<p>Este volumen recoge el material (documentos, panfletos, octavillas, cr&oacute;nicas) elaborado por el Comit&eacute; de Salario para el Trabajo Dom&eacute;stico de Nueva York, una organizaci&oacute;n feminista aut&oacute;noma que, entre 1973 y 1977, se moviliz&oacute; para exigir que el Estado pagase el trabajo dom&eacute;stico. Nunca lleg&oacute; a reunir m&aacute;s de 15 &oacute; 20 mujeres pero formaba parte de una gran campa&ntilde;a internacional y ten&iacute;a el apoyo de un c&iacute;rculo m&aacute;s amplio de simpatizantes. Con los escasos recursos que ten&iacute;a al alcance para perseguir sus objetivos, el Comit&eacute; de Nueva York tuvo un importante papel en la pol&iacute;tica feminista de Estados Unidos.</p> <p>Contribuy&oacute; a desarrollar la conciencia de la importancia del trabajo dom&eacute;stico en la sociedad capitalista; colabor&oacute; en la formaci&oacute;n de grupos de Salario para el Trabajo Dom&eacute;stico en otras zonas del pa&iacute;s, sobre todo en el noreste. Dio visibilidad a la campa&ntilde;a Salario para el Trabajo Dom&eacute;stico en los medios de comunicaci&oacute;n y en las calles y cuando, a finales de los a&ntilde;os setenta, el gobierno y los medios de comunicaci&oacute;n empezaron a atacar a las mujeres receptoras de subsidios sociales, el Comit&eacute; se levant&oacute; para defenderlas, organiz&oacute; una conferencia en 1976 y una manifestaci&oacute;n contra los recortes sociales. De manera retrospectiva, podemos decir que al igual que la campa&ntilde;a de la que formaba parte el Comit&eacute; de Nueva York constituy&oacute; una alternativa al feminismo establecido, y sirvi&oacute; para introducir la &laquo;cuesti&oacute;n dom&eacute;stica&raquo; en la agenda pol&iacute;tica, algo que ning&uacute;n colectivo hab&iacute;a hecho anteriormente. Esta es una de las razones por las que decid&iacute; publicar los materiales creados por el colectivo, que a&uacute;n persisten, junto con las piezas informativas que en su d&iacute;a publicaron los medios para cubrir nuestra actividad. Otra de las razones es que en Europa y en Estados Unidos hay un claro inter&eacute;s renovado por Salario para el Trabajo Dom&eacute;stico, obviamente estimulado por la precarizaci&oacute;n o incluso la desaparici&oacute;n de diversas formas de trabajo asalariado y por la creciente crisis reproductiva, que nos est&aacute; obligando a reconsiderar el hogar y el barrio como campos de batalla y de recomposici&oacute;n pol&iacute;tica.</p> <p>Desafortunadamente, el material que se incluye en este libro solo representa una parte de lo que hicimos. Parte de mi colecci&oacute;n personal se ha perdido y no he podido localizar a todas las mujeres que participaron en el colectivo. Por eso este libro no ha podido ser un trabajo colectivo y la historia que en &eacute;l se cuenta refleja ante todo mi concepci&oacute;n de lo que signific&oacute; el Comit&eacute; y lo que consigui&oacute;. A&uacute;n as&iacute;, espero que la descripci&oacute;n de nuestra historia y actividades no discrepe demasiado de lo que habr&iacute;an escrito otras compa&ntilde;eras y que, a pesar de sus limitaciones, este libro sea de utilidad para la nueva generaci&oacute;n de feministas que sigue enfrent&aacute;ndose a muchos de los problemas que inspiraron la campa&ntilde;a original de Salario para el Trabajo Dom&eacute;stico. Este libro se lo dedico a ellas.</p>