<p>Impulsado por la energ&iacute;a que abunda en la escritura de Vaneigem, este libro se propone &laquo;rastrear la huella de lo vivo bajo el oscurantismo religioso e ideol&oacute;gico&raquo;, en este caso de una Edad Media que tantas veces se nos ha transmitido &laquo;sumergida en la fe cristiana como la sardina en el aceite&raquo;. En direcci&oacute;n contraria a este postulado, este trabajo recupera la historia del &laquo;Libre Esp&iacute;ritu&raquo;: el movimiento her&eacute;tico que llev&oacute; la religi&oacute;n hasta su disoluci&oacute;n en la afirmaci&oacute;n inmediata del goce y de la vida sin m&aacute;s mediaci&oacute;n que la libre voluntad.</p> <p>Para ello el autor procede a realizar un vasto recorrido que arranca del siglo XII y llega hasta el XVII, y en el cual se recupera la estela de una corriente insospechada: el milenarismo joaquinista, la herej&iacute;a valdense, los llamados amaurianos, la multitud de comunidades de beguinas y begardos que abrazaron el &laquo;Libre Esp&iacute;ritu&raquo;, los Homines Intelligentiae, algunos sectores de los taboritas, los llamados elo&iacute;stas (proletarios despreciados por Lutero) e incluso los alumbrados de Sevilla.</p> <p>Como escribe Vaneigem &laquo;este libro no es solo un homenaje a unos seres lo suficientemente audaces como para desafiar las torturas inquisitoriales, sino que destaca el surgimiento de una irresistible fuerza de vida que disuelve lo divino bajo el pretexto de identificarse con &eacute;l&raquo;.</p>