Cultura Libre y Ciberactivismo

  • <p>Este libro es un alegato en favor del entusiasmo racional. Cada ensayo ofrece una panor&aacute;mica sobre los claroscuros del sistema que reina en cada esfera de nuestra vida, pero tambi&eacute;n de las expectativas posibles para superarlo. Sostiene que la Guerra Fr&iacute;a fue, ante todo, un largo hiato donde el capitalismo pareci&oacute; imponerse como &uacute;nica alternativa en nuestra imaginaci&oacute;n, pero que desde entonces han existido decenas, cientos, miles de experiencias hist&oacute;ricas distintas en el Sur, desde Am&eacute;rica Latina o &Aacute;frica, hasta India o Asia.</p> <p>Tambi&eacute;n argumenta que nuestra pr&aacute;ctica cotidiana est&aacute; pre&ntilde;ada de la creatividad necesaria para activar los motores de la acci&oacute;n revolucionaria. Podemos reprogramar la tecnolog&iacute;a para que fomente la libertad y la autonom&iacute;a humana, no la expropiaci&oacute;n, la vigilancia o la alienaci&oacute;n capitalista.</p>
  • <p>Algunos grupos antifeministas se crearon en los a&ntilde;os noventa del siglo XX, pero no ha sido hasta las primeras d&eacute;cadas del siglo XXI cuando, gracias al anonimato que proporcionan las redes, se han organizado, interconectado, y han construido espacios propios. Este movimiento tiene distintas caras: los &iacute;nceles o c&eacute;libes involutarios, los artistas del ligue, alt-right o fundamentalistas&hellip; Todos ellos tienen en com&uacute;n el odio a las mujeres y la reacci&oacute;n ante una emergencia feminista que hace tambalearse los pilares patriarcales de la sociedad.</p> <p>Aunque la misoginia no es algo nuevo, definirse defendi&eacute;ndola expl&iacute;citamente s&iacute; que lo es. Por eso resulta imprescindible entender que no estamos ante una reacci&oacute;n aislada y centrada en los valores de los autoritarios de g&eacute;nero. Se trata m&aacute;s bien, tal y como explica Susanne Kaiser, de una puesta al d&iacute;a de los valores de la extrema derecha, y de la puerta de entrada a la misma. Todos estos nuevos actores comparten el deseo de volver a la sociedad en la que imperaba la supremac&iacute;a masculina, pero tambi&eacute;n la blanca, la autoritaria y la cristiana.</p>
  • POLYBIUS

    7,00
    <p>El videojuego <em>Polybius</em>, presentado en forma de arcade tradicional, fue lanzado al mercado en 1981 por una compa&ntilde;&iacute;a desconocida llamada Sinnesl&ouml;schen. Su distribuci&oacute;n fue escasa, apenas unas pocas salas recreativas de los suburbios de Portland, Estados Unidos. La simplicidad del juego y la superioridad de los gr&aacute;ficos y el sonido lo convirtieron en un videojuego tremendamente adictivo. No obstante, sus efectos eran demoledores en el subconsciente del jugador: brotes epil&eacute;pticos, mareos, p&eacute;rdidas de memoria, n&aacute;useas, alucinaciones, terrores nocturnos. Se han documentado incluso intentos de suicidio propiciados por los mensajes subliminales del juego: murmullos ininteligibles que brotaban sin obedecer a ninguna l&oacute;gica interactiva, gritos aterradores y quejidos de dolor. Despu&eacute;s de que un ni&ntilde;o de ocho a&ntilde;os falleciese de un ataque epil&eacute;ptico, las m&aacute;quinas fueron retiradas de los salones recreativos y <em>Polybius </em>desapareci&oacute; para siempre. El propio nombre de la compa&ntilde;&iacute;a ya era una advertencia: en alem&aacute;n Sinnesl&ouml;chen significa &ldquo;p&eacute;rdida de los sentidos&rdquo;.</p>
  • Antisocial

    25,00
