anarcosindicalismo

  • Sabaté

    15,00
    <p>La vida de Quico Sabat&eacute; sirve de hilo conductor para darnos a conocer lo que fue la lucha del maquis contra la dictadura franquista. Partiendo del hecho de que lo importante de la historia es la microhistoria, no son los grandes personajes o acontecimientos, sino los hombres y las mujeres sencillos que los hacen posibles, Antonio T&eacute;llez intenta arrancar del anonimato a toda una generaci&oacute;n de luchadores/as perdida en la oscuridad de cuarenta a&ntilde;os de franquismo.</p>
  • El eco de los pasos. Edición corregida con prólogo de Chris Ealham, de las memorias del anarcosindicalista y hombre de acción Juan García Oliver
  • <p><em>Autogesti&oacute;n y anarcosindicalismo en la Espa&ntilde;a revolucionaria</em> es la historia de la &uacute;nica revoluci&oacute;n europea en la que los trabajadores con los medios de producci&oacute;n en sus manos amenazaron, de forma efectiva, con imponer su criterio por encima de cualquier l&iacute;nea pol&iacute;tica que no fuera promovida por ellos mismos. Mejor a&uacute;n, la historia de los resultados de la revoluci&oacute;n, las colectividades que comenzaron a organizarse desde el mes de julio de 1936, aprovechando la legitimidad de la derrota de los insurrectos (en ciertas partes del pa&iacute;s) y el consiguiente vac&iacute;o de poder que dej&oacute; el proceso revolucionario. Una historia no exenta de contradicciones en la que su principal protagonista pol&iacute;tico, el movimiento anarcosindicalista, se vi&oacute; atravesado por peleas intestinas que lo llevaron a un estado de progresiva impotencia y en la que las diferentes izquierdas demostraron que tras su aparente unidad se escond&iacute;an intereses pol&iacute;ticos y de clase bien distintos a los de sus prop&oacute;sitos proclamados de transformaci&oacute;n social. Frente a una imagen que permanentemente opone rep&uacute;blica a dictadura, antifascismo a fascismo, las colectividades, formadas la mayor parte de las veces por cenetistas y ugetistas escasamente disciplinados con respecto a sus l&iacute;deres, fueron la expresi&oacute;n material del deseo popular de dirigir la econom&iacute;a y con ella su destino. Su experiencia, la experiencia de sus &eacute;xitos y sus fracasos y la de la gigantesca alianza enemiga a la que tuvieron que hacer frente, es el testimonio actual de cualquier &eacute;poca que atraviese acontecimientos tan decisivos como los de la guerra y la revoluci&oacute;n.</p>
  • <p>La personalidad y obra de Diego Abad de Santill&aacute;n, habita el silencio y la memoria de nuestra historia. Por eso la revista <i>Anthropos</i> 138 quiere convertirlo m&aacute;s en memoria, palabra y presencia que en silencio y olvido. Su pensar radical y su vivencia coherente le hacen permanecer en el laboratorio de la historia como germen y siembra de esperanza. Este n&uacute;mero de <i> Suplementos</i> completa esta visi&oacute;n con una antolog&iacute;a de textos acerca de historia social y econ&oacute;mica, la guerra civil espa&ntilde;ola, nuevas reflexiones econ&oacute;micas y sociales y un conjunto selecto de biograf&iacute;as que expresan su respeto y fidelidad a la tradici&oacute;n libertaria.</p>
