<p>El Poder nos conduce y, al mismo tiempo, nos dejamos conducir; impregn&aacute;ndonos as&iacute; de su conducta, de su l&oacute;gica&hellip; Esta frase, que puede resumir el pensamiento de Michel Foucault sobre el asunto y que marca sus propios l&iacute;mites pues no va m&aacute;s all&aacute; de la descripci&oacute;n, es el punto de partida de nuestro pensar/sentir/hacer: el desempoderamiento.</p> <p>Igual que en otros periodos hist&oacute;ricos pod&iacute;amos afirmar que las relaciones sociales se explicar&iacute;an, fundamentalmente, por la Religi&oacute;n o la Econom&iacute;a; en esta sociedad en transici&oacute;n la explicaci&oacute;n en &uacute;ltimo t&eacute;rmino nos viene de la mano, o de la garra, del Poder: Patriarcado, Estado, Mercado, Escuela centr&iacute;peta, Idioma&hellip; &nbsp;y sus alternativas: Empoderamiento, toma del Poder, Contrapoder, Emprendimiento, Escuela p&uacute;blica, Cultura nacional&hellip; toman como centro de explicaci&oacute;n, de batalla, de deseo: el Poder.<br /> Toda alusi&oacute;n a hacer dejaci&oacute;n del Poder que tenemos cada persona, hacer dejaci&oacute;n hacia abajo (desempoderamiento), nunca hacia arriba (autodesapoderamiento) es contestada con fuerza por discursos prosistema y alternativos.</p> <p>Hay miles de personas, sobre todo mujeres, que estamos viviendo la construcci&oacute;n colectiva de una sociedad sin poderes. En este libro intentaremos compartir nuestros pensares/sentires/haceres.</p>