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<p><em>Nuestra historia es el futuro</em> es un recordatorio de la perpetuidad de las formas de vida indígenas que desafían la fuerza destructiva del capitalismo racial tal como se personifica en el estado de los colonos estadounidenses, pero se hizo eco en todo el mundo y la lectura esencial para aquellos comprometidos con el proyecto material y epistemológico de descolonización. Su punto de partida son las alianzas desarrolladas entre las comunidades indígenas y no indígenas en los años previos a la cristalización del movimiento #NoDAPL en Standing Rock en 2016.</p> <p>La profecía siux hablaba de Zuzeca Sapa, la serpiente negra que se extendía por la tierra y ponía en peligro todo tipo de vida, empezando por el agua. De la cabeza, o de las muchas cabezas de la serpiente, brotaban la muerte y la destrucción. Zuzeca Sapa es el Dakota Access Pipe Line (DAPL), lo son todos los oleoductos que invaden y atraviesan los territorios indígenas. La profecía de la serpiente negra augura la catástrofe, pero también anuncia historias indígenas de una resistencia y un resurgimiento históricos que llevaban generaciones sin aparecer, si es que habían existido alguna vez.</p> <p>Si se quiere proteger a Unci Maka, la Abuela Tierra, los pueblos indígenas y no indígenas tendrán que unirse para doblegar las fuerzas que destruyen la tierra: el capitalismo y el colonialismo. Pero los profetas y las profecías no predicen el futuro; no son acontecimientos místicos ni ahistóricos. No son más que diagnósticos de la época en la que vivimos y visiones de lo que hay que hacer para liberarse. En el pasado, los jóvenes recibían el consejo de sus mayores, los ancianos. Pero en estos tiempos proféticos son los ancianos quienes se dejan guiar por el liderazgo de los jóvenes, los jóvenes que encabezan el movimiento #NoDAPL</p>
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ENSAYOS DE AGITACIÓN RURAL
16,00€<p>En septiembre de 2021, las jornadas de agitación rural «Rehabitem les ruralitats» reunieron a un centenar de personas comprometidas con la resistencia a la invasión del campo y la montaña por la sociedad industrial. Constatando el expolio y la devastación (productivismo, agroindustria, turismo, acaparamiento de tierras, mercantilización de la agroecología, ahogo del Estado y sus normativas), se afirmó la necesidad de rerruralizar el mundo rural, rehabitar el campo por gente que quiera vivir en y de la tierra.</p> <p>Mientras desde los medios y las instituciones se habla de repoblar la «España vaciada», dedicando incluso un ministerio al «reto demográfico», la periferia rural se ve anegada en macrogranjas, residuos tóxicos, extractivismo sin límites, pérdida de fertilidad de la tierra y urbanización desaforada de segundas residencias y complejos turísticos. Pero no todo es necrópolis ni todo el verde es negocio: hay también utopías concretas apegadas a los lugares. Pequeñas islas donde (re)construir una cierta ruralidad: diversificación de cultivos y recuperación de técnicas, saberes y maneras respetuosas con el medio y la vida de la gente, restableciendo un equilibrio en la relación con la tierra (semillas, cultivos, ganadería extensiva, medios de producción, etc.).</p> <p>Varias de las intervenciones de aquellas jornadas, junto a algún texto más, componen estos Ensayos de agitación rural, que andan salpicados de interrogantes compartidos: ¿Podemos conjugar una relativa desconexión y a la vez sostener la (difícil) confrontación con el Mercado y el Estado? ¿Podemos cuidar los lugares que habitamos? ¿Podemos recuperar la ruralidad como manera de vivir desde la autonomía?</p>