Contracultura y arte

  • <p>En 1923, una noticia despert&oacute; una gran pol&eacute;mica entre intelectuales, periodistas y cient&iacute;ficos. Argamasilla, un joven descendiente de una familia de arist&oacute;cratas, aseguraba poseer visi&oacute;n de rayos x que le permit&iacute;a ver a trav&eacute;s de los cuerpos opacos. La pol&eacute;mica, que dividi&oacute; a medi&oacute; pa&iacute;s entre defensores y detractores del extra&ntilde;o caso, lleg&oacute; hasta los c&iacute;rculos m&aacute;s elevados. En abril, por iniciativa de la Reina Mar&iacute;a Cristina, se constituy&oacute; una comisi&oacute;n para estudiar el caso, presidida por Ram&oacute;n y Cajal y formada por oculistas, neur&oacute;logos, psiquiatras y f&iacute;sicos. Robert Richet, un prestigioso m&eacute;dico franc&eacute;s, qued&oacute; completamente convencido de la lucidez del joven Argamasilla. Sus poderes le parec&iacute;an maravillosos, creyendo ver en ellos un nuevo horizonte para la ciencia, pues abr&iacute;an la posibilidad de descubrir nuevos rayos. &laquo;Estamos en d&iacute;as de descubrir nuevos rayos. Nos encontramos en presencia de uno de los mayores descubrimientos de nuestros d&iacute;as&raquo;, afirm&oacute;.</p> <p>Valle-Incl&aacute;n, que siempre estuvo interesado en el mundo esot&eacute;rico y el psiquismo, terci&oacute; a favor de Argamasilla, en una hist&oacute;rica declaraci&oacute;n en la que aseguraba que no todo lo que es real puede ser demostrado cient&iacute;ficamente. Argamasilla, apoyado por el escritor, se convirti&oacute; en algo inaudito cuya fama comenzaba a extenderse por el mundo entero, hasta que lleg&oacute; a o&iacute;dos del gran ilusionista y enemigo del mundo sobrenatural Harry Houdini, qui&eacute;n lo ret&oacute; a una demostraci&oacute;n personal de sus supuestas habilidades. Al a&ntilde;o siguiente, Argamasilla, presentado por la prensa espa&ntilde;ola como un heraldo de la hispanidad, viaj&oacute; hasta Estados Unidos, donde realiz&oacute; una gira en la que fue presentado como &laquo;el hombre con rayos x en los ojos&raquo;. Todo fue bien hasta que se encontr&oacute; frente a frente con el poderoso Houdini, quien estaba decidido a desenmascarar sus prodigios.</p>
  • <p>Las <i>Ilustraciones al Libro de Job</i> (compuesto por 21 l&aacute;minas de extraordinaria belleza) fue la &uacute;ltima obra que realiz&oacute; William Blake, cuya leyenda permanece inalterable, oscura y perfecta. De &eacute;l se ha dicho pr&aacute;cticamente de todo: visionario, profeta de la igualdad, genio adelantado a su tiempo, poeta de los contrarios, la imaginaci&oacute;n y el genio po&eacute;tico, radical y extremista pol&iacute;tico, precursor del surrealismo, loco maravilloso. Blake, quien supo &laquo;reducir lo humano a la poes&iacute;a y la poes&iacute;a al Mal&raquo; (Georges Bataille), vivi&oacute; humildemente toda su vida y mantuvo contacto con todo tipo de seres y entidades. Su obra es inagotable y nos advierte de que o creamos nuestro propio sistema de ideas o acabaremos siendo esclavos, y quiz&aacute; por ello &eacute;l cre&oacute; su propio mundo que hoy intentamos comprender. Posiblemente &laquo;el loco m&aacute;s sagrado de Inglaterra&raquo; (Dr. Gull en From Hell, de Alan Moore) sea el artista ingl&eacute;s m&aacute;s brillante de todos los tiempos y &laquo;tan grande como Rembrandt&raquo; (John Ruskin).</p> <p>Las <i>Ilustraciones al Libro de Job</i>, inquietante y bello, es su particular y original visi&oacute;n del c&eacute;lebre libro b&iacute;blico del Antiguo Testamento que tanto ha interesado a historiadores y te&oacute;logos.</p>
