Ecología y Urbanismo

  • <p>Barcelona i la seva &agrave;rea metropolitana han patit importants transformacions, que responen a un projecte capitalista de reordenaci&oacute; de la ciutat, gestat al marge de les persones que hi viuen. En tres grans blocs s'analitzen qui i com governa la metr&ograve;poli i les grans estrat&egrave;gies territorials; les pr&agrave;ctiques socioterritorials aplicades per impulsar el creixement econ&ograve;mic i la governabilitat social; i les operacions en que aix&ograve; es concreta al territori urb&agrave;.</p>
  • <p>Frente al presente modelo territorial desarrollista resulta prioritario consolidar alternativas como los proyectos que intentan rearticular lo local (social, econ&oacute;mico, cultural...) de forma integrada con los ecosistemas que los acogen: experiencias que est&aacute;n siendo capaces de articular redes sociales que siguen l&oacute;gicas no capitalistas, y que ponen la econom&iacute;a al servicio de las personas y de la vida, y no al rev&eacute;s.</p>
  • <p>Una legislaci&oacute;n especialmente laxa en cuanto a recalificaciones de terrenos, la ausencia de control sobre los precios finales y la entrada masiva de capital extranjero, junto con bajos tipos de inter&eacute;s y la falta de viviendas de alquiler o de pisos de protecci&oacute;n oficial, han favorecido un boom inmobiliario que amenaza con cubrir gran parte del territorio peninsular y destruir nuestras ciudades, engullidas por la expansi&oacute;n y reestructuraci&oacute;n metropolitana.</p>
  • <p>A finales del siglo XIX en la Francia del positivismo cient&iacute;fico y del auge del desarrollo capitalista, surgen, entre los libertarios, los naturien. La iniciativa parte de Emile Gravelle con la publicaci&oacute;n de <em>L&rsquo;Etat naturel</em>. Individualmente o en colectivo los naturien no s&oacute;lo ensalzan la naturaleza y denigran la civilizaci&oacute;n, tambi&eacute;n viven o experimentan formas acordes con su pensar. Entre los principios de los naturien figuran: que la miseria no es inevitable; que con la sola producci&oacute;n natural del suelo se obtiene la abundancia; que la salud es la condici&oacute;n normal de la vida; que los males f&iacute;sicos (epidemias, enfermedades y deformidades) son obra de la civilizaci&oacute;n.</p>
  • <p>El fin de la Era del Petr&oacute;leo est&aacute; ya en el horizonte. Ese fin no acontecer&aacute; cuando se acabe el petr&oacute;leo, sino bastante antes, cuando se inicie y profundice el declive de su oferta, a partir del llamado pico del petr&oacute;leo, tal y como alerta este texto. Pero esta Era del Petr&oacute;leo que hemos vivido especialmente en el siglo XX, y muy en concreto en su segunda mitad, una etapa de crecimiento econ&oacute;mico espectacular que ha beneficiado a una minor&iacute;a del planeta y que ha incrementado las desigualdades sociales y territoriales como nunca en la historia de la humanidad, ha sido tambi&eacute;n una era tr&aacute;gica. De ah&iacute; el t&iacute;tulo del libro. El petr&oacute;leo ha estado &iacute;ntimamente relacionado con los principales conflictos b&eacute;licos del pasado siglo, y por supuesto est&aacute; estrechamente ligado con las nuevas guerras del reci&eacute;n iniciado siglo XXI (Irak, Afganist&aacute;n, Sud&aacute;n, etc.). El libro realiza un recorrido hist&oacute;rico por la explotaci&oacute;n del petr&oacute;leo y analiza c&oacute;mo &eacute;sta ha estado relacionada con las grandes din&aacute;micas geopol&iacute;ticas, cuyas tensiones se han ido concentrando principalmente en torno a Oriente Medio, donde est&aacute;n dos tercios de las reservas mundiales de crudo restantes. El fuerte alza del precio del crudo desde el inicio del nuevo milenio y la subida espectacular de la cotizaci&oacute;n del barril en los &uacute;ltimos tiempos son indicadores de que la era del petr&oacute;leo barato se ha acabado para siempre. Pero el declive energ&eacute;tico que supondr&aacute; el pico del petr&oacute;leo conllevar&aacute; sin lugar a dudas el inicio de la era del decrecimiento. Un decrecimiento sin fondo y sin fin, como resalta el texto, sobre todo porque tras el pico del petr&oacute;leo vendr&aacute; el del gas y luego el del carb&oacute;n. El fin de la era de los combustibles f&oacute;siles muy probablemente implique el colapso del modelo civilizatorio que conocemos, que est&aacute; chocando ya con los l&iacute;mites ecol&oacute;gicos del planeta. El presente libro apunta las claves para comprender la enorme trascendencia de los nuevos escenarios que se abren, y examina c&oacute;mo las actuales estructuras de poder se preparan para abordarlos recurriendo a medidas cada vez m&aacute;s autoritarias y belicistas. Pero tambi&eacute;n se se&ntilde;alan las oportunidades que se nos abren con todo este marasmo para poder caminar hacia otros mundos posibles.</p>
  • La Convivencialidad se anticipó a muchos debates hoy ineludibles. Inmersos ya en un colapso de difícil salida, su propuesta plantea un horizonte de sociedad postindustrial que permita «a todos sus miembros la acción más autónoma y más creativa posible», a través de la producción de herramientas controladas y controlables desde las propias necesidades primarias y comunitarias.