    <p>Una cr&oacute;nica profundamente inmersiva de c&oacute;mo los empresarios de Silicon Valley se propusieron crear un Internet libre y democr&aacute;tico y c&oacute;mo los c&iacute;nicos propagandistas de la extrema derecha explotaron esa libertad para impulsar estos extremismos en la masa social.</p> <p>Marantz explora dos mundos: el de los emprendedores de las redes sociales, que con ingenuidad y una imprudente ambici&oacute;n, cambiaron los medios tradicionales de recibir y transmitir informaci&oacute;n; y el de &laquo;los intrusos&raquo;: conspiradores, supremacistas blancos y trolls nihilistas, que se han hecho expertos en el uso de redes sociales para promover su corrosiva agenda.</p>
  • <p>Vivimos en la edad del algoritmo. Las decisiones que afectan a nuestras vidas no est&aacute;n hechas por humanos, sino por modelos matem&aacute;ticos. En teor&iacute;a, esto deber&iacute;a conducir a una mayor equidad: todos son juzgados de acuerdo con las mismas reglas, sin sesgo. Pero en realidad, ocurre exactamente lo contrario. Los modelos que se utilizan en la actualidad son opacos, no regulados e incontestables, incluso cuando est&aacute;n equivocados.<br /> Esto deriva en un refuerzo de la discriminaci&oacute;n: si un estudiante pobre no puede obtener un pr&eacute;stamo porque un modelo de pr&eacute;stamo lo considera demasiado arriesgado (en virtud de su c&oacute;digo postal), quedar&aacute; excluido del tipo de educaci&oacute;n que podr&iacute;a sacarlo de la pobreza, produci&eacute;ndose una espiral viciosa. Los modelos apuntalan a los afortunados y castigan a los oprimidos: bienvenido al lado oscuro del&nbsp;big data. O&rsquo;Neil expone los modelos que dan forma a nuestro futuro, como individuos y como sociedad. <br /> Estas &laquo;armas de destrucci&oacute;n matem&aacute;tica&raquo; califican a maestros y estudiantes, ordenan curr&iacute;culos, conceden (o niegan) pr&eacute;stamos, eval&uacute;an a los trabajadores, se dirigen a los votantes, fijan la libertad condicional y monitorean nuestra salud.</p>
  • <p>Una brillante investigaci&oacute;n sobre los efectos pol&iacute;ticos y psicol&oacute;gicos de nuestra cambiante relaci&oacute;n con los medios sociales. Los antiguos ejecutivos de la industria social nos dicen que el sistema es una m&aacute;quina de adicci&oacute;n. Somos usuarios que esperamos hist&eacute;ricos nuestro pr&oacute;ximo &eacute;xito, con sus likes, sus comentarios y su difusi&oacute;n compartida. Escribimos a la m&aacute;quina como individuos, pero esta nos responde agregando nuestros deseos, fantas&iacute;as y debilidades, y convirti&eacute;ndolo todo en datos. Nos transformamos, queramos o no, en una experiencia de mercanc&iacute;a. En la obra de Paul Klee Die Zwitscher-Maschine (The Twittering Machine o La m&aacute;quina de trinar, 1922), la canci&oacute;n del p&aacute;jaro de una m&aacute;quina diab&oacute;lica act&uacute;a como un cebo para atraer a la humanidad a un pozo de condenaci&oacute;n. De igual forma, las redes y la industrial social nos ofrec&iacute;an la promesa de construir nuestra propia historia, pero &iquest;hasta qu&eacute; punto elegimos la pesadilla en la que se ha convertido?</p>
  • <p>El transhumanismo es un movimiento cuyo objetivo es utilizar la tecnolog&iacute;a para cambiar la condici&oacute;n humana, mejorando nuestros cuerpos y mentes hasta convertirnos en otra cosa mejor que los animales que somos. Una filosof&iacute;a que, seg&uacute;n c&oacute;mo se mire, puede parecer esperanzadora, terror&iacute;fica o absurda. Entre sus partidarios est&aacute;n algunos de los nombres m&aacute;s destacados de Silicon Valley, como Peter Thiel, Elon Musk o Ray Kurzweil. El periodista Mark O&rsquo;Connell explora las asombrosas &mdash;y aterradoras&mdash; posibilidades que se presentan cuando se piensa que nuestro cuerpo es un dispositivo anticuado. Visita la instalaci&oacute;n de criopreservaci&oacute;n m&aacute;s importante del mundo, descubre un colectivo de biohackers que refuerza sus sentidos