Contracultura y arte

  • <p>Historias hay muchas; historias de la m&uacute;sica electr&oacute;nica tambi&eacute;n. Lo que distingue a la que aqu&iacute; nos presenta Ariel Kyrou es, precisamente, eso: una fuga, o mejor, un impl&iacute;cito intento de fuga. Hoy nos encontramos en medio de un inmenso proceso de fusi&oacute;n de las formas musicales, un proceso en el que muchas de las oposiciones que con anterioridad nos han servido para pensar y realizar la m&uacute;sica, pierden todo su vigor. El eth&oacute;s musical que comparten la mayor&iacute;a de g&eacute;neros electr&oacute;nicos es, de facto, el reflejo de esa fusi&oacute;n, la creencia firme en la disoluci&oacute;n de las fronteras estil&iacute;sticas y su puesta en pr&aacute;ctica: &quot;Mezclar y agitar&quot;. El Techno rebelde de Ariel Kyrou, al igual que cualquier remezcla que se precie, m&aacute;s que una terminada e intocable obra, supone un corte, un track m&aacute;s dentro de esa colecci&oacute;n, siempre provisional e incompleta, de recursos (s&oacute;nicos, en este caso) que deben ser reorganizados y conectados sin cesar a ese flujo potencialmente interminable que trae consigo &mdash;o deber&iacute;a traer&mdash;, la experiencia de la creaci&oacute;n.</p>
  • Joe Hill

    11,00
    <p>En Estados Unidos, el legado musical de Joe Hill se ha transmitido de generaci&oacute;n en generaci&oacute;n, y forma parte de la tradici&oacute;n musical obrera de ese pa&iacute;s. Sus canciones han sido cantadas por Woody Guthrie, Phil Ochs, Pete Seeger, Joan Baez, Billy Bragg y muchos otros. Comprometido con la lucha sindical, Joe Hill fue detenido, procesado y condenado a muerte en 1915, acusado de haber asesinado a dos tenderos, padre e hijo, en un atraco. Joe siempre se declar&oacute; inocente. En el juicio no se aportaron pruebas concluyentes, pero el gobernador del estado de Utah se neg&oacute; a tomar cartas en el asunto, a pesar de las grandes protestas e incluso de la intercesi&oacute;n del gobierno sueco y del propio presidente estadounidense Wilson. Finalmente Hill fue fusilado. En 1971 el cineasta sueco Bo Wideberg realiz&oacute; la pel&iacute;cula The balad of Joe Hill, donde se narra la historia de este legendario cantante, cuyas canciones arroparon las grandes luchas emancipatorias del siglo pasado.</p>
  • <p>&Aacute;lbum de dibujos del artista J. Kalvellido,<em> &iexcl;&iexcl;Salud y ni un paso atr&aacute;s!!</em> con m&aacute;s de 300, siguiendo cada d&iacute;a la cr&oacute;nica-cr&iacute;tica-s&aacute;tira social y pol&iacute;tica. Como dice V&aacute;zquez de Sola en el pr&oacute;logo: &ldquo;Su trazo es seguro, expl&iacute;cito, sabio, expresivo, sabiendo lo que quiere decir, c&oacute;mo decirlo y dici&eacute;ndolo: todo un alarde de conocimiento de la expresi&oacute;n gr&aacute;fica en el humor, lo que no es tan f&aacute;cil como algunos se creen, aunque esto, con los a&ntilde;os, puede llegar a aprenderse. Lo que no se aprende, lo que se tiene o no se tiene, es la fuerza, la dignidad, el coraje de enfrentarse a quienes administran el pan, aunque sea envenenado, los honores, aunque denigrantes y los amores aunque prostituidos&rdquo;.</p>
