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<p>Una plaga ha acabado con la humanidad. El único superviviente que no se ha convertido en vampiro es Neville, que de día caza muertos vivientes dispersos entre las ruinas de la civilización y de noche debe atrincherarse ante el asedio de una legión sedienta de sangre humana. Escrita en 1954, <em>Soy leyenda</em> se ha consagrado como una obra maestra por su impacto en la cultura popular y su influencia en la literatura de terror y ciencia ficción.</p> <p>A través de una técnica tan inquietante como la trama, las ilustraciones de Jorge González no solo captan sino que amplifican este clásico sobre la soledad, el aislamiento y el instinto tan humano de supervivencia que persiste en circunstancias inesperadas —o repentinamente previsibles en el momento de publicarse esta edición— como un nuevo orden postapocalíptico.</p>
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<p>«… con el aire anunciando una nevada que si me caía encima, me delataría, cansado, helado, dolorido, indeciblemente desdichado y hasta dudando de mi invisibilidad, empecé esta nueva vida con la que estoy comprometido. No tenía refugio, ni recursos, ni nadie en el mundo en quien pudiera confiar. Haber contado mi secreto me habría delatado, me habría convertido en un mero espectáculo y en una rareza.» —H. G. Wells</p> <p>Publicada originalmente en 1897 por entregas, <em>El Hombre Invisible</em> relata las contradicciones de un joven y brillante científico que se desprende de toda ética en pro de su sed de dominio y lucro personal. Este clásico atemporal del escritor británico H. G. Wells, conocido como el padre de la ciencia ficción, nos pide reflexionar acerca de los límites éticos de la ciencia en esta época de veloces avances médicos y tecnológicos.</p> <p>La novela empieza en un día de nieve cerrada, con la llegada de un hombre, cubierto con vendas, sombrero y gafas oscuras, a un pequeñísimo pueblo inglés. A los pocos días, el inquietante personaje recibe un paquete con un cargamento lleno de tubos de ensayo y productos químicos, y se encierra a trabajar en un misterioso experimento. Todo indica que ha sufrido un terrible accidente. Sin embargo, la curiosidad de los vecinos puede más que la compasión y poco a poco conseguirán arrancarle a este forastero su terrible secreto.</p> <p>Esta obra de absoluta vigencia se vuelve más aterradora que nunca a través de las ilustraciones de Scafati, uno de los artistas plásticos argentinos más importantes e ilustrador insignia del catálogo de Libros del Zorro Rojo. Las estampas, en riguroso blanco y negro, realizadas con una técnica que recuerda al grabado xilográfico, recrean admirablemente la aciaga atmósfera de una sociedad trastornada por la conducta de un individuo que actúa con total impunidad cuando no es visto.</p>
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<p style="box-sizing: border-box; margin: 0px 0px 1em; padding: 0px;"><em>Cocodrilario</em> transcurre en un México fantástico poblado de bestias, criaturas mitológicas y mujeres que vagan sin rumbo entre espacios liminales embrujados por la memoria. Los nueve relatos que componen el libro exploran lugares de metamorfosis y trazan la órbita de un mundo nuevo, atosigado por la llegada de un misterioso cometa. Aquí habitan conjuros del desangrado, lechuzas, quetzales, yaguarundíes, gestaciones monstruosas, nudos de pelo, familiares de brujas, superstición, líos supernaturales y también maritales, sonambulismo, somniloquía, cráteres, promesas fulgurantes, la marcha de una marabunta monolítica que busca un nuevo lugar para reinventar la humanidad, y, por supuesto, docenas de cocodrilos.