mediante la implantaci&oacute;n de dispositivos electr&oacute;nicos bajo la piel y se re&uacute;ne con miembros de un equipo que investiga c&oacute;mo proteger a la humanidad de la superinteligencia artificial&hellip; C&oacute;mo ser una m&aacute;quina nos presenta la primera exploraci&oacute;n completa del transhumanismo: sus ra&iacute;ces filos&oacute;ficas y cient&iacute;ficas, sus actores clave y posibles futuros. Pero tambi&eacute;n es una sorprendente meditaci&oacute;n sobre lo que significa ser humano, un v&iacute;vido retrato de la excentricidad humana y una importante reflexi&oacute;n acerca del deseo inmemorial de trascender los hechos b&aacute;sicos de nuestra existencia, un deseo que es tan antiguo como las religiones.</p>
  • <p>Mitnick fue el <em>hacker</em> m&aacute;s escurridizo de la historia. Logr&oacute; colarse en ordenadores y redes de las agencias y compa&ntilde;&iacute;as m&aacute;s grandes del mundo, aparentemente impenetrables, como Motorola, Sun Microsystems o Pacific Bell. Para Kevin, hackear no iba solo de alcanzar avances tecnol&oacute;gicos: era un juego de confianza que requer&iacute;a burlar y confundir para acceder a informaci&oacute;n valiosa. Impulsado por un fuerte est&iacute;mulo para lograr lo imposible, enga&ntilde;ando a los empleados para obtener informaci&oacute;n privada y maniobrando a trav&eacute;s de capas de seguridad, obtuvo acceso a datos que nadie pod&iacute;a ver. Cuando el FBI comenz&oacute; a acecharle, Kevin se dio a la fuga, en un juego de persecuci&oacute;n cada vez m&aacute;s sofisticado, que le llev&oacute; a adoptar identidades falsas y muchos cambios de aspecto, a pasar temporadas en una gran cantidad de ciudades y a un enfrentamiento final con los federales, que no parar&iacute;an hasta derribarlo. Una emocionante historia real de intriga, suspense e incre&iacute;ble evasi&oacute;n, y el retrato de un visionario cuya creatividad, habilidad y persistencia obligaron a las autoridades a replantearse la forma en que lo persegu&iacute;an, inspirando cambios permanentes en el modo en que las personas y las empresas protegen su informaci&oacute;n m&aacute;s confidencial.</p>
  • <p>El uso l&uacute;dico y libetario de las tecnolog&iacute;as digitales, iniciado por los primeros programadores y hacktivistas, se ha profundizado en las &uacute;ltimas d&eacute;cadas a partir de experiencias concretas que sorprenden en su irrupci&oacute;n y que contrastan con el desarrollo de estrategias tecnol&oacute;gicas para el control social y el provecho econ&oacute;mico.<br /> <br /> A mediados de los noventa, el surgimiento espont&aacute;neo de una red de solidaridad con el EZLN fue un ejemplo del poder distribuido y transnacional de las redes activistas, agregaciones <i>ad hoc</i>, capaces de actuar e irrumpir a nivel global desde contextos diversos. El devenir de estas redes activistas en todo su esplendor dio lugar al movimiento altermundista. Al alimentar estas potencias, el activismo comunicativo y hacker cobr&oacute; enorme relevancia en los albores del nuevo siglo, poniendo en escena formas de hacer que rompen c&oacute;digos y los moldes de lo establecido.<br /> <br /> A partir de 2010, irrumpen en escena las multitudes coectadas en las plazas de m&uacute;ltiples ciudades en el mundo, tejiendo constelaciones de sentidos y pr&aacute;cticas, que conectan el espacio de lo com&uacute;n con los flujos globales de la indignaci&oacute;n. Se trata de la emergencia de una pol&iacute;tica prefigurativa abierta a toda la ciudadan&iacute;a y que se enfrenta a nuevos riesgos.<br /> <br /> Explorar la relaci&oacute;n entre redes digitales y movilizaci&oacute;n social es el prop&oacute;sito de este libro.</p>
