<p><i>El &Aacute;ngel Rojo </i>cuenta la historia de Melchor Rodr&iacute;guez Garc&iacute;a, delegado especial de prisiones de la Segunda Rep&uacute;blica espa&ntilde;ola. Sevillano de nacimiento, Melchor Rodr&iacute;guez fue un anarquista que prefer&iacute;a &ldquo;morir por las ideas, nunca matar por ellas&rdquo; y que demostr&oacute; gran humanidad en la guerra civil espa&ntilde;ola salvando la vida de numerosos enemigos &ndash;entre ellos, directa o indirectamente, Agust&iacute;n Mu&ntilde;oz Grandes, Mart&iacute;n Artajo, y Valent&iacute;n Gallarza, Serrano S&uacute;&ntilde;er, el doctor Mariano G&oacute;mez Ulla, los cuatro hermanos Luca de Tena, el futbolista Ricardo Zamora, el locutor Bobby Deglan&eacute; y los falangistas Rafael S&aacute;nchez Mazas o Raimundo Fern&aacute;ndez-Cuesta, entre otros-, de los que muchos dar&iacute;an despu&eacute;s la cara por &eacute;l. Mientras en el lado franquista se exacerbaba la represi&oacute;n, Melchor lograba imponer el orden en la retaguardia republicana, parando las sacas de las c&aacute;rceles, los paseos y fusilamientos como los de Paracuellos. Nombrado despu&eacute;s concejal del Ayuntamiento de Madrid por la FAI, le cupo la triste tarea de hacer entrega del consistorio a las tropas vencedoras a finales de marzo de 1939. Fue sometido a dos consejos de guerra que ped&iacute;an para &eacute;l la pena de muerte y finalmente condenado a una pena de veinte a&ntilde;os de los que cumpli&oacute; cinco. Este ex novillero y poeta popular, hombre pol&eacute;mico incluso entre sus propias filas, hasta el final de sus d&iacute;as sigui&oacute; siendo libertario. En total, Melchor estuvo m&aacute;s de una treintena de veces en la c&aacute;rcel con la monarqu&iacute;a, la Segunda Rep&uacute;blica y el franquismo. Su entierro, en febrero de 1972, consigui&oacute; reunir a personalidades de las dos Espa&ntilde;as: anarquistas y miembros del r&eacute;gimen. Esta biograf&iacute;a novelada rescata a una figura importante e injustamente olvidada de nuestra guerra civil.</p>