utopía

  • L'emblemàtica cita d'Ursula K. Le Guin, il·lustrada per Roger Peet: «We live in capitalism. Its power seems inescapable. But so did the divine right of kings.»
  • <p><em>Estrella Roja</em> &eacute;s una fant&agrave;stica novel&middot;la sobre la creaci&oacute; d&rsquo;una societat socialista a Mart. El viatge interplanetari d&rsquo;un cient&iacute;fic revolucionari que s&rsquo;enamorar&agrave; d&rsquo;una societat que batalla entre la utopia i els seus desafiaments. Una intrigant hist&ograve;ria plena d&rsquo;enginys futuristes per&ograve; tamb&eacute; de reflexions sobre els reptes i els perills dels aven&ccedil;os tecnol&ograve;gics, el combustible radioactiu, l&rsquo;explotaci&oacute; dels recursos naturals o el paper de la sexualitat i la cultura en una societat revolucion&agrave;ria.</p> <p>Una obra de culte escrita l&rsquo;any 1908 que ha inspirat novel&middot;les i can&ccedil;ons dels Wu Ming, ZOO o l&rsquo;<em>steampunk</em>. Un llibre fundacional del g&egrave;nere de la ci&egrave;ncia-ficci&oacute; que com, Jules Verne o Ursula K. Le Guin, continua adre&ccedil;ant-se&rsquo;ns amb plantejaments visionaris i plenament actuals.</p>
  • <p>Una hermosa y l&iacute;rica exploraci&oacute;n de los lugares donde la naturaleza florece en nuestra ausencia. Algunas de las &uacute;nicas reses verdaderamente asilvestradas del mundo deambulan por una isla abandonada desde hace tiempo en el extremo norte de Escocia. En los terrenos irradiados de Chern&oacute;bil ha resurgido una variedad de vida silvestre que no se hab&iacute;a visto en mucho tiempo. En la estrecha zona desmilitarizada de la pen&iacute;nsula de Corea, un exuberante bosque alberga miles de especies extinguidas o en peligro de extinci&oacute;n en cualquier otro lugar del planeta.</p> <p>Cal Flyn, periodista de investigaci&oacute;n, excepcional escritora de naturaleza y nueva y prometedora voz literaria, visita los lugares m&aacute;s sombr&iacute;os y desolados de la Tierra que, debido a la guerra, la cat&aacute;strofe, la enfermedad o la decadencia econ&oacute;mica, han sido abandonados por los humanos. Lo que encuentra cada vez es una &quot;isla&quot; de nueva vida: la naturaleza se ha apresurado a llenar el vac&iacute;o m&aacute;s r&aacute;pido y con mayor profundidad que incluso las proyecciones m&aacute;s esperanzadoras de los cient&iacute;ficos.</p> <p>&lsquo;Islas de abandono&rsquo; es un recorrido por estos nuevos ecosistemas, en todo su esplendor, como lugares de inesperada importancia medioambiental, donde el mundo natural ha reafirmado su poder salvaje y su promesa. Y aunque no nos libra de abordar la degradaci&oacute;n del medio ambiente y el cambio clim&aacute;tico, es un caso en el que la esperanza est&aacute; lejos de perderse, y es, en &uacute;ltima instancia, una historia de redenci&oacute;n: los lugares m&aacute;s contaminados de la Tierra pueden rehabilitarse mediante procesos ecol&oacute;gicos y, de hecho, ya lo est&aacute;n haciendo.</p> <p>Este estudio, luminosamente escrito, est&aacute; unido a una profunda visi&oacute;n y a nuevos descubrimientos ecol&oacute;gicos que, en conjunto, dan respuesta a las grandes preguntas: &iquest;qu&eacute; ocurrir&aacute; cuando nos hayamos ido, y hasta qu&eacute; punto puede deshacerse el da&ntilde;o que hemos provocado a la naturaleza? Este es un libro sobre lugares abandonados: ciudades fantasma y zonas de exclusi&oacute;n, tierras de nadie e islas fortaleza, y lo que ocurre cuando se permite a la naturaleza reclamar su lugar.</p>
  • <p>La fil&oacute;sofa Patricia Manrique ha logrado en poco m&aacute;s de 200 p&aacute;ginas algo que parec&iacute;a imposible: llevarnos en un profundo viaje filos&oacute;fico, hacer temblar algunos de nuestros espacios de confort militante y estimular una visi&oacute;n pol&iacute;tica, pol&eacute;tica y pol&iacute;rica que haga de la utop&iacute;a algo tan cercano como nuestra escalera de vecinas.</p> <p>Las ideas que pone en juego Patricia Manrique provienen del pensamiento radical occidental, de los feminismos del sur o incluso de algunos de los n&uacute;cleos de resistencia originarios para devolvernos, al final del viaje, a nuestras comunidades de vida cotidianas. Este libro es un profundo cuestionamiento a la racionalidad neoliberal, &ldquo;un canto al placer en la defensa de la vida, a la dicha que proporciona vivirla sabiendo que no estamos solas y a una felicidad que procura una nueva riqueza que nada tiene que ver con el capital y que, poco a poco, estamos inventado en com&uacute;n&rdquo;.</p>