  • <p>&iquest;Qu&eacute; riesgos esconde el nuevo mundo digital? &iquest;C&oacute;mo debemos movernos en este nuevo entorno? &iquest;Cu&aacute;les son los riesgos y oportunidades de internet? En este ensayo los autores Aina Fern&aacute;ndez y Albert Garcia proponen ayudarnos a comprender este mundo, cambiante y complejo, donde la tecnolog&iacute;a y la digitalizaci&oacute;n son protagonistas de un hist&oacute;rico punto de inflexi&oacute;n que afecta a todos los &aacute;mbitos. Hablamos de&nbsp;amenazas reales pero tambi&eacute;n de enormes oportunidades: el nuevo escenario modifica la econom&iacute;a y las empresas; genera amenazas como la inseguridad o la falta de privacidad; abre el debate sobre el futuro de las ciudades o la evoluci&oacute;n de la especie y plantea cambios en el modelo educativo o energ&eacute;tico, por caducados e insostenibles.</p> <p>Sin olvidarse de los conceptos m&aacute;s b&aacute;sicos para dar una visi&oacute;n global del cambio, el libro trata temas como la colaboraci&oacute;n, pr&aacute;ctica que internet y la digitalizaci&oacute;n propician m&aacute;s que nunca y que permite ahora compartir conocimiento o cualquier activo, incluido el trabajo. Asimismo, la fabricaci&oacute;n digital impulsada por el movimiento <i>maker </i>puede introducir cambios importantes en la manera de producir objetos y organizar el trabajo, entre muchos otros. Por ese motivo, debemos <strong>empoderar tecnol&oacute;gicamente a las personas</strong>, para que puedan tomar decisiones conscientes y aprovechar la parte positiva que promete el mundo digital, atenuando sus riesgos, y construir el mundo que queremos</p>
  • <p>La propiedad privada resulta injusta y la propiedad p&uacute;blica presenta otros problemas, enfrent&aacute;ndose a una ola privatizadora. &iquest;Es posible una gesti&oacute;n colectiva de los asuntos p&uacute;blicos que no sea privada ni estatal, sino comunal? &iquest;Una gesti&oacute;n participativa que genere derechos pero tambi&eacute;n exija deberes a los miembros de una comunidad en acci&oacute;n?</p> <p class="MsoNormal">Una de las funciones del poder pol&iacute;tico en nuestras sociedades es la defensa del bien p&uacute;blico, pero a pesar de ello incumple a menudo esta funci&oacute;n y acaba sometido a intereses particulares privados. El conjunto de la sociedad no tiene, por tanto, garant&iacute;as de que se est&eacute;n tomando las decisiones justas y necesarias en relaci&oacute;n a la gesti&oacute;n de recursos claves para nuestro bienestar y subsistencia: educaci&oacute;n, sanidad, energ&iacute;a, agua... Al mismo tiempo,<span style="mso-spacerun:yes">&nbsp; </span>surgen alternativas para gestionar nuestra econom&iacute;a de manera horizontal y democr&aacute;tica.</p> <p class="MsoNormal">El concepto &laquo;com&uacute;n&raquo; ha aparecido con fuerza en el escenario pol&iacute;tico como un reflejo de la necesidad social de repensar la gesti&oacute;n de lo p&uacute;blico. El polit&oacute;logo <b style="mso-bidi-font-weight:normal">Joan Subirats</b>, especialista en gobernanza y gesti&oacute;n p&uacute;blica, y <b style="mso-bidi-font-weight: normal">C&eacute;sar Rendueles</b>, fil&oacute;sofo y profesor de sociolog&iacute;a, experto en filosof&iacute;a pol&iacute;tica y gesti&oacute;n cultural, nos ofrecen una fresca y sugestiva conversaci&oacute;n acerca de los (bienes) comunes y la sociedad contempor&aacute;nea.</p>