  • Food Wars

    21,00
    <p>La oleada de protestas que recorri&oacute; los pa&iacute;ses del Sur contra la subida vertiginosa del precio de los alimentos durante los a&ntilde;os 2006-2008 dio visibilidad a un fen&oacute;meno que&nbsp; hac&iacute;a a&ntilde;os que se ven&iacute;a incubando y que no ha hecho m&aacute;s que agravarse en los &uacute;ltimos a&ntilde;os: el de la escasez y encarecimiento de alimentos. El endeudamiento en el que hab&iacute;an incurrido muchos pa&iacute;ses del Sur Global les hab&iacute;a impedido defenderse de las pol&iacute;ticas de ajuste estructural impuestas por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, que hab&iacute;an supuesto la supresi&oacute;n de las ayudas a la agricultura local, el recorte salvaje de todo el &aacute;mbito p&uacute;blico (salud, educaci&oacute;n...), la sustituci&oacute;n de la agricultura tradicional por la agricultura industrial para la exportaci&oacute;n y la apertura incondicional de fronteras a inversiones y productos exteriores. Estas pol&iacute;ticas nefastas no s&oacute;lo no sirvieron para pagar la deuda, sino que han destrozado las estructuras econ&oacute;micas locales y han sumido en el hambre y la miseria a Estados anta&ntilde;o exportadores de alimentos, y ahora obligados a endeudarse a&uacute;n m&aacute;s con la importaci&oacute;n de alimentos.</p> <p>Por otro lado, el previsible agotamiento de los combustibles f&oacute;siles ha llevado a las grandes potencias a apostar por la producci&oacute;n de agrocombustibles como alternativa, lo que est&aacute; provocando una sustituci&oacute;n masiva de tierras de cultivo de alimentos por tierras dedicadas a cultivos energ&eacute;ticos, adem&aacute;s de la roturaci&oacute;n de ingentes masas de bosques v&iacute;rgenes para este fin. Esto ha causado una fuerte presi&oacute;n sobre los precios de los alimentos, que se ha visto agravada por un nuevo fen&oacute;meno: la crisis de las hipotecas basura, que ha provocado que los especuladores financieros privados y p&uacute;blicos hayan encontrado nuevos valores refugio en la especulaci&oacute;n con los alimentos y el acaparamiento de tierras.</p> <p>Las experiencias que el activista e investigador Walden Bello analiza en su libro (M&eacute;xico, &Aacute;frica, las Filipinas y China) son muy ilustrativas del desarrollo de una crisis alimentaria (ecol&oacute;gica y humanitaria) que se ve agravada por nuevos frentes en una &laquo;guerra por los alimentos&raquo; que no parece conocer l&iacute;mites.<br /> <br /> &laquo;Los argumentos fundamentados &eacute;ticamente de Walden Bello en favor de la soberan&iacute;a alimentaria, la desglobalizaci&oacute;n y que se escuche al campesinado son una lectura indispensable&raquo;, <strong>Annette Desmarais</strong>, La V&iacute;a Campesina.<br /> &nbsp;</p>
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