Contracultura y arte

  • <p>Jimi Hendrix es &uacute;nico. Ha pasado medio siglo de su fallecimiento y su m&uacute;sica sigue siendo tan salvaje como &eacute;l. En todos estos a&ntilde;os, no ha subido a un escenario ning&uacute;n guitarrista de blues y rock que haya podido hacernos olvidar aquel estallido el&eacute;ctrico que sacudi&oacute; la espina dorsal de la m&uacute;sica pop en la segunda mitad de la d&eacute;cada de 1960. Disco a disco, concierto a concierto y con apariciones en festivales &ndash;como los hist&oacute;ricos &lsquo;shows&rsquo; que hizo en Monterey y Woodstock&ndash;, Jimi Hendrix iba demostrando su val&iacute;a como guitarrista, compositor, cantante y letrista, asombrando a brit&aacute;nicos y norteamericanos. Su estilo era una violenta mezcla de c&oacute;lera y sentimiento. Guitarristas brit&aacute;nicos considerados dioses por los fans, como Eric Clapton, Keith Richard, Jeff Beck, Jimmy Page o Pete Townshend acud&iacute;an a sus conciertos. Cuando Bob Dylan habl&oacute; p&uacute;blicamente de Hendrix dijo que era &laquo;estratosf&eacute;rico&raquo;, que nadie ha podido igualar jam&aacute;s lo que hizo con su canci&oacute;n &laquo;All Along the Watchtower&raquo;. Su temprana muerte &ndash;supuestamente accidental, aunque el libro recoge varias opiniones discordantes al respecto&ndash; junto con las de Brian Jones, Jim Morrison y Janis Joplin dejaron en la m&uacute;sica pop unos huecos dif&iacute;ciles de llenar. &ldquo;El problema del mundo en que nos movemos &ndash;dec&iacute;a Hendrix&ndash; es que la gente te toma por un payaso y te utilizan como si fueras un esclavo del p&uacute;blico&rdquo;. Jes&uacute;s Ordov&aacute;s, el famoso periodista y director de programas musicales en la radio, nos sumerge en los gloriosos a&ntilde;os del rock and roll con una frescura que se respira. &laquo;Vive r&aacute;pido, muere joven y deja un bonito cad&aacute;ver&raquo;.</p>
  • <p>Harold Chasen, diecinueve a&ntilde;os, est&aacute; obsesionado con la muerte. Simula suicidios para sorprender a su egoc&eacute;ntrica madre, conduce un coche f&uacute;nebre y asiste a los funerales de extra&ntilde;os. Maude Chardin, setenta y nueve, adora la vida. Libera &aacute;rboles de las aceras y los trasplanta al bosque, pinta sonrisas en los rostros de las estatuas de la iglesia y &ldquo;toma prestados&rdquo; autom&oacute;viles para recordarles a sus due&ntilde;os que la vida es fugaz. Un encuentro casual entre los dos se convierte en una locura, un romance vertiginoso, gracias al cual Harold se se da cuenta de que vale la pena vivir. La novela se public&oacute; con la pel&iacute;cula original pero ha estado agotada durante m&aacute;s de treinta a&ntilde;os. Es un complemento valioso que aporta elementos nuevos y responde a muchas de las preguntas no resueltas de la pel&iacute;cula.</p>
  • <p>&iquest;Qu&eacute; convierte a algo en una obra de arte? &iquest;C&oacute;mo dieron forma los antiguos griegos a la belleza ideal? &iquest;Ejerce el color una influencia directa en el alma? Este libro analiza estas y otras muchas cuestiones revisando los movimientos, estilos y temas art&iacute;sticos clave a trav&eacute;s de m&aacute;s de 200 obras de muy diversos g&eacute;neros. Con un lenguaje claro, El libro del arte descifra la terminolog&iacute;a de la historia y la teor&iacute;a del arte y ofrece im&aacute;genes de las grandes obras del mundo e ingeniosos diagramas que explican las ideas subyacentes. Desde las figurillas de fertilidad prehist&oacute;ricas a las videoinstalaciones, este es el manual perfecto para iniciarse en el conocimiento del arte. Tanto el estudiante de arte como el &aacute;vido visitante de museos y galer&iacute;as hallar&aacute;n en este libro sugerentes ideas sobre joyas art&iacute;sticas de todas las &eacute;pocas y procedencias.</p>