</p> <p style="box-sizing: border-box; margin: 0px 0px 1em; padding: 0px;">«A la voz de Alicia Mares obedecen hordas de animales. Lechuzas, hormigas, cocodrilos…, seres medio vivos, medio muertos, de formas caprichosas, que se levantan desde las ciénagas de su imaginación para ejecutar lo que ella les pide: atravesar las paredes liminales entre la realidad y los sueños y hacernos una visita nocturna. Como no hay mejor mezcla para degustar que la narración sazonada de poesía, esta autora teje y desteje a voluntad un discurso de araña que nos va abrazando hasta tenernos justo donde nos desea: temblando, a punto de ser devorados. Alicia es una narradora de cuidado que sabe el nombre verdadero del mundo. Dice “cuento” con una voz infantil y perversa. Entonces el cuento se manifiesta.» —Solange Rodríguez Pappe, autora de <em>La primera vez que vi un fantasma</em> i <em>De un mundo raro</em></p> <p style="box-sizing: border-box; margin: 0px 0px 1em; padding: 0px;">«Los cuentos de Alicia Mares irrumpen en el panorama actual con una voz potente y oscura, escudriñan la tiniebla para presentar ante nuestros ojos criaturas excepcionales y su vínculo acendrado con lo humano. Estas historias actúan como asombrosos sortilegios renovados, maravillas electrizantes que nos exponen al abismo.» —Lola Ancira, autora de <em>Tristes sombras</em></p> <p style="box-sizing: border-box; margin: 0px 0px 1em; padding: 0px;">«A diferencia de zoológicos y terrarios, en Cocodrilario los monstruos —esos que nos advierten, que nos reflejan— se desplazan con libertad por todos los recovecos de una mente ansiosa de horror y de magia.» —Miguel Lupián, escritor y director de la revista <em>Penumbria</em></p>
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<p>«No espero ni solicito que crean el relato muy salvaje, y sin embargo muy hogareño, que voy a escribir. Estaría loco si lo esperase, en un caso donde hasta mis sentidos rechazan su propia evidencia. Empero, loco no estoy, y con gran seguridad puedo decir que no sueño. Pero mañana moriré, y hoy aliviaré mi alma.»</p> <p>Así comienza la historia de «El gato negro». En ella —como en «El pozo y el péndulo» y en «El entierro prematuro», cuentos que conforman esta selección—, lo cotidiano es invadido por una naturaleza oscura y desconcertante. La comprensión racional se revela exigua frente a la potencia de lo inverosímil y a la irrupción del elemento sobrenatural.</p> <p>Los relatos aquí reunidos están trabajados por una pluma que realza los rasgos más atroces y lúgubres. Las ilustraciones del célebre artista argentino Luis Scafati exploran los juegos de claroscuros en composiciones donde las manchas de tinta se confunden con las de sangre, y recrean las atmósferas y personajes macabros de las tinieblas del universo de Poe.</p>
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Arde Torrevieja es una novela de terror hecha de los miedos que todos conocemos, esos que duermen detrás de los tabiques de nuestras casas. Juan y el Rojo construyen playas de baldosas mientras sueñan con una tercera hipoteca para comprarse un Audi. Sonia aguanta a turistas borrachos y planea huir cuanto antes de aquel lugar.
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<p>Una mujer con Alzheimer se somete a una terapia de restauración cerebral y hace emerger todo un mundo perdido. Una anciana siniestra espanta a su nieta y a las amigas de esta con visiones proféticas sobre el juicio final. Una mujer recupera su juventud mediante un tratamiento que combina tecnología de vanguardia con filosofía de autoayuda. Una niña se siente inevitablemente atraída por uno de sus nuevos vecinos, que se transforma cuando hay luna llena. Un doctor registra las experiencias amorosas de un robot de género neutro en un laboratorio de inteligencia artificial.</p> <p>En los once relatos que conforman su primer libro, Julia Elliott mezcla la extrañeza del gótico sureño con una sofocante atmósfera apocalíptica, la ciencia ficción con los elementos maravillosos de los cuentos de hadas. Entre lo ridículo y lo sublime, y sin abandonar los principios de la narración clásica, Elliott nos deleita con una prosa dotada de un lirismo exuberante, grandes dosis de humor negro y una profunda vocación experimental.</p> <p>Sus relatos evocan la obra de otras escritoras como Carson McCullers, Flannery O’Connor, Karen Russell, Helen Oyeyemi o Angela Carter. Satirizan aspectos de la vida contemporánea y expresan disconformidad con lo que está sucediendo en el mundo. Se mueven entre lo surreal y lo cotidiano, retuercen los géneros mezclando lo gótico con lo distópico, la ciencia ficción con lo absurdo, lo grotesco con el horror y con lo maravilloso.</p>