  • <p>&iquest;Qu&eacute; Internet queremos? Hoy en la Red observamos un combate similar al de Tesla y Edison, cada uno con intereses distintos y con un enfoque diferente de la creatividad y de la sociedad. No deja de ser preocupante que en pleno siglo XXI no se haya realizado una pregunta tan importante y trascendental para nuestro futuro, a pesar de que son muchos y diversos los colectivos concienciados y activos en Internet. Contestarla llevar&iacute;a tiempo y precisar&iacute;a de una deliberaci&oacute;n y una contraposici&oacute;n de ideas y argumentos que excede la rid&iacute;cula mitificaci&oacute;n de una tecnolog&iacute;a que nos ofrece posibles mejoras, as&iacute; como amenazas evidentes; una aproximaci&oacute;n ingenua que obvia las relaciones de dominio que se pueden desarrollar. El problema reside en que mientras el tiempo pasa y la ciudadan&iacute;a ni tan siquiera la plantea, otros la est&aacute;n respondiendo y actuando, conformando una Red com&uacute;n de acuerdo a sus intereses.</p>
  • <p>Este libro comparte algunas preguntas y reflexiones sobre el papel de la cultura en un momento pol&iacute;tico tan fren&eacute;tico como incierto. &iquest;Puede la efervescencia cultural que se gener&oacute; en torno al 15M traducirse en un nuevo marco institucional? &iquest;Puede la cultura libre informar las pol&iacute;ticas p&uacute;blicas? &iquest;Debe hacerlo? Las pol&iacute;ticas culturales se encuentran en una dif&iacute;cil coyuntura: tienen que ser capaces de dar cuenta del cambio que recorre la sociedad y de dar cabida a nuevas pr&aacute;cticas y formas de vida. La ciudadan&iacute;a exige cada vez m&aacute;s instituciones abiertas, transparentes y accesibles. Desde distintos lugares se est&aacute; desbordando el acotado campo del sector de la cultura, exigiendo nuevas modalidades de interlocuci&oacute;n con las administraciones. Desde &aacute;mbitos aut&oacute;nomos y desde las pr&aacute;cticas cr&iacute;ticas se apuntan formas nuevas de entender lo que podr&iacute;a ser una cultura del com&uacute;n. Y sin embargo los nuevos partidos parecen sentirse inc&oacute;modos, desbordados con la gesti&oacute;n de la cultura. &iquest;Es posible pensar en pol&iacute;ticas culturales de corte materialista y con vocaci&oacute;n de transformaci&oacute;n? &iquest;Puede lo p&uacute;blico aceptar y cohabitar con lo com&uacute;n? &iquest;Tiene sentido plantearnos una cultura libre de Estado?</p>
  • <p>Este libro reflexiona sobre la premisa de que el conocimiento es en la actualidad uno de los principales flujos de producci&oacute;n de valor, innovaci&oacute;n social e imaginaci&oacute;n pol&iacute;tica y que su circulaci&oacute;n es por primera vez en la historia potencialmente universal, gracias a las posibilidades ofrecidas por las nuevas tecnolog&iacute;as. A partir de esta constataci&oacute;n, diversos autores y autoras analizan en un conjunto de magn&iacute;ficas contribuciones los problemas y las posibilidades que rodean al conocimiento entendido como un nuevo bien com&uacute;n en la era digital, que, sin embargo, opera en una econom&iacute;a guiada por el beneficio y la apropiaci&oacute;n privada de las externalidades sociales generadas colectivamente. Si el conocimiento es un flujo por definici&oacute;n producido colectivamente y si la producci&oacute;n de valor e innovaci&oacute;n social han dejado de responder a la l&oacute;gica de la acumulaci&oacute;n de capital por los propietarios de los medios de producci&oacute;n social, entonces el estatuto del conocimiento, de su circulaci&oacute;n y de su apropiaci&oacute;n colectiva debe ser reconsiderado y su uso social dotado de otro marco legal, econ&oacute;mico e institucional organizado mediante un criterio de libre acceso y circulaci&oacute;n irrestricta. Frente a este contexto, el libro analiza tanto las fuertes tendencias al cercamiento privado de estos nuevos commons como las innumerables iniciativas y las posibilidades ofrecidas por las nuevas tecnolog&iacute;as y las nuevas redes globales para compartir el conocimiento com&uacute;n en el horizonte de un proyecto de sociedad radicalmente igualitaria y democr&aacute;tica.</p>