  • <h3>N&ordm; 35 UTOP&Iacute;A Y CONTRAUTOP&Iacute;A</h3> <h4>DESDE EL NO-LUGAR</h4> <ul> <li>Ninguna isla es una isla. Carlo Ginzburg.</li> <li>La guerra del gas o el modelo atmoterrorista. Peter Sloterdijk.</li> <li>La centralidad del feminismo en la historia pol&iacute;tica americana, 1776-2000. Kathryn Kish Sklar.</li> </ul> <h4>TESTIMONIOS DE GUERRA Y EXILIO</h4> <ul> <li>Las elecciones republicanas de 1931 a 1936, preludio de una guerra y un exilio. Mercedes Vilanova.</li> <li>Jorge Sempr&uacute;n y Manuel Azaustre: Dos vidas contadas. Carlos Fern&aacute;ndez.</li> <li>Manuel Azaustre, Orl&eacute;ans 2002.</li> <li>Jorge Sempr&uacute;n, Par&iacute;s 2005.</li> <li>La guerre est finie, en Espa&ntilde;a. J.M. Caparr&oacute;s Lera.</li> <li>Ostarbeiters del Tercer Reich: recordar y olvidar como estrategias de supervivencia. Gelinada Grinchenko.</li> <li>Testimonio. El compromiso de Marc Bloch. M&ordf; &Aacute;ngeles P&eacute;rez Samper.</li> </ul> <h4>MEMORIAS EN JUEGO</h4> <ul> <li>Memorias de Vicos. Florencia Zapata.</li> <li>Los archivos orales en el Memorial de Caen. St&eacute;phane Simonnet.</li> </ul>
  • <p>CRASS, y los integrantes da la banda, escribieron un importante cap&iacute;tulo en la historia de la escena contracultural m&aacute;s combativa surgida entre el derrumbe de la protesta sesentayochista y el surgimiento del punk. En <em>Tienen una bomba</em> se seleccionan textos, declaraciones y vivencias que son el testimonio vivo del ocaso de las formas y propuestas del tard&iacute;o movimiento hippie, la cr&iacute;tica feroz del fen&oacute;meno punk -casi inmediata a su primera explosi&oacute;n- o la reactivaci&oacute;n de la campa&ntilde;a antinuclear. Del mismo modo, CRASS, expres&aacute;ndose como plataforma de propaganda pol&iacute;tica por medio del punk y el arte visual dieron un gran impulso al surgimiento de movimientos como la defensa animal o el c&eacute;lebre peri&oacute;dico/grupo Class War</p>
  • <p>&laquo;Este nihilista de punta en blanco no retrocede ante la acci&oacute;n: clava sus espuelas a todo lo que, de cerca o de lejos, huele a filisteo, y se muestra implacable salpicando con su silencio a los sargentos reclutadores de la revoluci&oacute;n o a sus estrategas... &quot;&iquest;Qu&eacute; es una revoluci&oacute;n?&quot; espetaba Th&eacute;ophile Gautier entre dos caladas de hach&iacute;s. &quot;La gente se pega tiros en la calle; as&iacute; se rompen muchos cristales; s&oacute;lo los vidrieros encuentran provecho en ello. El viento se lleva el humo: los que est&aacute;n encima ponen a los otros debajo; la hierba ser&aacute; m&aacute;s bella la primavera siguiente; un h&eacute;roe hace crecer excelentes guisantes&quot;.&raquo;</p>
  • Sin stock
    <p>Desde hace veinte a&ntilde;os, la revista Salamandra del Grupo Surrealista de Madrid se ha empecinado en activar una cr&iacute;tica implacable al modelo actual de civilizaci&oacute;n, al que trata de hostigar en todos sus aspectos, pues ya se sabe que est&aacute; bien todo lo que se haga contra este modelo, y s&oacute;lo puede fallar el carecer de la intenci&oacute;n de perjudicarlo. De esta manera, la cr&iacute;tica del Estado, la econom&iacute;a, la t&eacute;cnica, el espect&aacute;culo, el urbanismo o el fetichismo de la mercanc&iacute;a, se ve multiplicada por la experimentaci&oacute;n con el lenguaje, el juego, la deriva, la agitaci&oacute;n callejera, la poes&iacute;a por otros medios y la poes&iacute;a con palabras, lo salvaje, el amor loco y el delirio er&oacute;tico, la boca de sombra del sue&ntilde;o, el materialismo po&eacute;tico y, en definitiva, la experiencia de lo maravilloso. Porque la cr&iacute;tica radical no basta si no est&aacute; acompa&ntilde;ada de una imaginaci&oacute;n que se atreva a levantarse contra la forma de vivir y la forma de pensar y sentir de la dominaci&oacute;n, lo que se concreta, en el plano pr&aacute;ctico, en una actividad colectiva empe&ntilde;ada en realizar los sue&ntilde;os para reencantar el mundo y reapasionar la vida. Por si queda alguna duda sobre qu&eacute; es y qu&eacute; pretende el Grupo Surrealista de Madrid, los subt&iacute;tulos de Salamandra, la revista m&aacute;s inactual del mundo, lo explican con otras palabras pero con id&eacute;ntico esp&iacute;ritu: intervenci&oacute;n surrealista, imaginaci&oacute;n insurgente, cr&iacute;tica de la vida cotidiana.