<p>Te&oacute;ricos, analistas y activistas de todo tipo parecen coincidir a la hora de caracterizar las sociedades contempor&aacute;neas como sociedades sometidas a profundos y continuos procesos de cambio. M&aacute;s all&aacute; de las diferencias en los diagn&oacute;sticos y propuestas movilizadas, todos parecen subrayar la emergencia, tras la crisis de la d&eacute;cada de 1970, de una formaci&oacute;n social novedosa que multiplica los interrogantes, los riesgos y las posibilidades actuales. Una formaci&oacute;n social compuesta de una serie de caracter&iacute;sticas espec&iacute;ficas que la diferenciar&iacute;an de otras composiciones sociales anteriores y/o contempor&aacute;neas: modernidad versus postmodernidad, sociedades industriales versus sociedades postindustriales, fordismo versus postfordismo, capitalismo versus socialismo, etc.</p>