  • <p>Estos textos nos ofrecen la esencia de los puntos de vista de Mumford sobre los papeles opuestos pero a la vez interconectados de la tecnolog&iacute;a y el arte en la cultura contempor&aacute;nea.</p> <p>Mumford sostiene que el excesivo &eacute;nfasis que el hombre ha dado a la t&eacute;cnica ha contribuido a la despersonalizaci&oacute;n y la vacuidad de gran parte de la existencia en el siglo XXI, y como consecuencia de ello hace un vigoroso llamamiento a favor de un respeto renovado por los impulsos y los logros art&iacute;sticos. Su repetida insistencia en que el desarrollo tecnol&oacute;gico tome al ser humano como medida &mdash;as&iacute; como su apasionado alegato a favor de que la humanidad saque el m&aacute;ximo partido de sus &laquo;espl&eacute;ndidas potencialidades y promesas&raquo; invirtiendo el rumbo de su progreso hacia la anomia y la destrucci&oacute;n&mdash; resulta a&uacute;n m&aacute;s relevante en este siglo xx</p> <p>Con una esclarecedora introducci&oacute;n de Casey Nelson Blake sobre la vida y obra de Lewis Mumford y con una nueva traducci&oacute;n de Federico Corriente, publicamos por primera vez en Espa&ntilde;a este ya cl&aacute;sico libro compuesto por seis conferencias &mdash;&laquo;El arte y el s&iacute;mbolo&raquo;; &laquo;La herramienta y el objeto&raquo;; &laquo;De la artesan&iacute;a al arte de la m&aacute;quina&raquo;; &laquo;Estandarizaci&oacute;n, reproducci&oacute;n y elecci&oacute;n&raquo;; &laquo;S&iacute;mbolo y funci&oacute;n en la arquitectura&raquo;; &laquo;Arte, t&eacute;cnica e integraci&oacute;n cultural&raquo;&mdash; en las que Mumford aborda de manera a&uacute;n m&aacute;s cercana de lo habitual muchos de los problemas a los que nos enfrentamos como sociedad, adem&aacute;s de exponer con una claridad meridiana gran parte de las reflexiones que lo han llevado a ser considerado como uno de los pensadores m&aacute;s importantes del siglo XX.</p>
  • <p>La profunda crisis de ideas y valores en las primeras d&eacute;cadas del siglo XX explicar&iacute;a las dosis de pesimismo, desaz&oacute;n vital y desorientaci&oacute;n que posee no poca de la mejor literatura de esos a&ntilde;os, y a la vez estar&iacute;a en el origen de la explosi&oacute;n creativa de las vanguardias. Estas ofrecieron una alternativa a la pesadumbre promoviendo una redefinici&oacute;n del rol del escritor, con una est&eacute;tica l&uacute;dica, juvenil, jovial y vitalista. Persegu&iacute;an el reencantamiento del mundo y la forja de un hombre nuevo enarbolando la absoluta libertad creativa y, en definitiva, reivindicaban la literatura como una forma superior de dotar de sentido a la realidad en tiempos de grandes convulsiones. Este libro toma como caso de estudio la literatura espa&ntilde;ola de entreguerras, cuando Espa&ntilde;a era un laboratorio del trasiego de nuevas ideas, del encuentro entre novedad y tradici&oacute;n, y de la presencia imponente de la intelectualidad en los asuntos del pa&iacute;s.</p>
  • <p>Honor de caballer&iacute;a: Entrevista a Santiago Auser&oacute;n &amp; Sabino M&eacute;ndez, por Josele Sang&uuml;esa<br /> <br /> Entrevista a Manuel Astur, por Marina P. de Cabo<br /> <br /> Entrevista a Elena Medel, por Daniel L&oacute;pez Garc&iacute;a<br /> <br /> Dossier: Contracultura &lsquo;70<br /> <br /> Fernando Clemot, Gin&eacute;s S. Cutillas y Juan Vico: Entrevista a Pepe Ribas<br /> <br /> Salvador Perpi&ntilde;&aacute;: Entrevista a Diego Manrique<br /> <br /> &Aacute;lex Chico: Entrevista a Antonio Orihuela<br /> <br /> Iv&aacute;n Humanes: Entrevista a &Aacute;ngel Alonso<br /> <br /> Rebeca Garc&iacute;a Nieto: Oda a la subnormalidad<br /> <br /> Laia L&oacute;pez Manrique: Oca&ntilde;a/Genet/Barcelona. Apuntes para un di&aacute;logo imperfecto<br /> &nbsp;</p>