  • <p>La edici&oacute;n de Recuerdos de un libertario Recuerdos de un andaluz de Manuel Temblador L&oacute;pez en 1980 constituy&oacute; una rareza en la provincia de C&aacute;diz. Estas memorias, que hablaban de la vida del jornalero andaluz, de su organizaci&oacute;n sindical en torno a la Confederaci&oacute;n Nacional del Trabajo, de sus luchas sociales, de la represi&oacute;n fascista y del exilio, fue un canto de cisne en tiempos en los que Espa&ntilde;a comenzaba a desperezarse de cuarenta a&ntilde;os de dictadura. Cuando el autor lleg&oacute; con sus memorias a su pueblo natal de Arcos de la Frontera (C&aacute;diz) en los a&ntilde;os ochenta, una sociedad en la que todav&iacute;a se palpaba el miedo acogi&oacute; a este libro de forma extraoficial. Fue vendido por el propio Temblador y por algunos j&oacute;venes militantes de la reorganizada CNT. No era un libro m&aacute;s porque en &eacute;l se escrib&iacute;a la historia robada a cientos de familias de la ciudad, y &eacute;stas junto a una juventud despierta, &aacute;vidos de saber, recurrieron al texto escrito por este hist&oacute;rico militante cenetista con el af&aacute;n de recuperar las vivencias de una generaci&oacute;n que con firmeza defendi&oacute; su ideal en los contextos m&aacute;s dif&iacute;ciles: el de la Segunda Rep&uacute;blica, la Guerra de Espa&ntilde;a, la Segunda Guerra Mundial y la Dictadura Franquista.</p> <p>El paso del tiempo, la consolidaci&oacute;n de la nueva democracia y el capitalismo financiero en la Espa&ntilde;a del siglo XXI hicieron de Recuerdos de un libertario andaluz de Manuel Temblador una obra totalmente desconocida para las nuevas generaciones y el gran ausente en las bibliotecas y en las estanter&iacute;as que recog&iacute;an todos los libros de autores locales. Su reedici&oacute;n se nos antoja un deber para con la historia de los jornaleros andaluces y de las clases m&aacute;s desfavorecidas as&iacute; como un acicate para la formaci&oacute;n moral de las nuevas generaciones y la recuperaci&oacute;n de la memoria hist&oacute;rica. Este libro que les presentamos es una edici&oacute;n mejorada que incluye algunas correcciones de aquel primer texto, fotograf&iacute;as in&eacute;ditas, una recopilaci&oacute;n de art&iacute;culos del mismo autor y un &iacute;ndice onom&aacute;stico como instrumento de referencia para ordenar la gran cantidad de datos que ofrece.</p>
  • <p>Aunque en los &uacute;ltimos a&ntilde;os hayan reparado en las mujeres como sujeto hist&oacute;rico, los estudios siguen tentados en presentarlas con un tratamiento victimista. Y ya no se trata de que eso sea falso, que las mujeres -y, en este caso, las trabajadoras- consiguieron victorias, todo lo parciales que se quieran, pero victorias; sino que en estos tiempos tan complicados es necesario recordar que el desarrollo del movimiento feminista se debe gracias a las luchas de nuestras antepasadas que, lejos de limitarse al rol que les confer&iacute;a una sociedad mis&oacute;gina, se batieron por sus derechos, sabiendo movilizarse y organizarse.</p> <p>El presente estudio parte de un marco provinciano -el que ofrece la entonces provincia de Logro&ntilde;o, hoy Comunidad Aut&oacute;noma de La Rioja- con la idea de que son precisamente estos contextos, en los que se supone que nunca pasa nada, los que ofrecen un palco privilegiado para poder apreciar los cambios sociales, pol&iacute;ticos y culturales.</p> <p>Aleix Romero Pe&ntilde;a (Logro&ntilde;o, 1984). Despu&eacute;s de sus estudios secundarios y universitarios, finalizados con Matr&iacute;cula de Honor y Menci&oacute;n Honor&iacute;fica al Mejor Expediente Acad&eacute;mico -Premio Fin de Carrera seg&uacute;n la nomenclatura de la Universidad de La Rioja-, conoci&oacute; algunas de las caras m&aacute;s turbias del mundo acad&eacute;mico mientras cursaba su posgrado. Doctorado finalmente con una tesis que analiza la tantas veces malinterpretada Ilustraci&oacute;n espa&ntilde;ola centr&aacute;ndose en la figura de Mariano Luis de Urquijo (1769-1817), en la actualidad trabaja como profesor interino en distintos institutos riojanos, a la vez que colabora con medios alternativos como El Salto. Cree que la militancia -en su caso, en la Confederaci&oacute;n Nacional del Trabajo- no es &oacute;bice para que un historiador realice un trabajo serio y riguroso, siempre que mantenga una distancia con su tema de estudio y que no trate de enga&ntilde;ar a nadie&quot;.</p>
