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<p>A pesar de las promesas de sus partidarios, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o NAFTA, suscrito por EEUU, Canadá y México) ha blindado una dura política económica neoliberal que ha acabado con las leyes y las protecciones conseguidas por los trabajadores mexicanos después de décadas de lucha. Este libro se adentra en el impacto del Tratado sobre los trabajadores y trabajadoras de la frontera entre EEUU y México, que se dedican a producir alimentos, televisores, equipos informáticos, artículos de fontanería, ropa y otros productos que abastecen nuestras vidas. Recogiendo el relato de boca de sus protagonistas, David Bacon dibuja un impactante retrato de la pobreza, la represión y la lucha, al tiempo que una fundada y devastadora crítica del libre comercio. Bacon describe las duras condiciones de los niños jornaleros del Valle de Mexicali, el deplorable estado de las viviendas alrededor de las fábricas de ciudades como Tijuana, y las durísimas represalias empresariales a las que se enfrentan los sindicalistas. Su estudio se centra en acontecimientos clave y la actuación de los movimientos sociales desde 1998 hasta la actualidad. Pero, más que exhibir a las víctimas del Tratado, HIJOS DEL LIBRE COMERCIO rastrea el surgimiento de una nueva conciencia social, explicando cómo los sindicalistas, los trabajadores y trabajadoras de México, EEUU y Canadá están empezando a unir sus fuerzas en una nueva estrategia transfronteriza para luchar por la justicia social y económica.</p>
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<p>Este libro es el resultado del curso Inmigración, género y espacios urbanos: los retos de la diversidad dirigido por Mary Nash, organizado en el marco de Els Juliols en la Universitat de Barcelona en el verano de 2003. A partir de una reflexión pluridisciplinar, teníamos como finalidad abrir nuevos horizontes para interpretar los procesos de construcción de identidades urbanas en los espacios de contacto intercultural a la vez, que de forma transversal y específica, nos interrogábamos sobre la especificidad del papel de las mujeres en este proceso. Los textos aquí reunidos abren nuevos horizontes interpretativos en los debates en torno a los espacios urbanos, los procesos de inmigración, los discursos de alteridad, y el género. Se trata tanto de reflexiones teóricas como de análisis concretos para ilustrar la amplia dimensión de las dinámicas interculturales y de la construcción identitaria con los que se enfrenta nuestra sociedad multicultural actual.</p>
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<p>«Mi esfuerzo está dedicado a desarrollar la ambivalencia misma de la condición migratoria, más allá de una retórica de victimización pero, al mismo tiempo, tratando de poner en el centro de la discusión teórica y política la tensión entre la realidad de la opresión y la búsqueda de libertad, que es un rasgo característico de muchas experiencias migratorias. Por otro lado, mi trabajo se inscribe en una investigación, individual y colectiva, de más largo alcance, que trata de problematizar el concepto mismo de sujeto. En esta investigación —de la que forma parte también, por ejemplo, el trabajo de Paolo Virno— la posibilidad de hablar de sujeto en términos de "heroísmo" es criticada desde el principio y la atención está puesta en el conjunto de procesos de subjetivación que forman el tejido e las relaciones sociales»</p> <p><strong>Sandro Mezzadra</strong></p>
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<p>Esta invitación a la sociología es en realidad una rigurosa introducción a los diversos ámbitos que conforman el estudio de las migraciones. Modelos, teorías, conceptos y materiales bibliográficos se presentan en esta obra de una forma estructurada y accesible. El libro brinda una amplia perspectiva de las cuestiones teóricas y empíricas que se plantea todo lector interesado en la comprensión de la dinámica de las migraciones contemporáneas, y constituye un modelo de referencia para el análisis de los flujos migratorios. Asimismo aporta una información sistematizada de escuelas, modelos y conceptos básicos, y una completa guía bibliográfica.</p>
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<p>La piedra angular sobre la que se vertebran en destino los movimientos migratorios es la integración social de los inmigrados; pero no es posible hablar de ella si no se tienen garantizados todos los derechos humanos. La integración como participación social se asegura cuando los extranjeros se incluyen en un buen proceso, considerado éste desde una perspectiva integral. Las sociedades de acogida —los grupos mayoritarios— deben asegurar los derechos de los inmigrados —colectivos minoritarios— como ciudadanos en igualdad, al tiempo que deben permitir que éstos orienten sus valores pro-pios y establecer las normas de convivencia que facili-ten el entendimiento mutuo. Los resultados cotidianos siempre serán complejos —incluso inesperados—, pues se trata de construir una sociedad diferente donde quepamos todos, pero también gozaremos de sociedades mucho más ricas y llenas de matices. Todos estos aspectos se tratan en esta obra co-lectiva, de manera multidisciplinar.</p>