  • <p>&laquo;Los libros de La Felguera son para gente que se cree inteligente. Este es el primero para los que reconocen ser imb&eacute;ciles&raquo; (Hez). Hez, que durante una d&eacute;cada de caos y punk ha puesto en circulaci&oacute;n uno de los fanzines m&aacute;s disparatados y salvajes de este pa&iacute;s, es uno de nuestros mejores artistas del tebeo subterr&aacute;neo, adem&aacute;s de guitarrista y cantante de la banda Sudor. Alguien debi&oacute; pararlo a su debido tiempo, pero felizmente ya es tarde. Amigo Blas es brillante, el hermano d&iacute;scolo y taleguero de Hermano Lobo ?del que es un orgulloso heredero? y La Codorniz, Luis Carandell y su Celtiberia show en su peor d&iacute;a, G&oacute;mez de la Serna convertido en golfillo y espadista, algo as&iacute; como aquella antigua definici&oacute;n del surrealismo sobre bajar a la calle armado y, sin motivo alguno, ponerse a disparar a la multitud.</p> <p>Con Hez, qu&eacute; duda cabe, te r&iacute;es mucho y, a veces, esa misma risa es una mueca de espanto un tanto avergonzada por el motivo del despiporre: las vi&ntilde;etas que te dispones a disfrutar son brutalmente incorrectas. Las escenas que refleja, nos gusten o no, son la propias de la condici&oacute;n humana, como si aquello que realmente piensa tanta gente saliera a la superficie sin freno alguno. Estos tambi&eacute;n son nuestros disparates goyescos. Porque somos as&iacute;. Espa&ntilde;a es de este calibre, un pa&iacute;s esperp&eacute;ntico y violento, muy hip&oacute;crita y dado a la doble moral. Miguel Mihura, un maestro de todo esto, ya dijo que &laquo;el humor verdadero no se propone ense&ntilde;ar o corregir Lo &uacute;nico que pretende el humor es que, por un instante, nos salgamos de nosotros mismos, nos marchemos de puntillas unos veinte metros y demos una vuelta a nuestro alrededor contempl&aacute;ndonos por un lado y por otro, por detr&aacute;s y por delante y descubramos nuevos rasgos y perfiles que no conoc&iacute;amos&raquo;. Am&eacute;n.</p> <p>As&iacute; que bajad a las cloacas!, echad un vistazo al extra&ntilde;o lugar donde Hez lleva parti&eacute;ndose la caja durante una d&eacute;cada de gloria y lodazal. Porque el futuro es de los viejos y la tonter&iacute;a nos har&aacute; libres. Porque somos mierda, estamos hechos de mierda y, tarde o temprano, en mierda nos convertiremos. Amigo Blas es orgullosamente est&uacute;pido. La bendita estupidez, y no la &laquo;raz&oacute;n&raquo; genocida, nos salvar&aacute;.&nbsp;&nbsp;&nbsp;</p>
  • <p>El vendedor de naranjas, primera novela de Fernando Fern&aacute;n G&oacute;mez, escrita cuando ya era un actor y director popular, es una comedia ir&oacute;nica y emotiva de mimbres autobiogr&aacute;ficos, una narraci&oacute;n plagada de momentos brillantes que nos muestra los avatares &mdash;chanchullos, sinsabores, estafas y golfer&iacute;as varias&mdash; de la producci&oacute;n cinematogr&aacute;fica espa&ntilde;ola. Es, a mayores, una luminosa muestra del ambiente y de las condiciones de vida de quienes trabajaban en la &mdash;todav&iacute;a en pa&ntilde;ales en los a&ntilde;os cincuenta&mdash; industria del celuloide de nuestro pa&iacute;s, apoyada en la leyenda de que los productores de cine espa&ntilde;ol de la &eacute;poca eran empresarios valencianos de la naranja.</p>
