<p>Despu&eacute;s de una guerra sin precedentes del r&eacute;gimen sirio y su aliado ruso contra los barrios orientales de Alepo, la oposici&oacute;n armada se vio obligada a salir de esos barrios en los que se hab&iacute;a atrincherado una vez destruidos en su mayor&iacute;a, quedando a ras de suelo. Dicha escena se repiti&oacute; en muchas regiones de Siria: caravanas de autobuses verdes del gobierno llegaban a la zona de conflicto para transportar a los combatientes con su armamento ligero, as&iacute; como a algunos civiles a Idleb. Los autobuses verdes se convirtieron en un s&iacute;mbolo de la victoria de las fuerzas del r&eacute;gimen. De ah&iacute; naci&oacute; la idea de la novela que ten&eacute;is en vuestras manos: <em>Un autob&uacute;s verde sale de Alepo</em>.</p> <p>Con esta novela he querido realizar un seguimiento de la situaci&oacute;n de los civiles en el contexto de guerra: civiles que no quieren guerras ni conflictos. He querido mostrar que la neutralidad no sirve en las guerras. En las guerras uno se convierte en v&iacute;ctima, ya sea de un bando o de otro. El fuego de la guerra no distingue entre un &aacute;rbol seco y uno verde: es un fuego ciego que incendia todo el bosque. Por medio de esta novela he querido, en primer lugar, condenar al r&eacute;gimen y, en segundo lugar, a la guerra fundamentalmente. He intentado mostrar las consecuencias de todos estos peligros para una &uacute;nica familia, su desmembramiento y su dispersi&oacute;n, as&iacute; como el destino que aguarda a miles de familias mientras la salvaje m&aacute;quina de la guerra contin&uacute;e activa.</p>