<p>El libro de las visiones de las gentes de las tierras del Norte. Neopaganismo y sincretismo tenebroso y pesadillesco donde las criaturas voladoras se mezclan con apariciones sobrenaturales y demonios, todo ello ilustrado y narrado magistralmente por Pablo Gallo.</p> <p>Cae la noche y nos acompa&ntilde;an las sombras, los espectros, las presencias. Estamos en manos de Maruxainas (hermosas sirenas), Meigas (brujas o hechiceras) o Mouras (mujeres que habitan bajo el agua o la tierra). Los mitos nos ayudan a explicar los misterios del mundo y lo incognoscible, el supremo error de una humanidad que intenta restablecer un cierto equilibrio primordial a trav&eacute;s, precisamente, del mito y la leyenda. Las visiones de las gentes de las tierras del Norte (Galicia, Asturias, Cantabria y Pa&iacute;s Vasco) son propias de un neopaganismo y sincretismo tenebroso y pesadillesco donde las criaturas voladoras se mezclan con apariciones sobrenaturales, demonios y seres que pueblan los relatos, tanto pasados como incluso actuales, contados por nuestros abuelos y abuelas.</p> <p>En cada mito, en su modo de expresar un fen&oacute;meno, hay una parte de verdad. Muchos de estos han llegado hasta nosotros mediante la tradici&oacute;n oral que, m&aacute;s tarde, ha sido plasmada en libros de antrop&oacute;logos, etn&oacute;grafos e investigadores que no dudaron en lanzarse a los campos y mezclarse entre el vulgo para, simplemente, escuchar y luego tomar notas en cuadernos improvisados. El Norte es prol&iacute;fico en leyendas y mitos que, con frecuencia, se remontan al albor de los tiempos, cuando el poder de la Iglesia aun no era absoluto y la relaci&oacute;n de sus habitantes con la naturaleza era m&aacute;s &iacute;ntima. Su capacidad de resistencia al cristianismo, que cuenta con sus propios y grandes mitos acerca de la Ca&iacute;da o la comuni&oacute;n, supuso que este tambi&eacute;n se mezclase. Lo maravilloso nos aguarda siempre a la vuelta de la esquina.</p> <p>Esta es una obra que nos cuenta la riqueza cultural de nuestro mundo y una parte de nuestro territorio, pero sus temas son sin duda casi universales. Porque las bestias esperan ah&iacute; fuera, se cuelan en nuestros sue&ntilde;os o nos asaltan en la oscuridad. El asturiano Carru de la muerte hace su ronda nocturna en busca de moribundos, los tambi&eacute;n asturianos chupasangres acechan el sue&ntilde;o de los ni&ntilde;os, los infernales Caballucos del diablo c&aacute;ntabros inician su vuelo.</p> <p>Pablo Gallo, uno de nuestros mejores ilustradores ahora convertido en mit&oacute;grafo, los dibuja, relata sus or&iacute;genes para abrir de par en par las siempre fascinantes puertas de lo misterioso y los vuelve cercanos y, por tanto, m&aacute;s aterradores a&uacute;n. Sospechamos su proximidad y hasta, en ocasiones, hemos cre&iacute;do verlos de soslayo. La luna lo sabe y el aullido del Lobishome nos lo confirma: est&aacute;n aqu&iacute;, cerca de nosotros. Han seguido durante siglos nuestros pasos. Ante este aut&eacute;ntico bestiario solo nos queda escuchar las palabras del Gaueko, el genio de las tinieblas que llega junto a un viento helado, al tiempo que susurra la frase: &laquo;La noche para Gaueko, el d&iacute;a para el d&iacute;a&raquo;.</p>