  • <p>A trav&eacute;s de sus manifiestos y panfletos ?la mayor&iacute;a nunca antes publicados?, su abundante correspondencia, epigramas y hasta varias asombrosas y reveladoras entrevistas, comprendemos su personalidad y absoluta fe en la certeza de sus visiones. Tambi&eacute;n su furibunda diatriba contra el arte oficial y el establishment art&iacute;stico, al que acusa de falso y mercantilizado. Solo de este modo podemos entender el fant&aacute;stico y colosal universo blakeano (&laquo;La exuberancia es belleza&raquo;, escribir&aacute;), que tanto ha fascinado, y lo sigue haciendo, a artistas y pensadores de todo tipo.Un incansable Blake, al borde de la pobreza y condenado el ostracismo por sus contempor&aacute;neos, que lo consideran un artista &laquo;exc&eacute;ntrico&raquo; y &laquo;atormentado&raquo;, se enfrenta a todo y todos, a quienes describe como &laquo;El Enemigo&raquo;. Su honestidad es brutal, pero tambi&eacute;n conmovedora. Para &eacute;l todo es Eterno, mientras confiesa comunicarse permanentemente con fallecidos y toda clase de seres, e incluso escribir bajo su dictado, reinterpretando escenas b&iacute;blicas seg&uacute;n lo que asegura haber presenciado. Se describe como un &laquo;pr&iacute;ncipe de la mente&raquo;.A medida que envejece, la lectura se hace emocionante y desgarradora. Poco antes de fallecer, confiesa: &laquo;He estado muy cerca de las Puertas de la Muerte y he regresado muy d&eacute;bil y convertido en un anciano d&eacute;bil y renqueante, aunque no en materia de esp&iacute;ritu ni de vida, no en lo tocante a ese hombre real, la imaginaci&oacute;n que vive eternamente&raquo;.El resultado es una obra fundamental, lo m&aacute;s parecido posible a una biograf&iacute;a de Blake escrita por &eacute;l mismo, acompa&ntilde;ada de numerosas ilustraciones y el facs&iacute;mil de su bello e intrincado Cuaderno de notas, todo un acontecimiento literario en una cuidada y portentosa edici&oacute;n, selecci&oacute;n y traducci&oacute;n a cargo de Javier Calvo, especialista en Blake y una de las voces m&aacute;s autorizadas en nuestro pa&iacute;s sobre arte y ocultismo.</p>
  • <p>Un homenatge a tants homenatges des de baix i que des de fa 25 anys ha anat esdevenint un homenatge imprevist continuat, quotidi&agrave; i permanent. Aquest &eacute;s el sentit de L Ovidi se n va a la Beckett , llibre-CD amb el qual el col lectiu OVIDI4 format per Mireia Vives, Borja Penalba, David Ca&ntilde;o i David Fernandez reivindiquen Ovidi Montllor i Mengual.</p> <p>Ho fan des de la generaci&oacute; que va n&eacute;ixer sota la democr&agrave;cia de l amn&egrave;sia, la precarietat a perpetu&iuml;tat i l orgia immobili&agrave;ria i, des d aquesta perspectiva, &eacute;s un reconeixement a totes les persones, col lectius i m&uacute;sics que &ndash;contra els grisos planificadors de l oblit i el bandejament- han contribu&iuml;t a rehabilitar la figura de l obrer de la paraula d Alcoi. I ho fan col lectivament, amb un llibre de 164 p&agrave;gines amb introducci&oacute; de Jana Montllor, pr&ograve;leg de Marina Garc&eacute;s, ep&iacute;leg de Jordi Cuixart i una acurad&iacute;ssima antologia de fins a 24 textos i articles especialment seleccionats per aquesta edici&oacute; i signats per d Antoni Mir&oacute;, Feliu Ventura, Isabel Clara-Sim&oacute;, Fam&iacute;lia</p>
