<p>Este libro ofrece un conjunto de reflexiones que el campo de la salud debe absorber para incidir con conductas que promuevan la autonom&iacute;a y la dignidad. Resulta consternadora la r&eacute;mora de las viejas concepciones acerca de los procesos de salud-enfermedad, la ceguera cognitiva respecto de la generizaci&oacute;n inexorable de tales fen&oacute;menos y, muy especialmente, la recusa de percepci&oacute;n contextual para hacer inteligible el lenguaje del cuerpo que enuncia sus significados contrariando a los presupuestos naturales. A menudo he sostenido una advertencia, y me parece m&aacute;s que adecuado dar la bienvenida a este libro volviendo a ella: para quienes creen a pie juntillas que hay una lectura transparente de los fen&oacute;menos de la naturaleza, es bueno que sepan que la naturaleza no sabe que se llama naturaleza. Su lenguaje es el que hemos inventado, una arbitraria operaci&oacute;n mediadora con la que damos por sentado principios y leyes. Conviene abdicar de su prepotencia, y hacer de la salud un estatuto libertario, tal como emerge como acicate de las p&aacute;ginas de este texto.</p> <p>Art&iacute;culos de Dora Barrancos, Sabrina Bala&ntilde;a, Agostina Finielli, Carla Giuliano, Andrea Paz, Carlos Ram&iacute;rez, Marta Dillon, Moira P&eacute;rez, Laura Contrera, D&eacute;bora Tajer, Luciano Fabbri, Blas Radi, Karina Felitti, Valeria Salech, Violeta Osorio, Julieta Saulo y Ruth Zurbriggen.</p>