  • <p>Poco antes de aparecer <i>The Wealth of Networks</i>, afirmaba Yochai Benkler que uno de los problemas de escribir sobre Internet es lo dif&iacute;cil que resulta discernir las modas pasajeras de los cambios profundos. Algo similar podr&iacute;a aducirse de toda la tinta llovida desde entonces sobre estas cuestiones, pero casi una d&eacute;cada despu&eacute;s pocos discuten el indeleble sedimento te&oacute;rico de esta monumental obra, hoy por fin disponible en castellano.</p> <p>En<em> La riqueza de las redes</em> Benkler describe la emergencia de la &laquo;econom&iacute;a de la informaci&oacute;n en red&raquo; y el creciente protagonismo en ella del procom&uacute;n, como estrategia de gesti&oacute;n alternativa a los esquemas estatales y mercantiles, as&iacute; como de la producci&oacute;n social, &laquo;la materia oscura de nuestro universo de producci&oacute;n econ&oacute;mica&raquo;. A continuaci&oacute;n, ofrece un examen de las promesas democratizadoras aparejadas al surgimiento de la &laquo;esfera p&uacute;blica en red&raquo; que hoy se antoja indispensable para quienes aspiren a una comprensi&oacute;n cr&iacute;tica y cabal del panorama comunicativo post-Wikileaks/Snowden.</p> <p>Para concluir, Benkler detalla las posiciones y &laquo;capas&raquo; clave de una &laquo;batalla en torno a la ecolog&iacute;a institucional del entorno digital&raquo; tan actual hoy como sus palabras: &laquo;El surgimiento de la producci&oacute;n informativa basada en el procom&uacute;n representa una genuina discontinuidad respecto de la econom&iacute;a de la informaci&oacute;n industrial del siglo xx. La ley y la regulaci&oacute;n conforman una esfera importante en la que se disputan estas batallas sobre la configuraci&oacute;n de nuestro emergente sistema de producci&oacute;n informativa. A la hora de observar dichas batallas, a la hora de participar en ellas o a la hora de interpretarlas como legisladores, jueces o negociadores de tratados, es importante que entendamos las implicaciones normativas de lo que tenemos entre manos.&raquo;</p>
  • <p>Las nuevas l&oacute;gicas de acumulaci&oacute;n de riqueza aumentan la brecha entre la alta burgues&iacute;a cognitiva y el cognitariado, instituyendo as&iacute; una sociedad global basada en la ignorancia. Por eso, ning&uacute;n proyecto pol&iacute;tico emancipador puede eludir el debate sobre alternativas para generar y gestionar el conocimiento como una &ldquo;virtud de los comunes&rdquo;. <br /> <br /> En este marco, REN&Eacute; RAM&Iacute;REZ GALLEGOS propone construir un sistema de ciencia, tecnolog&iacute;a e innovaci&oacute;n social abierto, libre y p&uacute;blico, que promueva la virtud de los comunes para el buen vivir de la humanidad y el planeta. Frente al neoliberalismo, que busc&oacute; construir &ldquo;para&iacute;sos fiscales&rdquo; para la circulaci&oacute;n del capital, el socialismo del buen vivir se propone edificar &ldquo;para&iacute;sos de conocimientos abiertos&rdquo; para el bien com&uacute;n y la emancipaci&oacute;n humana. <br /> <br /> Algunas aristas de este proyecto, y sus desaf&iacute;os sociales, pol&iacute;ticos, ambientales, culturales y econ&oacute;micos, se esbozan en las p&aacute;ginas de este libro, en el contexto de los cambios paradigm&aacute;ticos que se est&aacute;n emprendiendo en Ecuador.</p>
