trans

  • <p>Desde una perspectiva que combina la etnograf&iacute;a extrema con la investigaci&oacute;n narrativa, Daniasa M. Curbelo pone en crisis las manidas categorizaciones de las feminidades trans desde una l&uacute;cida mirada cr&iacute;tica. Este libro plantea una nueva genealog&iacute;a de lo trans en donde se recorren distintos hitos conectados con la mitolog&iacute;a cl&aacute;sica, la cultura cinematogr&aacute;fica, musical o popular que conformaron su construcci&oacute;n como subjetividad disidente.</p> <p>Para estructurar este magma de referencias y experiencias utiliza el arquetipo de la &laquo;mujer mala&raquo; pero incorporando las feminidades trans a este paradigma y planteando tres avatares de representaci&oacute;n: la h&iacute;brida, la impostora y la intrusa. Cada una de estas construcciones van avaladas por un magn&iacute;fico despliegue que entreteje lo personal con aportaciones te&oacute;ricas embebidas de las principales autoras feministas y del pensamiento decolonial. El panorama es un convincente tejido en el que las h&iacute;bridas, las impostoras y las intrusas se confrontan tanto con el heterosexismo patriarcal como con los binarismos transexcluyentes, concluyendo con una idea esperanzadora de empoderamiento personal y comunitario.</p>
  • <p>Max sobrevive como puede en la Nueva York posterior al 11S. Despu&eacute;s de a&ntilde;os militando en el movimiento LGTBQ se siente solo y perdido. La violencia constante que sufre por su expresi&oacute;n de g&eacute;nero, su orientaci&oacute;n sexual y su clase social ha hecho que se a&iacute;sle y se encierre en s&iacute; mismo. Su &uacute;nico contacto con el exterior es su puesto como portero en el club drag en el que trabaja todas las noches sin contrato. El resto del tiempo lo dedica a deambular por una ciudad en estado de shock, donde las redadas racistas se han incrementado y la gente est&aacute; empezando a protestar contra la guerra. Las agresiones, desapariciones y torturas que sufren sus amigues, compa&ntilde;eres de trabajo y vecines le har&aacute;n darse cuenta de que no puede quedarse al margen.</p> <p>Leslie Feinberg nos sumerge de nuevo en una historia emocionante, comprometida y valiente. Esta vez el escenario que rodea al protagonista ya no son las f&aacute;bricas del cintur&oacute;n de &oacute;xido estadounidense, sino los clubs nocturnos del East Village. La clase trabajadora ya no est&aacute; organizada en grandes sindicatos, pero los conflictos siguen siendo muy parecidos. Max tendr&aacute; que enfrentarse a la precariedad laboral, al racismo y a la violencia de aquellos que no est&aacute;n dispuestos a permitir que sea quien es.</p>
  • <p>Escribir este libro, dice el autor, &laquo;es abrir una herida. Asumir con responsabilidad la historia de una pena. Escribir para m&iacute; siempre ha tenido que ver con intentar visibilizar los cuerpos menospreciados y ninguneados en el devenir hist&oacute;rico. Escrib&iacute; este manifiesto para hablar de mi intimidad, de c&oacute;mo un proceso de inmigraci&oacute;n, en el fin del mundo, abri&oacute; las grietas de mi piel. Este manifiesto es una b&uacute;squeda de reconciliaci&oacute;n, tambi&eacute;n, con c&oacute;mo en la isla dominicana mi familia y los contextos heterosociales y machistas donde nac&iacute; y crec&iacute; se relacionaban con el color de su piel &mdash;a la de mi madre referencio&mdash;, con su pelo, con su personalidad y de c&oacute;mo ella, por su valent&iacute;a aprendi&oacute; a sobrevivir en un mundo tan racista y mis&oacute;gino. Este <em>Manifiesto Antirracista</em> contiene las luxaciones que buscan en mi propio cuerpo una reivindicaci&oacute;n, una reparaci&oacute;n micropol&iacute;tica. Toda esta responsabilidad en los planos personales de mis afectos m&aacute;s pr&oacute;ximos aspira a ser una aportaci&oacute;n a todas las resistencias actuales e hist&oacute;ricas que intentan desdibujar la concepci&oacute;n de que hay entre los seres humanos una supuesta supremac&iacute;a racial. Este Manifiesto es una nueva oraci&oacute;n yoruba, adem&aacute;s, las 21 divisiones del vud&uacute; dominicano invitando a una fiesta colorida donde se llora, pero tambi&eacute;n se baila.&raquo;</p>
  • <p>A Liu li agrada nedar amb el cul fora de l&rsquo;aigua, jugar a cuinetes i amb el seu coet espacial. De tant en tant les persones grans li fan preguntes, com per exemple d&rsquo;on &eacute;s i si &eacute;s nen o nena i es queden bocabadades amb les seves respostes. Liu no sap si mai s&rsquo;entendr&agrave; amb les persones grans.</p>
  • Trans*

    20,00
    <p>En la &uacute;ltima d&eacute;cada, las discusiones p&uacute;blicas sobre temas transg&eacute;nero han aumentado exponencialmente. Sin embargo, con esta mayor visibilidad no solo ha llegado el poder, sino la regulaci&oacute;n, tanto a favor como en contra de las personas trans. Lo que una vez fue considerado como un desorden inusual o incluso desafortunado se ha convertido en una articulaci&oacute;n aceptada de la encarnaci&oacute;n del g&eacute;nero, as&iacute; como un nuevo lugar para el activismo y el reconocimiento pol&iacute;tico. &iquest;Qu&eacute; sucedi&oacute; en las &uacute;ltimas d&eacute;cadas para impulsar un replanteamiento tan extenso de nuestra comprensi&oacute;n de la encarnaci&oacute;n de g&eacute;nero? &iquest;C&oacute;mo una identidad estigmatizada lleg&oacute; a ser tan central para las articulaciones subjetivas en los Estados Unidos y en Europa? &iquest;Y c&oacute;mo han respondido las personas a las nuevas definiciones y a la comprensi&oacute;n del sexo y del cuerpo marcado por el g&eacute;nero? En Trans*, Jack Halberstam explora estos cambios recientes en el significado del cuerpo y la representaci&oacute;n de g&eacute;nero, y explora las posibilidades de un futuro sin g&eacute;nero, un g&eacute;nero opcional o un g&eacute;nero extra&ntilde;o.</p>
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