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<p>«Considero que una de las claves de la obra de Matías Escalera Cordero es su disposición a la apertura. […] Desde ella, debemos comprender cómo se mueve una historia compleja y suge- rente como Un sollozo del fin del mundo. De ahí el calculado salto experimental que no busca una quiebra cognitiva, sino un impulso desde el extrañamiento. Precisamente, ese desplazamiento temporal y espacial que únicamente la ciencia ficción logra es el que permite observar más lúcida y agudamente nuestra realidad: adquirir perspectiva para enjuiciar el rumbo de nuestros días, aun ante la emergencia del colapso ecosocial al que vamos corriendo entusiasmadas/os. Por eso, el autor mueve los ojos hacia el futuro y hacia atrás, hacia al pasado para ser conscientes de los senderos por los cuales discurren nuestros días y lo harán los venideros. Así se suman las consecuencias del productivismo, el calentamiento global, el agudizamiento del paradigma represivo, la exclusión social y la falaz fe en la ciencia como panacea».</p>
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<p><em>Estrella Roja</em> és una fantàstica novel·la sobre la creació d’una societat socialista a Mart. El viatge interplanetari d’un científic revolucionari que s’enamorarà d’una societat que batalla entre la utopia i els seus desafiaments. Una intrigant història plena d’enginys futuristes però també de reflexions sobre els reptes i els perills dels avenços tecnològics, el combustible radioactiu, l’explotació dels recursos naturals o el paper de la sexualitat i la cultura en una societat revolucionària.</p> <p>Una obra de culte escrita l’any 1908 que ha inspirat novel·les i cançons dels Wu Ming, ZOO o l’<em>steampunk</em>. Un llibre fundacional del gènere de la ciència-ficció que com, Jules Verne o Ursula K. Le Guin, continua adreçant-se’ns amb plantejaments visionaris i plenament actuals.</p>
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<p>Una hermosa y lírica exploración de los lugares donde la naturaleza florece en nuestra ausencia. Algunas de las únicas reses verdaderamente asilvestradas del mundo deambulan por una isla abandonada desde hace tiempo en el extremo norte de Escocia. En los terrenos irradiados de Chernóbil ha resurgido una variedad de vida silvestre que no se había visto en mucho tiempo. En la estrecha zona desmilitarizada de la península de Corea, un exuberante bosque alberga miles de especies extinguidas o en peligro de extinción en cualquier otro lugar del planeta.</p> <p>Cal Flyn, periodista de investigación, excepcional escritora de naturaleza y nueva y prometedora voz literaria, visita los lugares más sombríos y desolados de la Tierra que, debido a la guerra, la catástrofe, la enfermedad o la decadencia económica, han sido abandonados por los humanos. Lo que encuentra cada vez es una "isla" de nueva vida: la naturaleza se ha apresurado a llenar el vacío más rápido y con mayor profundidad que incluso las proyecciones más esperanzadoras de los científicos.</p> <p>‘Islas de abandono’ es un recorrido por estos nuevos ecosistemas, en todo su esplendor, como lugares de inesperada importancia medioambiental, donde el mundo natural ha reafirmado su poder salvaje y su promesa. Y aunque no nos libra de abordar la degradación del medio ambiente y el cambio climático, es un caso en el que la esperanza está lejos de perderse, y es, en última instancia, una historia de redención: los lugares más contaminados de la Tierra pueden rehabilitarse mediante procesos ecológicos y, de hecho, ya lo están haciendo.</p> <p>Este estudio, luminosamente escrito, está unido a una profunda visión y a nuevos descubrimientos ecológicos que, en conjunto, dan respuesta a las grandes preguntas: ¿qué ocurrirá cuando nos hayamos ido, y hasta qué punto puede deshacerse el daño que hemos provocado a la naturaleza? Este es un libro sobre lugares abandonados: ciudades fantasma y zonas de exclusión, tierras de nadie e islas fortaleza, y lo que ocurre cuando se permite a la naturaleza reclamar su lugar.</p>
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<p>La filósofa Patricia Manrique ha logrado en poco más de 200 páginas algo que parecía imposible: llevarnos en un profundo viaje filosófico, hacer temblar algunos de nuestros espacios de confort militante y estimular una visión política, polética y polírica que haga de la utopía algo tan cercano como nuestra escalera de vecinas.</p> <p>Las ideas que pone en juego Patricia Manrique provienen del pensamiento radical occidental, de los feminismos del sur o incluso de algunos de los núcleos de resistencia originarios para devolvernos, al final del viaje, a nuestras comunidades de vida cotidianas. Este libro es un profundo cuestionamiento a la racionalidad neoliberal, “un canto al placer en la defensa de la vida, a la dicha que proporciona vivirla sabiendo que no estamos solas y a una felicidad que procura una nueva riqueza que nada tiene que ver con el capital y que, poco a poco, estamos inventado en común”.</p>
