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<p>Tras el fallido <em>Fin de la Historia</em> declarado por Fukuyama, numerosos académicos han advertido del profundo declive de la lógica posmoderna. Ante ello, han proliferado los discursos posposmodernistas tratando de categorizar las formas culturales emergentes. Este libro toma como principio estructurador los argumentos de Fredric Jameson sobre la decadencia de la historicidad de las sociedades del capitalismo tardío. Al reevaluar y reconfigurar estas nociones en relación con la estructura de sentimiento vigente, resulta inevitable percibir las constantes oscilaciones culturales entre el modernismo y el posmodernismo que han dado lugar a la meta-modernidad.</p> <p><em>Metamodernismo: Historicidad, afecto y profundidad después del posmodernismo</em> se erige como el ensayo canónico en el estudio del metamodernismo. En él intervienen las voces más influyentes en el debate académico y crítico sobre el posposmodernismo, el arte, la estética y la cultura del siglo XXI. Mediante una minuciosa e inédita cartografía del paisaje cultural contemporáneo, relaciona la teoría metamoderna y su representación en la literatura, las artes visuales, el cine y la televisión con las evoluciones sociales, tecnológicas y económicas más recientes.</p>
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<p>«El comunismo no es amor. El comunismo es un martillo, que se usa para aplastar al enemigo.» Mao</p> <p>Los primeros escritos filosóficos de Mao apuntalaron las revoluciones chinas y, con sus llamadas a la insurrección, siguen constituyendo algunos de los textos más agitadores de todos los tiempos. El explosivo comentario que el inconformista filósofo Slavoj Žižek realiza sobre éstos alcanza conclusiones inquietantes sobre el lugar que el pensamiento de Mao ocupa en la doctrina revolucionaria.</p>
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<p>En <em>El dolor de Dios. Inversiones del Apocalipsis,</em> el brillante teórico marxista Slavoj Žižek y el teólogo radical Boris Gunjević no nos ofrecen un texto religioso, sino una investigación crítica, una obra de fe no en Dios, sino en la inteligencia humana. Con su fervor contagioso y su talento para las conexiones inusitadas, Žižek pone a prueba el supuesto ateísmo de Occidente y se plantea la desconcertante posibilidad de la existencia de un Dios todopoderoso que sufre y reza. </p> <p>Recogiendo el guante lanzado por Žižek, Gunjević hace un llamamiento revolucionario a la creación de una teología capaz de acabar con la astuta «esclavización del deseo» impuesta por el capitalismo. Valiéndose de ejemplos elocuentes y empleando una lógica penetrante, Žižek y Gunjević convocan a pensadores que van desde San Agustín hasta Lacan, y abordan cuestiones que abarcan desde la ética cristiana frente a la ética «pagana» hasta la «lucha de clases» en el Corán y el papel de los sexos en el Islam. Examinan y diseccionan la fe hoy, y sacuden los cimientos de las tradiciones monoteístas.</p>
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<p>Si la disolución de la Unión Soviética significó para muchos el acta de defunción del comunismo como alternativa global al capitalismo, la crisis del primer decenio del siglo XXI puede suponer su recuperación. <br /> En efecto, bajo el disfraz de la mutación neoliberal, el capitalismo manifiesta su incapacidad para mantener la tasa de ganancia sin recurrir a las formas más despiadadas de explotación material y sumisión ideológica, disipando así cualquier ilusión reformista desde dentro del sistema.</p> <p>La búsqueda del horizonte comunista que propone este libro se inscribe dentro de una actividad teórica de reconstrucción de una herramienta ideológica que, desde distintas perspectivas, preside la reflexión de Žižek, Badiou, Negri, Bosteeels, Rancière y otros muchos, una reflexión cuyo sentido habían desvirtuado el formalismo, el burocratismo y la inexorable tentación autoritaria. Enriqueciendo la tradición marxista y leninista a la luz de las aportaciones de la psicología, del significado de las nuevas tecnologías de la comunicación –que se han traducido en un verdadero oligopolio del capitalismo comunicacional– y de la nueva configuración social de la lucha de clases, esta obra explora nuevas posibilidades y nuevos caminos. Los cuales aunque aún balbuceantes y pendientes del refrendo de una praxis social que los dé su sentido real, representan sugerentes aportaciones en la lucha ideológica para la rehabilitación de un concepto tan lógicamente maltratado por el poder como denostado por una izquierda melancólica (en el sentido de Walter Benjamin) que ha perdido el sentido de lo colectivo.</p>