</p> <p>&nbsp;</p> <p><strong>Grupo Surrealista de Madrid:</strong> Aviso para la pr&oacute;xima demolici&oacute;n del Teatro Olimpia</p> <p><strong>Julio Monteverde:</strong> En el lugar del accidente<strong> <br /> </strong></p> <p><strong>Ignacio Castro:</strong> Humo<strong> <br /> </strong></p> <p><strong>Jos&eacute; Manuel Rojo:</strong> Ni de vuestra vida ni de vuestra muerte</p> <p><strong>J&ouml;el Gayraud:</strong> La piel de la sombra</p> <p><strong>Mar&iacute;a Santana:</strong> La ciudad funciona con gasolina</p> <p><strong>Lurdes Mart&iacute;nez:</strong> La experiencia arruinada</p> <p><strong>Guy Girard:</strong> Apertura al juego del fragmento <strong><br /> </strong></p> <p><strong>Guy-Ren&eacute; Doumayrou:</strong> Reflexiones sobre la permeabilidad de los techos&nbsp;</p> <p><strong>Eugenio Castro:</strong> Entre en medio</p> <p><strong>Juan Carlos Ota&ntilde;o:</strong> Introducci&oacute;n al juego de la toponimias</p> <p><strong>Eduardo Abad&iacute;a Sicilia:</strong> &Iacute;ntima intemperie</p> <p><strong>Javier G&aacute;lvez:</strong> El lenguaje velado</p> <p><strong>No&eacute; Ortega y Vicente Guti&eacute;rrez:</strong> El principio de una visi&oacute;n</p> <p><strong>Mar&iacute;a Santana y Antonio Ram&iacute;rez:</strong> Extra&ntilde;amiento en el centro comercial<strong> <br /> </strong></p> <p><strong>Antonio Ram&iacute;rez:</strong> El objeto robado<strong> <br /> </strong></p> <p><strong>Michael Richardson:</strong> El surrealismo frente al multiculturalismo</p> <p><strong>Alfredo Fern&aacute;ndez y Barth&eacute;l&eacute;my Schwartz:</strong> Miradas sobre la servidumbre contempor&aacute;nea <strong><br /> </strong></p> <p><strong>Christian Ferrer:</strong> Benjam&iacute;n Mendoza y Amor o el magnicida</p> <p><strong>Jes&uacute;s Garc&iacute;a Rodr&iacute;guez:</strong> El ed&eacute;n y el &aacute;tomo</p> <p><strong>Silvia Guiard: </strong>Tierra adentro</p> <p><strong>Bruno Jacobs:</strong> Lugares po&eacute;ticos <strong><br /> </strong></p> <p><strong>Manuel Crespo:</strong> Garraf</p> <p><strong>Grupo Surrealista de Madrid:</strong> Juego de las etimolog&iacute;as <strong><br /> </strong></p> <p><strong>&iexcl;M&aacute;s realidad!:</strong> Emblemas de la magia cotidiana: experiencias y reflexiones en torno a la realizaci&oacute;n material de la poes&iacute;a, por Julio Monteverde, Manuel Crespo y Eugenio Castro</p> <p><strong>Defensa de la inactualidad</strong></p> <p><strong>Anacr&oacute;nicas:</strong> Lurdes Mart&iacute;nez, <em>Recorriendo la ciudad amn&eacute;sica</em>;&nbsp; Michel L&ouml;wy, <em>El principio de esperanza de Ernst Bloch frente al principio de responsabilidad</em></p> <p><strong>Exenciones:</strong> Grupo Surrealista de Leeds, <em>La ciudad bajo cuerda, trazada y cuarteada</em></p> <p><strong>Michael Richardson:</strong> A prop&oacute;sito de las m&aacute;quinas</p> <p><strong>Grupo Surrealista de Ioaninna:</strong> Manifiesto</p> <p><strong>El mal salvaje:</strong> No trabajo luego existo</p> <p><strong>Poemas de:</strong> Gh&eacute;rasim Luca, Ren&eacute; Daumal, Rosa Lentini, Julio Monteverde, Javier G&aacute;lvez, Esther Ram&oacute;n, Eugenio Castro.</p>