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<p>Hemos asistido a menudo al velatorio del pensamiento utópico, pero no podemos desahuciarlo al constituir un elemento inembargable de nuestro imaginario. Su etimología señala las balizas que inicialmente lo orientan: ou-topia significa “no lugar” y eu-topia “buen lugar”, y se vuelve una suerte de crisol o cajón de sastre, donde se mezclan desde la mítica Edad de Oro y el Edén bíblico hasta novísimas sagas fílmicas o juegos virtuales, desde clásicos de la filosofía política como La República de Platón o la Utopía de Moro hasta las propuestas del socialismo y del anarquismo en sus diferentes versiones, desde los experimentos cientificistas o conductistas hasta los pinitos falangistas de un delirio imperial o étnico, y esto es sólo un mínimo botón de muestra. Su tipología y taxonomía es amplia y variada, susceptible de ser abordada desde múltiples perspectivas, y su acervo más prominente, no el único ni el exclusivo, reposa en la aspiración a un mundo sin violencia, sin injusticia, sin explotación ni destrucción de la naturaleza. Mientras haya hombres que se subleven por la discrepancia entre lo real y lo posible, pergeñarán representaciones ideales de la convivencia con el mandato de su implantación. Esa decantación temporal (aun con un futuro hoy en horas bajas) nos permitirá hablar de ucronía y de su mudanza al horizonte de expectativa. No fue el antídoto maquiaveliano contra la tentación falaz de obviar el hiato entre ser y deber ser el que franqueó el umbral de las tan pujantes distopías. A ello han coadyuvado la decepción y el fracaso de las utopías modernas.</p>
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<p><span style="font-size: 14px; font-family: arial, helvetica, sans-serif;">Explorar, descubrir, reinventar, atreverte. Esas son las consignas que merodean los versos del poeta. Aún a pesar del desamor y de la ausencia. O mejor, alentadas por las pérdidas, por los espacios de soledad, por los vacíos. </span><em style="font-size: 14px; font-family: arial, helvetica, sans-serif;">“Hoy que te quería / a mi lado para siempre, / me querías tan solo, / como nunca”</em><span style="font-size: 14px; font-family: arial, helvetica, sans-serif;">. Jose Miguel equilibra este poemario entre amares y resistencias, porque son las dos caras de una misma moneda, los dos polos que electrizan sus palabras. </span></p> <p><span style="font-size: 14px; font-family: arial, helvetica, sans-serif;">Amores que dejan almohadas vacías, amores que te empujan, que te merodean, a pesar de los exilios de las caricias, que evocan paseos a dos en las calles húmedas de Aguere. Amores que se resisten a partir, que se cobijan en el drago de la plaza, que se van dejando una estela transitable por la que seguir amando. Sin resentimientos. Amores que no desertan de la complicidad, que duelen, porque el dolor es energía que se acumula para engendrar nuevas quimeras. </span></p> <p><span style="font-size: 14px; font-family: arial, helvetica, sans-serif;">Su poesía anda llena de madureces y de ternuras. Es como la extensión infinita de esa estructura que va definiendo nuestro itinerario vital y que algunas se empeñan en llamar alma. Es como la prolongación de su enjuta figura, siempre vigilante para advertirnos de las vendas que ciegan nuestras miradas, sin ataduras, sin copyrights, sin barreras que la frenen, sin adjetivos que la encorseten. Mira al mundo y consigue pararlo, detener el trepidante travelling de mentiras intencionadas y fijar el plano en la imagen adecuada, la que nos revela el lugar exacto en que se esconde el bicho que devora nuestras esperanzas. Su palabra intenta situarse en la complicidad, en el acompañamiento, enfocada en las pesadillas que acaban pariendo sueños colectivos...</span></p>
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Sin stock<p>La revista<em> Salamandra</em> cumple con esta nueva entrega los veinte números, desde que el primero saliera a la luz en 1987. En todo este tiempo transcurrido no sólo ha cambiado el formato y el grosor de la revista (recordemos que aquella primera Salamandra no pasaba de las dieciocho páginas), sino que también han aumentado, creemos, sus ambiciones y preocupaciones, su capacidad de interrogación e intervención en la realidad y en los debates y acciones que pretenden criticarla y combatirla. Pero lo que no ha sufrido ningún cambio es su razón de ser: la plasmación de una actividad colectiva que se sostiene en la crítica de la dominación y en la experimentación de lo maravilloso, en la lucha contra la alienación social y mental, en la voluntad de transformar el mundo y en el deseo de cambiar la vida; en definitiva: en la revuelta y en la poesía abrazadas para llevar a cabo, a partir del surrealismo, que no de su ideología o de su dogma, un proyecto político de vida poética que hiciera posible una emancipación en todos los planos de la existencia.</p> <p>Que en un proyecto como este no sólo participen personas que se identifican como surrealistas, sean del grupo de Madrid o de otros lugares, sino también amigos y colaboradores con una sensibilidad afín o con planteamientos que consideramos especialmente estimulantes aunque no siempre coincidan con los nuestros, es precisamente uno de los mayores logros de la evolución de la revista. La consecuencia lógica de este hecho es que todas estas inquietudes personales confluyen hacia determinados focos de interés que terminan conformando varios núcleos o temas que dan sentido a cada número. En el caso de la presente entrega de la revista, este proceso casi natural ha dado lugar a dos grandes bloques o ejes principales: por un lado el problema de la utopía, y por el otro el Juego de la Casa en Sombras, bloques que por otra parte responden por igual a una misma proyección, teórica y práctica, de la voluntad utopista que caracteriza al surrealismo.</p>