  • <p><span style="font-size: 14px; font-family: arial, helvetica, sans-serif;">Explorar, descubrir, reinventar, atreverte. Esas son las consignas que merodean los versos del poeta. A&uacute;n a pesar del desamor y de la ausencia. O mejor, alentadas por las p&eacute;rdidas, por los espacios de soledad, por los vac&iacute;os.&nbsp;</span><em style="font-size: 14px; font-family: arial, helvetica, sans-serif;">&ldquo;Hoy que te quer&iacute;a / a mi lado para siempre, / me quer&iacute;as tan solo, / como nunca&rdquo;</em><span style="font-size: 14px; font-family: arial, helvetica, sans-serif;">. Jose Miguel equilibra este poemario entre amares y resistencias, porque son las dos caras de una misma moneda, los dos polos que electrizan sus palabras. </span></p> <p><span style="font-size: 14px; font-family: arial, helvetica, sans-serif;">Amores que dejan almohadas vac&iacute;as, amores que te empujan, que te merodean, a pesar de los exilios de las caricias, que evocan paseos a dos en las calles h&uacute;medas de Aguere. Amores que se resisten a partir, que se cobijan en el drago de la plaza, que se van dejando una estela transitable por la que seguir amando. Sin resentimientos. Amores que no desertan de la complicidad, que duelen, porque el dolor es energ&iacute;a que se acumula para engendrar nuevas quimeras. </span></p> <p><span style="font-size: 14px; font-family: arial, helvetica, sans-serif;">Su poes&iacute;a&nbsp;anda llena de madureces y de ternuras. Es como la extensi&oacute;n infinita de esa estructura que va definiendo nuestro itinerario vital y que algunas se empe&ntilde;an en llamar alma. Es como la prolongaci&oacute;n de su enjuta figura, siempre vigilante para advertirnos de las vendas que ciegan nuestras miradas, sin ataduras, sin copyrights, sin barreras que la frenen, sin adjetivos que la encorseten. Mira al mundo y consigue pararlo, detener el trepidante travelling de mentiras intencionadas y fijar el plano en la imagen adecuada, la que nos revela el lugar exacto en que se esconde el bicho que devora nuestras esperanzas. Su palabra intenta situarse en la complicidad, en el acompa&ntilde;amiento, enfocada en las pesadillas que acaban pariendo sue&ntilde;os colectivos...</span></p>
  • <p>La revista<em> Salamandra</em> cumple con esta nueva entrega los veinte n&uacute;meros, desde que el primero saliera a la luz en 1987. En todo este tiempo transcurrido no s&oacute;lo ha cambiado el formato y el grosor de la revista (recordemos que aquella primera Salamandra no pasaba de las dieciocho p&aacute;ginas), sino que tambi&eacute;n han aumentado, creemos, sus ambiciones y preocupaciones, su capacidad de interrogaci&oacute;n e intervenci&oacute;n en la realidad y en los debates y acciones que pretenden criticarla y combatirla. Pero lo que no ha sufrido ning&uacute;n cambio es su raz&oacute;n de ser: la plasmaci&oacute;n de una actividad colectiva que se sostiene en la cr&iacute;tica de la dominaci&oacute;n y en la experimentaci&oacute;n de lo maravilloso, en la lucha contra la alienaci&oacute;n social y mental, en la voluntad de transformar el mundo y en el deseo de cambiar la vida; en definitiva: en la revuelta y en la poes&iacute;a abrazadas para llevar a cabo, a partir del surrealismo, que no de su ideolog&iacute;a o de su dogma, un proyecto pol&iacute;tico de vida po&eacute;tica que hiciera posible una emancipaci&oacute;n en todos los planos de la existencia.</p> <p>Que en un proyecto como este no s&oacute;lo participen personas que se identifican como surrealistas, sean del grupo de Madrid o de otros lugares, sino tambi&eacute;n amigos y colaboradores con una sensibilidad af&iacute;n o con planteamientos que consideramos especialmente estimulantes aunque no siempre coincidan con los nuestros, es precisamente uno de los mayores logros de la evoluci&oacute;n de la revista. La consecuencia l&oacute;gica de este hecho es que todas estas inquietudes personales confluyen hacia determinados focos de inter&eacute;s que terminan conformando varios n&uacute;cleos o temas que dan sentido a cada n&uacute;mero. En el caso de la presente entrega de la revista, este proceso casi natural ha dado lugar a dos grandes bloques o ejes principales: por un lado el problema de la utop&iacute;a, y por el otro el Juego de la Casa en Sombras, bloques que por otra parte responden por igual a una misma proyecci&oacute;n, te&oacute;rica y pr&aacute;ctica, de la voluntad utopista que caracteriza al surrealismo.</p>