  • <p>[...] El Surrealismo est&aacute; presente all&iacute; donde no se instala la servidumbre, all&iacute; donde el hombre desespera de s&iacute; mismo. El Surrealismo es un estado en permanente revuelta contra todo y contra todos los que no aspiran a su liberaci&oacute;n. No se reconoce m&aacute;s que en lo que tiene de irreductible: una necesidad imperiosa de libertad, a cualquier precio. En tanto que surrealistas, no insistiremos lo suficiente en una cr&iacute;tica implacable de aquello que quiera impedir por cualquier medio la liberaci&oacute;n del hombre, su emancipaci&oacute;n en los dos terrenos: el del esp&iacute;ritu y el social. [...]</p> <p>Se cumplen casi veinte a&ntilde;os del inicio de la actividad del Grupo Surrealista de Madrid como tal, y de su m&aacute;s significativa publicaci&oacute;n, la revista Salamandra. Y sin conocer &ndash;ni mucho menos esperar&ndash; cuando llegar&aacute; su final, reunimos aqu&iacute;, dispuestos en orden cronol&oacute;gico, los escritos redactados de forma colectiva con la intenci&oacute;n de cortarle el paso a los acontecimientos y aportar su particular punto de vista con respecto a la omnipresente cuesti&oacute;n social. El lenguaje, la creaci&oacute;n, el intercambio, el trabajo, el deporte, la relaci&oacute;n con la naturaleza y lo salvaje, la psicogeograf&iacute;a, el juego, el encuentro de distintas cosmovisiones, etc., son &laquo;perfectas coartadas&raquo; para activar una cr&iacute;tica implacable al modelo actual de civilizaci&oacute;n, al que en todos sus aspectos se trata de hostigar, a la vez que se arroja nueva luz sobre las viejas formas de acci&oacute;n que se tornan da&ntilde;inas a la tarea de hacer avanzar la cr&iacute;tica al Viejo Mundo.</p> <p>Para llevar a buen puerto estos fines, el Grupo Surrealista de Madrid hace uso de la percepci&oacute;n, la experimentaci&oacute;n, el juego, la deriva y, en definitiva, de la experiencia de lo maravilloso. Todo esto se concreta en el plano pr&aacute;ctico en un proyecto pol&iacute;tico de vida po&eacute;tica, o lo que es lo mismo, en una &laquo;actividad colectiva empe&ntilde;ada en realizar los sue&ntilde;os&raquo;. Tal proyecto y tal actividad hacen del pensamiento de sensibilidad surrealista (lo que algunos definieron c&oacute;mo &laquo;el padre al que querr&iacute;amos ver muerto&raquo;) un sujeto enteramente vivo, que camina en direcci&oacute;n opuesta a las modernas ideolog&iacute;as &laquo;radicales&raquo; televisadas que ahora se nos ofrecen como manuales de supervivencia. Sin entrar &ndash;de momento&ndash; en la discusi&oacute;n de si el surrealismo es el padre al que odiamos o al que amamos, y al margen del etiquetaje dispuesto para el consumo, proponemos dejar los prejuicios a un lado y embadurnarnos en la harina que mancha este libro, para llegar a constatar en qu&eacute; medida la carga subversiva del surrealismo esta a&uacute;n muy lejos de ser desactivada.</p>
  • The Yes Men

    15,00
