un combate a muerte entre el trabajo y el gran capital.</p>
  • <p>&laquo;Las im&aacute;genes de este libro est&aacute;n basadas en la realidad. Cualquier semejanza o parecido no es casual&raquo;, eso advierte Sandro Bassi al final de su obra, cuando <em>La Nacionalien</em> ya ha dejado al lector conmocionado por su crudo retrato de los tiempos actuales.</p> <p>Un accidente que causa interferencias en los tel&eacute;fonos de los pasajeros del metro signa este viaje y revela al lector la dependencia tecnol&oacute;gica con la que se convive en la actualidad. El tel&eacute;fono m&oacute;vil es, sin duda, una ventana de conexi&oacute;n con el mundo globalizado, pero tambi&eacute;n una c&aacute;mara de aislamiento que nos desconecta de toda presencia f&iacute;sica o est&iacute;mulo circundante.</p> <p>Bassi despliega un escenario familiar en el que la forma virtual de la conexi&oacute;n implica necesariamente la ausencia de contacto. La alienaci&oacute;n, que en su trazo art&iacute;stico cobra forma en los retratos de cabezas monstruosas, sucede en ambientes recargados de detalles gr&aacute;ficos que pueblan las p&aacute;ginas de esta impactante novela gr&aacute;fica. La finalidad no es aleccionar, sino abrir una puerta para que cada quien incursione, de manera cr&iacute;tica y reflexiva, en las situaciones comunicativas que propician las tecnolog&iacute;as digitales.</p>
  • <p>Albert Pijuan, Premio Nacional de la Cr&iacute;tica en catal&aacute;n por <em>Tsunami (La gran ola)</em> desgrana una idea factible y un plan mercantil viable para restablecer la armon&iacute;a en el planeta. Resumiendo mucho: &iquest;por qu&eacute; no comercializamos y comemos carne humana como hacemos con la de otros animales?</p> <p>Este librito explora &mdash;e ilustra a todo color&mdash; la sostenibilidad y la &eacute;tica de un proyecto que, formalmente, encaja a la perfecci&oacute;n en la l&oacute;gica del capitalismo tard&iacute;o. Vali&eacute;ndose de las convenciones del ensayo, el panfleto e incluso el libelo, he aqu&iacute; una ficci&oacute;n que arremete contra la buena conciencia (o la mala, o la falsa), y ense&ntilde;a c&oacute;mo las palabras &mdash;y las estad&iacute;sticas&mdash; justifican cualquier desvar&iacute;o.</p> <p>Dos ficciones, de hecho, porque son dos los op&uacute;sculos recogidos en este volumen desvergonzado, cuyo genio est&aacute; en la levedad y el contenido de verdad del chiste, la cuerda floja sobre la que hace equilibrismos el gesto m&aacute;s inteligente, civilizado y cort&eacute;s que pueda haber en medio de este desastre: el humor.</p>
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