apoyo mutuo

  • <p>PREMIO POPULAR C&Oacute;MIC BARCELONA 2019 por votaci&oacute;n del p&uacute;blico.</p> <p>&laquo;Este c&oacute;mic va de la locura. Y para eso he hablado de mi propia locura, de las voces y los ruidos que oigo en mi cabeza. De las cosas que me han pasado y de c&oacute;mo veo el mundo. Lo he intentado. La honestidad es un camino jodido. La mayor parte de las series, pel&iacute;culas y novelas que tratan el tema lo hacen desde el estereotipo y siempre me han resultado ajenas o grotescas. Yo quer&iacute;a hablar y no dejar de hacerlo hasta haber liberado la vida del lugar en el que se encuentra aprisionada. No ha sido f&aacute;cil. Los pinceles de Mario se han ido encontrando con mis palabras durante varios a&ntilde;os y ahora el relato por fin est&aacute; impeso. Feliz digesti&oacute;n.&raquo;<br /> &mdash;&nbsp;Fernando Balius</p> <p><em>DESMESURA</em> ayuda m&aacute;s que cualquier libro de autoayuda.<em> DESMESURA</em> es un libro que te transforma.</p>
  • <p>De volver a confiar depende, en parte, la reconciliaci&oacute;n de lo enfrentado. Y este <em>Peque&ntilde;o tratado de amistad</em> se propone como un primer paso en esa direcci&oacute;n. Bajo condiciones de un capitalismo hostil, el relacionamiento solidario y hospitalario es posible. O deber&iacute;a serlo.</p> <p>Por eso Palmar &Aacute;lvarez Blanco invoca un pensamiento diverso para navegar por las formas de entender la amistad para concluir que &ldquo;en un tiempo de violenta transici&oacute;n de sistemas, precisamos de apoyos para no claudicar ante los vaticinios que anuncian un tr&aacute;gico final&rdquo;.</p> <p>La escritura y la lectura de este <em>Peque&ntilde;o tratado de amistad</em> se ofrecen como un tiempo y un lugar donde poder pensarnos y proyectarnos en un horizonte de posibles buenas noticias.</p>
  • <p>&laquo;Es a la juventud a quienes me quiero dirigir. Que la gente mayor, me refiero, claro, a la gente mayor de coraz&oacute;n y pensamiento, deje de lado estas palabras y no canse sus ojos leyendo lo que nada les dir&aacute;. Te imagino de dieciocho o veinte a&ntilde;os, que has acabado tu aprendizaje o tus estudios, te incorporas en este momento a la vida. Supongo tu pensamiento libre de las supersticiones que ha intentado imponerte el profesorado, supongo que no temes al demonio, que no vas a oir sermonear a curas o a la clase pol&iacute;tica.Y tambi&eacute;n que no eres una persona presumida, uno de esos tristes productos de una sociedad en decadencia que despliegan su ropa cara y sus poses chulescas por las calles, que incluso a su temprana edad solo desean vanidoso placer a cualquier precio, asumo, por el contrario, que tienes buen coraz&oacute;n; y por esta raz&oacute;n a ti me dirijo.&raquo;</p> <p>Por fin disponemos de una edici&oacute;n en formato libro de bolsillo del texto m&aacute;s difundido de Kropotkin.</p>
  • <p>La solidaridad y el comportamiento social no se aprende, se encuentra en nuestro material gen&eacute;tico. Por lo tanto, tenemos el potencial de crear un mundo m&aacute;s justo. Podemos convertirnos en <em>Homo solidaricus</em>, si organizamos la sociedad para que estimule nuestro lado emp&aacute;tico. <em>Klassekampen</em>, Noruega</p> <p>Los nuevos conocimientos de la biolog&iacute;a, la ciencia del comportamiento y la econom&iacute;a, en los &uacute;ltimos 50 a&ntilde;os, han dado un vuelco a las ideas sobre los seres humanos. Especialmente a la noci&oacute;n de <em>Homo Economicus</em>, la idea de que todos tenemos un inter&eacute;s propio estrecho como objetivo en todo lo que hacemos, ha cambiado. En este libro, Wegard Harsvik e Ingvar Skjerve nos presentan un opuesto al <em>Homo Economicus</em>: el <em>Homo Solidaricus</em>. Introduce nuevos conocimientos que demuestran que la cooperaci&oacute;n es fundamental para nosotros como especie.</p> <p>Los autores nos dejan ver c&oacute;mo esto tambi&eacute;n debe tener consecuencias en la forma en que discutimos la pol&iacute;tica y creamos buenas sociedades. La solidaridad y la comunidad no es una lucha contra la naturaleza humana. Est&aacute;n profundamente arraigadas en nosotros.</p>
  • <p>Que algunos expertos pongan sobre la mesa que las crisis del capitalismo ya no son lo que eran, que esto no es una crisis m&aacute;s y que lo que est&aacute; en cuesti&oacute;n es la propia esencia de un sistema genocida, ecocida y con fecha de caducidad ya no tan lejana, est&aacute; empezando a dejar de ser una novedad. Pero que el municipalismo comunalista aparezca como una posibilidad real de un modelo diferente, no explotador, equitativo, horizontal, respetuoso y que promueva el bien com&uacute;n y el apoyo mutuo, quiz&aacute;s s&iacute; resulte innovador para muchas lectoras. M&aacute;s a&uacute;n cuando la propuesta se expresa con una necesaria estructura de cambio que incluye a los sujetos activos (individuales y colectivos), as&iacute; como los procesos e instrumentos que permitir&aacute;n llevarla a cabo. El autor nos propone la sociedad comunal como alternativa y el municipalismo como proceso de transici&oacute;n.</p>
  • <p>Este c&oacute;mic va de la locura. Y para eso he hablado de mi propia locura, de las voces y los ruidos que escucho en mi cabeza. De las cosas que me han pasado y de c&oacute;mo veo el mundo. Lo he intentado. La honestidad es un camino jodido. La mayor parte de las series, pel&iacute;culas y novelas que tratan el tema lo hacen desde el estereotipo y siempre me han resultado ajenos o grotescos. Yo quer&iacute;a hablar y no dejar de hacerlo hasta haber liberado la vida del lugar en el que se encuentra aprisionada. No ha sido f&aacute;cil. Los pinceles de Mario se han ido encontrando con mis palabras durante varios a&ntilde;os y ahora el relato por fin est&aacute; impreso. Feliz digesti&oacute;n.</p>
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