  • <p>El presente libro Socialismo, historia y utop&iacute;a busca hacer un balance filos&oacute;fico e hist&oacute;rico de la tradici&oacute;n socialista para entender su legado, en busca de ideas que tengan relevancia y potencial para los retos de la sociedad presente. Haci&eacute;ndose eco de la actitud de Hegel ante la Revoluci&oacute;n Francesa, el libro propone que los fracasos y tragedias del socialismo durante el siglo XX fueron tal vez inevitables dadas las condiciones del momento pero, precisamente por esa misma especificidad hist&oacute;rica, en la sociedad actual las ideas socialistas pueden ser una gu&iacute;a valiosa para la acci&oacute;n en un mundo cada vez m&aacute;s complejo sin que por ello se vaya a repetir el pasado. Antes bien, las transformaciones del capitalismo moderno, especialmente en una era de globalizaci&oacute;n y de crisis ambiental de car&aacute;cter planetario, hacen que sea cada vez m&aacute;s plausible y m&aacute;s viable retomar la agenda de solidaridad y responsabilidad compartida que forma parte de la tradici&oacute;n socialista desde sus or&iacute;genes hace ya m&aacute;s de dos siglos.</p>
  • <p>&laquo;Considero que una de las claves de la obra de Mat&iacute;as Escalera Cordero es su disposici&oacute;n a la apertura. [&hellip;] Desde ella, debemos comprender c&oacute;mo se mueve una historia compleja y suge- rente como Un sollozo del fin del mundo. De ah&iacute; el calculado salto experimental que no busca una quiebra cognitiva, sino un impulso desde el extra&ntilde;amiento. Precisamente, ese desplazamiento temporal y espacial que &uacute;nicamente la ciencia ficci&oacute;n logra es el que permite observar m&aacute;s l&uacute;cida y agudamente nuestra realidad: adquirir perspectiva para enjuiciar el rumbo de nuestros d&iacute;as, aun ante la emergencia del colapso ecosocial al que vamos corriendo entusiasmadas/os. Por eso, el autor mueve los ojos hacia el futuro y hacia atr&aacute;s, hacia al pasado para ser conscientes de los senderos por los cuales discurren nuestros d&iacute;as y lo har&aacute;n los venideros. As&iacute; se suman las consecuencias del productivismo, el calentamiento global, el agudizamiento del paradigma represivo, la exclusi&oacute;n social y la falaz fe en la ciencia como panacea&raquo;.</p>
  • <p>Hemos asistido a menudo al velatorio del pensamiento ut&oacute;pico, pero no podemos desahuciarlo al constituir un elemento inembargable de nuestro imaginario. Su etimolog&iacute;a se&ntilde;ala las balizas que inicialmente lo orientan: ou-topia significa &ldquo;no lugar&rdquo; y eu-topia &ldquo;buen lugar&rdquo;, y se vuelve una suerte de crisol o caj&oacute;n de sastre, donde se mezclan desde la m&iacute;tica Edad de Oro y el Ed&eacute;n b&iacute;blico hasta nov&iacute;simas sagas f&iacute;lmicas o juegos virtuales, desde cl&aacute;sicos de la filosof&iacute;a pol&iacute;tica como La Rep&uacute;blica de Plat&oacute;n o la Utop&iacute;a de Moro hasta las propuestas del socialismo y del anarquismo en sus diferentes versiones, desde los experimentos cientificistas o conductistas hasta los pinitos falangistas de un delirio imperial o &eacute;tnico, y esto es s&oacute;lo un m&iacute;nimo bot&oacute;n de muestra. Su tipolog&iacute;a y taxonom&iacute;a es amplia y variada, susceptible de ser abordada desde m&uacute;ltiples perspectivas, y su acervo m&aacute;s prominente, no el &uacute;nico ni el exclusivo, reposa en la aspiraci&oacute;n a un mundo sin violencia, sin injusticia, sin explotaci&oacute;n ni destrucci&oacute;n de la naturaleza. Mientras haya hombres que se subleven por la discrepancia entre lo real y lo posible, perge&ntilde;ar&aacute;n representaciones ideales de la convivencia con el mandato de su implantaci&oacute;n. Esa decantaci&oacute;n temporal (aun con un futuro hoy en horas bajas) nos permitir&aacute; hablar de ucron&iacute;a y de su mudanza al horizonte de expectativa. No fue el ant&iacute;doto maquiaveliano contra la tentaci&oacute;n falaz de obviar el hiato entre ser y deber ser el que franque&oacute; el umbral de las tan pujantes distop&iacute;as. A ello han coadyuvado la decepci&oacute;n y el fracaso de las utop&iacute;as modernas.</p>
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