ruralidad

  • <p>Este libro trata de desentra&ntilde;ar el proceso por el cual nuestras sociedades han dado la espalda a la tierra y, crey&eacute;ndose capaces de vivir al margen de ella, han confundido el desarraigo con la emancipaci&oacute;n. De ese modo, hemos constituido una geograf&iacute;a ingr&aacute;vida que, en dos generaciones, ha hecho olvidar el papel esencial jugado por los pueblos campesinos para conformar nuestro mundo.</p> <p>Marc Badal nos recuerda que &laquo;el precio a pagar por el privilegio de habernos liberado de una vida apegada a la tierra no es otro que el de estar permanentemente desubicados. Ya no sentimos ning&uacute;n sitio como propio: estamos siempre fuera de lugar&raquo;.</p> <p class="Indent1">[...] Hemos olvidado que somos los descendientes directos de los &uacute;ltimos campesinos y que nuestra existencia est&aacute; completamente determinada por la renuncia a un legado cultural que, en vano, intentaron transmitirnos. Es decir, no somos solamente los hu&eacute;rfanos del campesinado. Somos aquellos que optaron por convertirse en sus desheredados. [...]</p> <p class="Indent1">[...] Es cierto que en los m&aacute;s variados contextos hist&oacute;ricos las &eacute;lites dominantes siempre han conseguido evitar los rigores de la terrestridad, pero se trataba de un reducido n&uacute;mero de personas que viv&iacute;an al margen de la tierra solamente gracias al expolio de una gran mayor&iacute;a que no pod&iacute;a hacer otra cosa que arrastrarse sobre ella. Sin embargo, en las actuales sociedades sobredesarrolladas la ingravidez se ha democratizado. Ya no supone una marca distintiva de privilegio sino que constituye un rasgo inherente a nuestra relaci&oacute;n con el mundo y, aunque todo cuanto nos ocurre depende de los procesos ecol&oacute;gicos que sostienen el metabolismo social, lo realmente significativo es que actuamos y pensamos como si tales v&iacute;nculos no existieran. [...]</p>
  • OSEBOL

    28,50
    <p>Cerca del r&iacute;o Klar&auml;lven, acurrucado en el denso paisaje forestal del norte de V&auml;rmland, se encuentra el apartado pueblo de Osebol. Es un lugar tranquilo, donde las relaciones echan ra&iacute;ces durante d&eacute;cadas y donde el bullicio de la vida urbana es sustituido por el sonido del viento en los &aacute;rboles. En este libro extraordinario y absorbente, un fen&oacute;meno cultural inesperado en su Suecia natal, las historias de los habitantes de Osebol cobran vida con sus propias palabras.</p> <p>En el &uacute;ltimo medio siglo, la automatizaci&oacute;n de la industria maderera y los constantes traslados a las ciudades han reducido la poblaci&oacute;n adulta del pueblo a unos cuarenta habitantes. Pero la vida sigue su curso: las reliquias pasan de mano en mano, los recuerdos de boca en boca, y los reci&eacute;n llegados vienen de cerca y de lejos.</p> <p>Marit Kapla ha entrevistado a casi todos los aldeanos de entre 18 y 92 a&ntilde;os y ha registrado sus historias al pie de la letra. El resultado es a la vez una cr&oacute;nica familiar de una gran metamorfosis social, contada desde dentro, y un hermoso retrato microc&oacute;smico de un lugar y sus gentes. Leer <em>Osebol</em> es perderse en sus suaves ritmos de lenguaje sencillo y espacio abierto, y salir con la sensaci&oacute;n de haber llegado a conocer realmente a los habitantes de esta variada comunidad, enclavada entre los &aacute;rboles en un mundo cambiante.</p>
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