  • <p>Las licencias Creative Commons y la filosof&iacute;a del copyleft fueron el resultado del primer movimiento social generado en torno a la propiedad intelectual. El software libre goza de buena salud, pero la cultura libre no. Las diferencias entre c&oacute;digo y libros, canciones y pel&iacute;culas son cada vez m&aacute;s evidentes, pero se sigue insistiendo en que el uso de las Creative Commons, por s&iacute; solas, van a acabar con la precariedad y con los abusos de la industria.</p> <p>A pesar de las simpat&iacute;as que genera en algunos sectores de la izquierda la cultura libre presenta por desgracia m&aacute;s que sospechosos parecidos de familia con la agenda neoliberal. &laquo;Muy pocas alternativas a la propiedad intelectual convencional han integrado en sus proyectos alguna clase de cr&iacute;tica del mercado de trabajo, una redefinici&oacute;n de la categor&iacute;a de trabajador intelectual, una soluci&oacute;n viable para las tareas de mediaci&oacute;n, formas de retribuci&oacute;n justa de actividades art&iacute;stico-culturales o, incluso, alguna clase de complicidad con proyectos pol&iacute;ticos antagonistas m&aacute;s amplios. La opci&oacute;n mayoritaria ha sido dejar esas cuestiones abandonadas a la espontaneidad de la red, como antes el liberalismo propuso abandonarlas a la espontaneidad del mercado&raquo;. (del pr&oacute;logo de C. Rendueles e I. S&aacute;bada).</p> <p>M&aacute;s que nuevos tipos de licencias son necesarias instancias colectivas para la gesti&oacute;n de la propiedad intelectual y derechos de autor. Necesitamos sindicatos en el &aacute;mbito de la cultura. Este libro es un modesto intento para empezar a sentar las bases hist&oacute;ricas, ideol&oacute;gicas y discursivas para ese proceso.</p>
  • Piratería

    25,00
    <p>Desde la aparici&oacute;n de Napster y otros servicios para compartir archivos a trav&eacute;s de internet, los famosos P2P, la mayor&iacute;a de la poblaci&oacute;n ha asumido que la pirater&iacute;a intelectual es un producto de la era digital, una amenaza a la expresi&oacute;n creativa como nunca antes ha existido. La primera d&eacute;cada del siglo XXI ha visto c&oacute;mo la industria cultural de todo el mundo se enfrentaba con una forma de pirater&iacute;a intelectual que no entend&iacute;a de fronteras y que no parec&iacute;a, ni parece hoy, poder ser controlada.</p> <p>Sin embargo, tal y como Adrian Johns muestra, la pirater&iacute;a intelectual tiene una larga historia. Esta obra explora las numerosas guerras de la propiedad intelectual desde el advenimiento de la cultura de la imprenta en el siglo XV hasta el reinado de internet el siglo XXI. Del papel al archivo digital. Su historia no solo es la de los piratas y ladrones, personajes en no pocas ocasiones dotados de ingenio y buenas intenciones, sino tambi&eacute;n la de las v&iacute;ctimas, de Charles Dickens a Bob Dylan.&nbsp;</p> <p>Rebosante de informaci&oacute;n, su certero an&aacute;lisis permite al lector afrontar las implicaciones de la historia de la pirater&iacute;a intelectual en el momento presente, analizando los debates sobre el acceso abierto a la informaci&oacute;n y la cultura en internet, el reparto justo de retribuciones econ&oacute;micas y la cultura libre en las redes sociales en una perspectiva hist&oacute;rica notablemente m&aacute;s amplia que lo que tradicionalmente es considerada. En &uacute;ltima instancia, el autor sostiene que la pirater&iacute;a siempre ha estado en el centro de nuestros esfuerzos por reconciliar a la creatividad y el comercio cultural, siendo un motor fundamental en el desarrollo de innovaciones sociales, tecnol&oacute;gicas e intelectuales a la altura, en no pocas ocasiones, de su propio adversario.</p> <p class="MsoNormal" style="margin: 6pt 0cm;"><span style="font-size: small;">De Cervantes a Bono, de Mar&iacute;a Callas a Microsoft o Google, ning&uacute;n cap&iacute;tulo en la historia de la pirater&iacute;a intelectual evade el inteligente an&aacute;lisis de Adrian Johns en lo que ser&aacute; la historia definitiva de este pol&eacute;mico aspecto de nuestra historia cultural.&nbsp;</span></p> <div>&nbsp;</div>
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