  • OCHO HORAS

    16,00
    <p>Primeras d&eacute;cadas del siglo XX. Catalunya. La industrializaci&oacute;n ha cambiado la geograf&iacute;a local, llenando Barcelona de un proletariado urbano que intenta subvertir su explotaci&oacute;n a trav&eacute;s de lucha y militancia. En ese entorno, un joven Salvador Segu&iacute;, hijo de campesinos ilerdenses migrados a la ciudad, entra de lleno en la militancia obrera. De verbo f&aacute;cil y convicciones fuertes, se convertir&aacute; en protagonista destacado de buena parte de las luchas que jalonan ese momento crucial, casi fundacional, del movimiento obrero organizado.</p> <p>Pepe G&aacute;lvez y Alfonso L&oacute;pez recrean en esta obra documental su recorrido, rescatando al tiempo ese contexto de extrema violencia antisindical que no pudo acallar la fuerza y voluntad de acci&oacute;n del movimiento obrero. Confrontaci&oacute;n que alcanzar&iacute;a cotas inusitadas de violencia en torno a la huelga de La Canadiense, que logra paralizar Barcelona entera y pone la alianza entre patronal y Estado contra las cuerdas.</p>
  • GIJÓN 1936

    22,00
    <p>En el momento en que los militares rebeldes se adue&ntilde;aron de la capital de Asturias se produjo el descabezamiento de todos los &oacute;rganos administrativos; el Gobierno Civil, las consejer&iacute;as y el resto de los estamentos encargados de regir la vida de los asturianos, simplemente dejaron de existir. En las horas siguientes asumi&oacute; la legalidad el Comit&eacute; Regional de Sama de Langreo, en el que estaban representados los partidos del Frente Popular, nombrando presidente al socialista Belarmino Tom&aacute;s.</p> <p>Paralelamente desde el d&iacute;a 19 de julio, v&iacute;spera del alzamiento en la villa, ya ven&iacute;a funcionando el Comit&eacute; de Defensa de Gij&oacute;n presidido por el anarquista Segundo Blanco, en el que adem&aacute;s de CNT, mayoritaria en el concejo, estaban representadas las organizaciones UGT, PCE e IR. Gracias a la contundente reacci&oacute;n de sus miembros y al coraje de los milicianos apoyados por un pu&ntilde;ado de militares leales, fue posible posponer el alzamiento en los cuarteles.</p> <p>Durante aquellos d&iacute;as no circul&oacute; el dinero. El reci&eacute;n creado Comit&eacute; Central de Abastos se hizo cargo de la intendencia de milicianos, hospitales, barcos y tambi&eacute;n de las cocinas colectivas, ordenando la constituci&oacute;n de los respectivos comit&eacute;s de barriada, que ser&iacute;an los encargados de repartir v&iacute;veres y otros productos de primera necesidad entre la poblaci&oacute;n civil. Tras la ca&iacute;da del cuartel de Simancas en mano de los republicanos, los medios franquistas propagaron un bulo, encaminado a convertir en gesta lo que hab&iacute;a sido el sonoro fracaso de los militares rebeldes de Gij&oacute;n.</p> <p>Con este trabajo, el autor intenta, entre otras cosas, desmontar la historia &ldquo;oficial&rdquo; escrita por los historiadores franquistas, si es que alguna vez tuvo la suficiente credibilidad para alguien, y contar una nueva versi&oacute;n sobre los verdaderos h&eacute;roes del Simancas, arrojando luz sobre unos hechos ocultados durante demasiados a&ntilde;os.</p>
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