  • <p>En noviembre de 1869 un suceso provoc&oacute; el p&aacute;nico en Mosc&uacute;. El cad&aacute;ver de Iv&aacute;n Ivanovich Ivanov fue encontrado en el fondo de un estanque. Tras el crimen se escond&iacute;a Serg&eacute;i Nechayev, un joven nihilista l&iacute;der de una aterradora sociedad secreta llamada La Justicia del Pueblo, &laquo;el monje cruel de una revoluci&oacute;n desesperada &mdash;escribi&oacute; Albert Camus&mdash;, cuyo sue&ntilde;o m&aacute;s evidente era fundar la orden asesina que permitir&iacute;a propagar y hacer triunfar por fin a la divinidad negra a la que hab&iacute;a decidido servir&raquo;.</p> <p>Pero hab&iacute;a m&aacute;s: Nechayev no estaba solo. Se hablaba de c&eacute;lulas terroristas infiltradas en las ciudades m&aacute;s importantes del pa&iacute;s y dispuestas a perpetrar asesinatos y atentados. M&aacute;s tarde, se supo que el misterioso Nechayev no trabaja solo, sino que era un delegado de Mija&iacute;l Bakunin. Todos temblaron ante la &laquo;divinidad negra&raquo;. Bakunin y Nechayev, confiando en la llegada de una revoluci&oacute;n aniquiladora e higi&eacute;nica, firmaron <em>El Catecismo Revolucionario</em>, uno de los textos m&aacute;s pol&eacute;micos, violentos y odiados de toda la historia, un documento que pronto inspir&oacute; a una nueva generaci&oacute;n terrorista y que, al mismo tiempo, despert&oacute; la alarma entre los servicios policiales y entre la &eacute;lite pol&iacute;tica.</p> <p>Poco despu&eacute;s se descubri&oacute; que Nechayev hab&iacute;a traicionado y robado al mismo Bakunin, cuya amistad con el nihilista le vali&oacute; su expulsi&oacute;n de La Internacional. Dostoievski, a partir de estos acontecimientos, bas&oacute; su famosa novela Los demonios, donde aparecen los personajes de Nechayev y Bakunin.</p> <p>Este libro, que adem&aacute;s de <em>El Catecismo Revolucionario</em> recoge textos y notas poco conocidas de Dostoievski y reveladoras cartas de Bakunin, narra uno de los episodios m&aacute;s apasionantes y fant&aacute;sticos del siglo XIX, que sirvi&oacute; para configurar el terrorismo moderno, las sociedades secretas pol&iacute;ticas y las teor&iacute;as de la conspiraci&oacute;n. Esta es la incre&iacute;ble historia de Nechayev, &laquo;el primer terrorista&raquo; (Camus), una &laquo;abrumadora y sin par combinaci&oacute;n de fan&aacute;tico, fanfarr&oacute;n y maleducado&raquo; (E. H. Carr), y de la fascinaci&oacute;n que este despert&oacute; en Bakunin, quien no dud&oacute; en calificarlo de h&eacute;roe, conspirador profesional y creyente sin dios. Y tambi&eacute;n de Dostoievski, que dedic&oacute; buena parte de su vida a luchar contra los nihilistas, a los que calific&oacute; de &laquo;demonios&raquo;.</p>
  • Beaubourg

    14,00