    <p>Esta es la historia de los Yes Men, Andy y Mike y sus amigos. Una historia tan hilarante como incre&iacute;ble. Todo empez&oacute; con la creaci&oacute;n de una p&aacute;gina web que parodiaba la p&aacute;gina oficial de la OMC. Pues bien, aunque pueda parecer inveros&iacute;mil, a esa p&aacute;gina falsa &ndash;de identidad corregida, dir&aacute;n los Yes Men&ndash; empezaron a llegar mensajes de organizaciones y personas que, as&oacute;mbrese el lector, invitaban a conferencias y debates a los falsos miembros de la OMC. Andy y Mike no se hicieron de rogar y dictaron conferencias como miembros destacados de la OMC, cada una m&aacute;s salvaje y absurda que la anterior. Y, ante su sorpresa, lo que dec&iacute;an colaba. Defender la esclavitud, colaba. Defender que siguiera existiendo el hambre, colaba. Reciclar las heces para alimentar a los pobres, colaba. No s&oacute;lo colaba, sino que sus soflamas eran recibidas con aplausos y admiraci&oacute;n. Inenarrable. Las aventuras de los Yes Men han sido llevadas a la gran pantalla en forma de documental. Tanto el libro como la pel&iacute;cula han sido calificados por Mike Moore, Director General de la OMC, como &ldquo;deplorables&rdquo;.</p>
  • <p>Una historia de c&oacute;mo la naci&oacute;n m&aacute;s poderosa del planeta fue sacudida por una sociedad que se revolv&iacute;a. Un libro que cuenta c&oacute;mo un sector de la lucha pol&iacute;tica apuesta por la v&iacute;a armada en un pa&iacute;s que militarmente les superaba.</p>
  • <p><span style="font-size: 10pt;">Redactada, en principio, para una colecci&oacute;n de libros de lectura destinada a alumnos de bachillerato por uno de los principales animadores de la <i>Internacional Situacionista</i>, esta obra permaneci&oacute; durante largo tiempo in&eacute;dita, hasta que apareci&oacute; bajo el pseud&oacute;nimo con que ahora se presenta en la edici&oacute;n espa&ntilde;ola. En realidad, como se precisa en la introducci&oacute;n, esta historia del surrealismo no es verdaderamente una historia, sino una cr&iacute;tica subjetiva del surrealismo, escrita por uno de sus herederos y, al mismo tiempo, uno de sus enterradores.&nbsp;El &ldquo;car&aacute;cter pol&eacute;mico y el tono perentorio&rdquo; que el autor atribuye a su texto corrresponden, sin duda, al punto de vista resueltamente situacionista de una cr&iacute;tica que se encuentra en la l&iacute;nea de textos como <i>La sociedad del espect&aacute;culo</i> y el <i>Tratado de saber-vivir para uso de las j&oacute;venes generaciones</i>.&nbsp;Estamos, pues, ante una relectura radical y apasionada del surrealismo, de sus pretensiones, &eacute;xitos y fracasos que, al mostrar igualmente las propias limitaciones de la cr&iacute;tica situacionista sobre la que se apoya, mantiene plena actualidad pol&eacute;mica como lectura provechosa para las <i>j&oacute;venes generaciones</i>.</span></p>
  • <p>[...] El arte tiene un papel espec&iacute;fico que desempe&ntilde;ar en el espect&aacute;culo. En cuanto deja de responder a necesidad real alguna, la producci&oacute;n s&oacute;lo puede ser justificada en t&eacute;rminos puramente est&eacute;ticos. La obra de arte &ndash;el producto completamente gratuito cuya coherencia es puramente formal&ndash; proporciona en la actualidad la ideolog&iacute;a de la pura contemplaci&oacute;n m&aacute;s potente posible. Como tal es la mercanc&iacute;a por excelencia. Una vida carente de todo sentido aparte de la contemplaci&oacute;n de su propia suspensi&oacute;n en el vac&iacute;o halla su expresi&oacute;n en el gadget: un producto permanentemente anticuado cuyo &uacute;nico inter&eacute;s y utilidad residen en su abstracta ingenuidad t&eacute;cnico-art&iacute;stica y en el estatus que confiere a aquellos que consumen su &uacute;ltima reedici&oacute;n. A medida que pierda cualquier otra raz&oacute;n de ser, la producci&oacute;n en su conjunto se volver&aacute; cada vez m&aacute;s &laquo;art&iacute;sitica&raquo;. [...]</p>
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