<p>Argentina se colapsa bajo el peso de la econom&iacute;a y se ahoga en la densidad de los gases lacrim&oacute;genos. Sin embargo, Vera no se abraza al patriotismo para salvarse del naufragio, todo lo contrario, detesta este pa&iacute;s que ha dejado sin libros a su patria imaginada: las librer&iacute;as. Y decide huir con una br&uacute;jula que no funciona junto a su perro Kantiano, el &uacute;nico ser vivo que no la ha abandonado en esta parte del mundo.<br /> <br /> De todos es sabido que hay m&aacute;s de una Barcelona: la Barcelona de Vera, la del reci&eacute;n llegado que sobrevive a merced de la suerte; la Barcelona de Eliseo, editor prestigioso que aparentemente lleva una vida c&oacute;moda y aburguesada, y quien tambi&eacute;n, en su d&iacute;a, decidi&oacute; romper con su destino. Tal vez por este motivo le concede una oportunidad a Vera, como si, indirectamente, se la concediera a s&iacute; mismo antes de que sea demasiado tarde.<br /> <br /> Dos ciudades, dos culturas, dos maneras de entender la vida y la literatura. Y un puente hecho de libros.</p>