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<p>«Era necesaria una organización dirigida por mujeres y para las mujeres, una organización consagrada a superar la subordinación de las mujeres en todas sus facetas, en el hogar, el centro de trabajo o en el movimiento anarcosindicalista mismo».</p> <p>Mujeres Libres nació en 1936 con la urgencia de crear una organización dirigida por y para las mujeres que, en aquellos días de fervor revolucionario, ansiaban una transformación social, profunda y efectiva en todos los ámbitos.</p> <p>Con un impecable rigor histórico y apoyándose en multitud de testimonios, Martha A. Ackelsberg reconstruye la historia de una organización a la que, en apenas tres años, se adhirieron más de veinte mil mujeres dispuestas a ocupar su lugar en la revolución y en la nueva sociedad. En este estudio, se analizan las razones y necesidades de coordinación de quienes, haciendo de la capacitación y la sororidad sus pilares elementales, tuvieron que enfrentarse a la mayor parte de sus compañeros y a las propias estructuras orgánicas del movimiento libertario, ancladas en lógicas que garantizaban los privilegios masculinos. Los debates de entonces sirven ahora para contextualizar las desigualdades propias de una época que hoy, lejos de estar superadas, siguen siendo desafíos de primer orden. O estas cuestiones son integradas como fundamentos esenciales de la lucha por la liberación o cualquier sociedad futura arrastrará consigo los<br /> lastres de la dominación patriarcal.</p> <p>La obra de Mujeres Libres nos interpela y pone de manifiesto, ochenta años después, la actualidad de esos desencuentros y la inaplazable necesidad de abordarlos y superarlos.</p>
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<p>La sublevación militar de julio de 1936 contra el gobierno de la República, promovida e impulsada por los sectores más reaccionarios de la sociedad española: la Iglesia Católica, los grandes terratenientes y la gran banca, fracasó parcialmente al ser derrotada en gran parte del Estado español por el pueblo y parte de las fuerzas armadas.</p> <p>En Catalunya y otras partes del Estado, se desarrolló un importante proceso de transformación colectivista, tanto en la industria y los servicios como en el campo, que protagonizaron los trabajadores y los campesinos por medio de sus organizaciones, lo cual fue posible gracias a la práctica y la formación que habían adquirido durante años.</p>
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<p>Salió a los campos y se acercó a la orilla del río. Todo le resultó extrañamente silencioso. Se engañaba. En el álamo blanco, centenario, que tan bien conocía, se habían refugiado multitud de pájaros que a aquella hora de la tarde entremezclaban sus cantos creando una desigual sinfonía. Pero él no podía percatarse, empezaba a oscurecer. Se había encerrado en su conciencia. Viajaba solo en ese tren hacia la noche que se echaba sobre los campos. Era el comienzo del verano de 1936. Así comienza poco más o menos esta novela que habla de un tiempo de guerra y de revolución en la España de 1936. A medio camino entre la ficción histórica y el relato de aventuras, y frente a la ya muy abundante literatura escrita sobre la cuestión, Primera y última tierra intenta recorrer caminos poco explorados.</p>