<p>Este libro relata los recorridos de internación y muerte de pacientes mujeres en el Hospital Esteves, de la Provincia de Buenos Aires, a través de sus Historias Clínicas, durante un periodo crítico para el número de fallecimientos allí: los años ‘60.</p>
<p>De esta manera, encontramos las voces acalladas en esas historias clínicas, la sobrevivencia y muerte de mujeres, inmigrantes y trabajadoras en su internación psiquiátrica y ciertas formas de lo manicomial a lo largo del siglo XX. Tales ejes emergen a partir de las marcas en los cuerpos que produjo el manicomio. La autora propone varios ejes para una salud mental que se integre a la salud en general y deje de ser su “hija pobre”. Primero, porque las personas que atraviesan una crisis de “salud mental” pueden transitar, al mismo tiempo, otros problemas de salud que requieran atención de clínica médica y de otras especialidades. Las muertes por causas evitables en los grandes monovalentes son hoy, de una crueldad obscena.</p>
<p>Segundo, porque el argumento del número de camas que ocuparían las personas con padecimiento mental en un hospital general o “la infraestructura necesaria” no es más que un tema presupuestario, principalmente de falta de personal. Y por último, porque la mera existencia de un patio de atrás donde “alojar lo que obstruye” nos tiene que alertar sobre la maquinaria de degradación de la vida y la muerte a la que todos estamos expuestos. Resultado de ello es la muerte, en mayo de 2020, de un hombre internado en el Borda tras ser atacado por una jauría de perros que circulaba por el hospital.</p>
<p>Por ello, como sostiene la autora: «Que nadie muera por pobre y loco. Que eso nos agobie, nos saque el sueño y no lo soportemos más.» Este es el objetivo del libro.</p>