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<p>No es libertad de movimientos la obligación de salir de tu lugar de origen para sobrevivir. Trabajar en condiciones de explotación, sin derechos sociales ni políticos, tampoco es fruto de la libertad. Marco Valle es un inmigrante sin papeles que trabajó como peón forestal en una empresa asturiana del sector. Su relato, un diario de esa experiencia laboral en la economía sumergida, es una historia más de las miles que viven las personas inmigrantes sin papeles, en un círculo vicioso de inseguridad jurídica y precariedad laboral. Además de su relato, el libro contiene un artículo introductorio titulado Globalización e inmigración, escrito por el Grupo de Inmigración de Cambalache. En él se tratan las condiciones políticas, económicas y culturales que fuerzan a millones de personas a emigrar para sobrevivir y a convertirse en trabajadores precarios sin derechos.</p>
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<p>Los seres humanos con los que nos cruzamos en los campos de refugiados del mundo tienen en común, a pesar de sus diferencias culturales, de sus historias personales, de su pudor, un mismo fondo de dolor que los grandes desastres de la humanidad llegan a destapar y que nosotros, los que vivimos seguros, lógicamente nunca tocaremos. Este fondo universal de dolor es la esencia, el fundamento, la raíz de nuestra terrible y fascinante humanidad. Un sublime hecho diferencial que compartimos todos, seamos verdugos, seamos víctimas. El autor acerca al lector a la realidad de los campos de refugiado, y muestra la situación de indefensión total en la que viven y las posibles líneas de actuación para mejorar la situación de este colectivo multitudinario. Sin embargo, el objetivo verdadero de este libro será compartir la increíble vitalidad de estas personas, esta fuerza que tienen para luchar, avanzar, renacer a pesar del sufrimiento vivido, a pesar de nuestro olvido. Y conseguir, a través de nuestra denuncia y nuestras acciones un trato hacia los refugiados más justo, más humano.</p>
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<p>Las migraciones son un hecho insoslayable en este comienzo de siglo. Se puede apostar por el hecho de que esto va a continuar así a lo largo de toda la centuria. ¿Cómo podría ser de otro modo en la medida en que muchas de las presiones migratorias siguen existiendo, incluso de forma más aguda, a escala mundial (desequilibrios demográficos, económicos, causas medioambientales, políticas, aspiración a una vida mejor, etc.) y que las posibilidades técnicas facilitan la movilidad de las personas? A despecho de las políticas de inmigración restrictivas, las fronteras que separan los estados siguen siendo más o menos permeables. Entre el angelismo de la doctrina de las fronteras abiertas y la hipocresía de la doctrina de la inmigración cero, ¿no existe un lugar para una política razonablemente proactiva de la inmigración basada en criterios claros y democráticos que tenga en cuenta los deseos y las necesidades de todos y que reconozca simplemente el principio de la libertad individual de buscar en otra parte del planeta el bienestar que no se encuentra en casa?</p>
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<p>En una sociedad urbano-industrial, donde las ciudades dependen en tantos sentidos de las aportaciones humanas que la nutren ¿a qué viene la insistencia en mostrar como un problema lo que en realidad ha sido una solución, la única, para asegurar la supervivencias misma de las sociedades urbanas? La inmigración es una producción social que se aplica, no a los inmigrantes reales, sino a algunos de ellos, a los que se inviste de características negativas. Es preciso comprender el trasfondo económico en el que se inscriben los movimientos migratorios actuales y sus consecuencias sociales y culturales ya que es dentro de ese proceso global como hay que intentar entender los mecanismos de la exclusión. La exclusión es el producto de una manera de construir y dirigir la sociedad. El encuentro de una estructura social cada vez más movediza y atravesada por la lógica de la exclusión social con una aspiración cada vez más legítima al reconocimiento de la diversidad cultural, en medio de una transformación profunda de los procesos de fabricación de la identidad de los individuos, provoca necesariamente tensiones. la defensa de los derechos de la ciudadanía plena para los inmigrantes se topa con el problema de la competencia por recursos escasos, lo que nos remite al modelo de capitalismo contemporáneo y a las respuestas que pueden erigirse socialmente al mismo, de ahí la necesidad de integrar la cuestión migratoria dentro del contexto en el que efectivamente se constituye: el de las sociedades del capitalismo global.</p> <p>¿Cómo pueden el trabajo social y la educación atender a las personas inmigradas en una sociedad que no tiene resuelto un referente normativo respecto a la integración? Afrontar los innumerables problemas que plantea la presencia de realidades multiculturales en las sociedades occidentales contemporáneas, nos remite al espacio educativo reglado o formal, dado que constituye el espacio donde sus posibilidades transformadoras pueden alcanzar una densidad mayor.</p>