    <p>Imaginemos que un d&iacute;a se descubren decenas de plantas subterr&aacute;neas (84, como m&iacute;nimo), bajo un famoso museo de arte contempor&aacute;neo de Par&iacute;s. Imaginemos tambi&eacute;n que todas estas plantas son tomadas por una comunidad abierta de personas decididas a crear un espacio vital propio, un lugar de libertad, de creaci&oacute;n de vida. Imaginemos por &uacute;ltimo que todo esto, a pesar de los m&uacute;ltiples problemas a los que debe enfrentarse, tiene &eacute;xito, que se despliega en el tiempo y, lo m&aacute;s importante, que se extiende m&aacute;s all&aacute; de sus l&iacute;mites f&iacute;sicos modificando el curso de la vida com&uacute;n en el exterior&hellip; (de la introducci&oacute;n de Julio Monteverde) 15 de diciembre de 1976: a la vez que se inaugura en Par&iacute;s el Centre Pompidou, el emblema de la Cultura, se celebra la ocupaci&oacute;n de otro centro, emplazado en las 84 plantas debajo del centro oficial: el beaubourg. Creada por la imaginaci&oacute;n de Albert Meister, soci&oacute;logo libertario y estudioso de comunidades autogestionadas, Beaubourg, una utop&iacute;a subterr&aacute;nea es la cr&oacute;nica de la imaginaria ocupaci&oacute;n de los subterr&aacute;neos del Centro Pompidou a lo largo de 14 a&ntilde;os. Un relato ut&oacute;pico sorprendente por su capacidad de reflejar un espacio de libertad inusitada y de su contagio a la realidad circundante. &laquo;Todas estas plantas est&aacute;n destinadas a la cultura, a la cultura que vosotros vais a hacer, porque yo no tengo ni una definici&oacute;n a priori de la cultura ni poder para imponer una; a decir verdad, ni siquiera tengo muy claro qu&eacute; significa el t&eacute;rmino cultura...&raquo;. Albert Meister naci&oacute; el 22 de julio de 1927, en Basilea (Suiza).1 Naturalizado franc&eacute;s en 1967, se doctor&oacute; en sociolog&iacute;a en Ginebra y en ciencias humanas en Par&iacute;s. Toda su carrera profesional gir&oacute; en torno a la problem&aacute;tica de la autogesti&oacute;n y la puesta en marcha de organizaciones horizontales, as&iacute; como alrededor de las implicaciones pol&iacute;ticas y sociales que esta creaci&oacute;n de comunidades libres ten&iacute;a para la sociedad. Como experto en la materia fue altamente respetado en el ambiente intelectual de izquierdas de la &eacute;poca. Trabaj&oacute; para la Ecole des Hautes &Eacute;tudes de Par&iacute;s y varias de sus obras fueron traducidas a diferentes idiomas, entre otros al castellano.2 As&iacute; sucedi&oacute; por ejemplo con su trabajo m&aacute;s famoso: L&acute;inflation cr&eacute;atrice, pero tambi&eacute;n con otros como los que dedic&oacute; a las experiencias de autogesti&oacute;n yugoslavas. Igualmente, destac&oacute; como animador de la revista Autogestion, cuyo t&iacute;tulo nos parece ya suficientemente expl&iacute;cito. Muri&oacute; prematuramente en Jap&oacute;n. Pues en esta historia, a partir de una idea luminosa, Meister pareci&oacute; volcar todos los conocimientos adquiridos en su trabajo cient&iacute;fico para dotarlos de una dimensi&oacute;n nueva, m&aacute;s intensa y cercana, despoj&aacute;ndose adem&aacute;s de todo aparato &laquo;intelectual&raquo; para llegar directamente a aquello que m&aacute;s le interesaba: la posibilidad de creaci&oacute;n de un espacio vital al margen de las constricciones capitalistas en todo lo que este pod&iacute;a tener de real, de vivible, tan luminosamente concreto como el mismo escenario que eligi&oacute; para situarlo.</p>
  • Sin stock
    <p>El graffiti i l'street art s&oacute;n els dos corrents que estan marcant la fi de l'art contemporani. Tot i que amb una consciencia molt limitada, ambd&oacute;s moviments son contemporanis de la darrera gran ofensiva del moviment revolucionari proletari i de la seva derrota, que els est&agrave; deixant atrapats en el mateix camp art&iacute;stic, la decadencia del qual estan anunciant. Aquesta es la ra&oacute; fonamental de la seva immobilitzaci&oacute;. </p>