  • <p>Aunque independientes, los ensayos que conforman este libro se encuentran conectados mediante tres cuestiones que los cruzan transversalmente y vinculan sus contenidos.</p> <p>En primer lugar, la cr&iacute;tica de la est&eacute;tica occidental como fuente privilegiada de la teor&iacute;a del arte. En ese empe&ntilde;o, se analiza la posibilidad de reflexionar sobre el arte y sus tantas formas recurriendo a diversas aproximaciones cr&iacute;ticas y hermen&eacute;uticas planteadas al margen de la gran tradici&oacute;n idealista occidental, aunque cruzadas inevitablemente con ella.Este intento se apoya en el concepto de &ldquo;aura&rdquo;.</p> <p>En segundo lugar, el concepto de &ldquo;latencia&rdquo;, en el sentido de virtualidad aur&aacute;tica que requiere ser activada. Una parte de la producci&oacute;n del arte se encuentra auratizada por su posici&oacute;n en los circuitos establecidos; otra, se carga de aura por su pertenencia a sistemas culturales diferentes, como los ind&iacute;genas, que vuelven excepcionales ciertas cosas y hechos por su vinculaci&oacute;n con pr&aacute;cticas sociales, creencias y valores diversos.</p> <p>La tercera cuesti&oacute;n refiere al v&iacute;nculo entre el arte y la pol&iacute;tica. &iquest;Qu&eacute; es un arte pol&iacute;tico? El arte pol&iacute;tico moviliza obras desobedientes del rumbo &uacute;nico impuesto por el mercado, cuestiona el r&eacute;gimen de la representaci&oacute;n est&eacute;tica y la misma institucionalidad que sostienen sus pr&aacute;cticas; critica, en fin, el alterof&oacute;bico sistema hegem&oacute;nico, pero procesa todas esas disidencias mediante los rodeos, montajes y recursos significantes propios del arte. Mediante la distancia que la forma inventa, una y otra vez, para seducir la mirada y forzarla a dudar del orden fijo del mundo.</p>
  • <p>Quan a Louis Armstrong li van posar una corneta a les mans perqu&egrave; despert&eacute;s tot l orfenat, amb la primera nota va entendre que havia nascut per ser m&uacute;sic. Ella Fitzgerald es va criar al carrer, vestia parracs i duia sabates d home, per&ograve; es va jurar que un dia faria seu els escenaris. En plena allau de repressi&oacute; racista, el ve&iuml;nat de Harlem va ser capa&ccedil; d inventar el ball m&eacute;s excitant dels anys trenta. Als camps d extermini nazis, hi havia joves que cantaven swing a mitja veu per sobreviure dia a dia. I, moltes d&egrave;cades despr&eacute;s, a la Nova Orleans devastada pel Katrina i la neglig&egrave;ncia pol&iacute;tica, centenars de persones es conjuraven entre les runes perqu&egrave; les trompetes, les tubes i els timbals els ajudessin a reconstruir les seves vides.</p>
  • <p>Para arremeter contra la proliferaci&oacute;n en las pantallas de pornograf&iacute;a sentimental, Jos&eacute; Luis Cuerda elige un formato en desuso por denostado: el panfleto. O sea, un op&uacute;sculo agresivo y, a poder ser, difamatorio.</p> <p>Publicado por primera y &uacute;nica vez en 1997 en la revista Academia, lo presentamos de nuevo acompa&ntilde;ado de una completa tele-v&iacute;deo-filmograf&iacute;a comentada por el propio Cuerda.</p> <p>Una pieza &mdash;como los dem&aacute;s libros publicados en esta editorial&mdash; esencial para conocer y acercarse a la obra de uno de los creadores m&aacute;s geniales que ha dado la vieja Iberia.</p>
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