Migraciones y racismo

  • <p>Los conflictos entre payos y gitanos, as&iacute; como otros graves sucesos contra emigrantes extranjeros, est&aacute;n creciendo de forma alarmante en Europa y en Espa&ntilde;a. Este libro recoge los testimonios de un millar de ni&ntilde;os y adolescentes espa&ntilde;oles, que nos comunican sus actitudes, im&aacute;genes, estereotipos, prejuicios, fobias y filias frente a la minor&iacute;a &eacute;tnica gitana.</p>
  • <p>La percepci&oacute;n que Occidente tiene del sur del Mediterr&aacute;neo poco tiene que ver con los problemas y los actores reales. Las cuestiones sociales y econ&oacute;micas Occidente las vive como amenazas. No es de extra&ntilde;ar que el desarrollo econ&oacute;mico y social y los procesos de democratizaci&oacute;n se utilicen m&aacute;s como instrumentos para paliar conflictos o salvaguardar intereses que afectan a Occidente, que como soluciones a dramas internos vividos por las sociedades del Mediterr&aacute;neo.</p>
  • <p>Un mar de intercambios y encuentros, pero tambi&eacute;n de enfrentamientos. Las amenazas que sufre especialmente en la actualidad est&aacute;n provocando el nacimiento de una conciencia mediterr&aacute;nea en ambas orillas. &iquest;O se trata s&oacute;lo de una ilusi&oacute;n &oacute;ptica?</p>
  • <p>El racismo no es reciente, pero hoy asistimos a una preocupante banalizaci&oacute;n de los temas racistas, que encubre o legitima nuevas estrategias de exclusi&oacute;n. M&aacute;s all&aacute; del racismo de la extrema derecha, el racismo cotidiano es una amalgama de actitudes y opiniones heterog&eacute;neas dirigidas a la estigmatizaci&oacute;n del otro. Los nuevos rostros del racismo se manifiestan en los insultos enmascarados, los nuevos espacios de segregaci&oacute;n social, la b&uacute;squeda para la difusi&oacute;n de ideolog&iacute;as excluyentes de canales in&eacute;ditos como Internet, o la transformaci&oacute;n del derecho a la diferencia en una excusa para la discriminaci&oacute;n y la marginaci&oacute;n de ciertos grupso minoritarios. Al margen de los extremismos, los racismos cotidianos plantean con crudeza el leve paso del respeto a la diferencia a la justificaci&oacute;n de la desigualdad. Entre las din&aacute;micas de exclusi&oacute;n y la exaltaci&oacute;n de las identidades, este libro aboga por un sistema de convivencia que no se traduzca ni en una democracia de los guetos ni en una rep&uacute;blica de los oprimidos, y que requiere para su realizaci&oacute;n que cada grupo y cada individuo vean reconocido un cierto &quot;derecho a la indiferencia&quot;.</p>
  • El Ejido

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    <p>Los grav&iacute;simos hechos sucedidos en El Ejido no fueron un estallido espont&aacute;neo e irracional de violencia racista. Fueron m&aacute;s bien la consecuencia, no absolutamente previsible pero tampoco inesperada, de un estado de cosas que nos muestra, a modo de ejemplo dram&aacute;tico y paradigm&aacute;tico, los m&uacute;ltiples aspectos que configuran el racismo en muchos lugares de Europa. Si queremos evitar nuevos &laquo;Ejidos&raquo;, es necesario atajar, uno por uno, todos los factores que llevaron a los hechos de febrero de 2000: la explotaci&oacute;n laboral en la que se basa la agricultura intensiva en los invernaderos, la indefensi&oacute;n que supone para extranjeros asentados en un pa&iacute;s carecer de papeles, el racismo Institucional y policial, la impunidad con que se llevaron a cabo durante a&ntilde;os conductas racistas, etc. SOS Racismo es una asociaci&oacute;n de defensa de los derechos humanos de &aacute;mbito europeo que lleva m&aacute;s de diez a&ntilde;os actuando contra el racismo.</p>
  • <p>Los conflictos &eacute;tnicos sucedidos en El Ejido durante los primeros d&iacute;as de febrero del a&ntilde;o 2000 son ese tipo de acontecimientos que marcan el devenir de un pueblo en su futuro m&aacute;s pr&oacute;ximo. Siempre habr&aacute; un antes y un despu&eacute;s para El Ejido, tanto en el &aacute;mbito nacional como local y provincial. Hoy no es posible saber si volver&aacute;n a repetirse en el tiempo, con la misma o mayor intensidad; pero no debemos ignorar que este peligro sigue vigente, sobre todo hasta que no se transformen las estructuras socioecon&oacute;micas que los provocaron y que a&uacute;n se mantienen. Este conflicto ha puesto de manifiesto, una vez m&aacute;s, que situaciones de constante inestabilidad sociolaboral y cultural suelen desembocar en conflictos de este calibre.</p> <p>La desconfianza mutua entre los miembros del grupo mayoritario -los espa&ntilde;oles- y los grupos minoritarios -colectivos de inmigrantes-, el recelo constante, la mirada aviesa, los prejuicios, incluso el tratamiento que de la situaci&oacute;n ven&iacute;an haciendo los medios de comunicaci&oacute;n, ya hab&iacute;an calado muy hondo en todos. No obstante, el conflicto tiene, a&uacute;n siendo dram&aacute;tico, su lado menos malo: ha penetrado en nosotros de manera que nos ha despertado del ensue&ntilde;o de que &laquo;nosotros no somos racistas&raquo;, &laquo;los racistas son otros&raquo;. A partir de ahora tambi&eacute;n en Espa&ntilde;a habr&aacute; que estar vigilantes, pues lo sucedido en El Ejido es perfectamente exportable a otros lugares de Espa&ntilde;a.</p>
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