  • <p>&laquo;<em>Durante a&ntilde;os, bastantes, pues sucede desde hace lo suyo, se&ntilde;alar p&uacute;blicamente la zombificaci&oacute;n de un rock que sobrevive a trav&eacute;s de las copias, endogamias, reediciones y reducciones que de s&iacute; mismo emite, redundaba para el hereje o infractor en saberse diana de cr&iacute;ticas, tambi&eacute;n de reproches y alg&uacute;n que otro insulto. Fatalista, aguafiestas, cenizo, clamaban aquellos que ahora se desdicen, m&aacute;s o menos abiertamente, porque la realidad a&uacute;lla como si le clavaran alfileres en el meato urinario.</em></p> <p><em>En la diminuta galaxia rock, lo m&aacute;s indicativo de estos a&ntilde;os no ha sido no obstante esa paulatina muda de mentalidad, esa asunci&oacute;n colectiva de que ya no se puede seguir sosteniendo la mentira por mucho entusiasmo que la alimente, sino el que, gradualmente desvestido de esencias y significados, o sustituidos ambos por simulacros de esencias y significados, haya quedado oficialmente evidenciado y aceptado el rock como una colecci&oacute;n de estereotipos con los que artista y p&uacute;blico pueden establecer una complicidad de criterios por lo general sentimentales y taxon&oacute;micos, rara vez intelectuales y abstractos. Ya no hay retos, ni enigmas, ni epifan&iacute;as &mdash;a no ser las que proporciona la juventud, la pereza o la ingenuidad&mdash;, tan s&oacute;lo un baile de disfraces con el que enmascarar que en el expoliado pasado reside m&aacute;s por descubrir, y resolver, que en lo que se nos vende como futuro.</em>&raquo;</p>
  • <p>A los que no tienen salvaci&oacute;n, que no son otros sino quienes no necesitan ni salvadores, ni ser salvados: insistentes, irrecuperables, resistentes, refractarios, relapsos, rebeldes, video-vigilados, desahuciados, integrantes de las listas negras, calumniados por los gobiernos, criminalizados por el Ministerio del Interior y sus periodistas, vapuleados por la polic&iacute;a. </p>
  • <p><em>El trabajo</em> es William Burroughs atacando sin piedad nuestros valores, condenando la &laquo;pesadilla americana&raquo;, lanzando como dardos&nbsp; sus visiones sobre la Cienciolog&iacute;a, la polic&iacute;a, la terapia org&oacute;nica, la historia, la mujer, la escritura, la pol&iacute;tica, el sexo, y la droga. Estas conversaciones unen im&aacute;genes de muerte por ahorcamiento con ascensores y aeropuertos, la narraci&oacute;n de la adicci&oacute;n a la droga y su curaci&oacute;n con ideas sobre el lenguaje en el uso liberador de los lenguajes jerogl&iacute;ficos. <em>El trabajo</em> es William Burroughs en acci&oacute;n.</p>
  • <p>Casa de fieras es un juego, o un experimento, fruto del trabajo paciente de la amistad. Su &uacute;nico prop&oacute;sito ha sido internarse en el mundo de los objetos con la certeza de que, entre sus pliegues, las maravillas aguardan para saltar en tromba sobre la vida. Seg&uacute;n los propios autores: Hemos comprobado que hay un espacio com&uacute;n para el intercambio. En ese espacio hemos entendido cosas, las hemos tocado con nuestras palabras, hemos construido una casa para ellas. [...] Si nos pregunt&aacute;is si hemos vuelto a la infancia para entrar en la casa de las fieras os diremos: Hemos visto, hemos escuchado, con eso deber&iacute;a bastar.</p>
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