<p>Sin duda, no existe fil&oacute;sofo de la antig&uuml;edad que no arrastre tras de s&iacute; una estela de misterio y leyenda como la figura de Pit&aacute;goras de Samos lo hace. Para unos, padre de las matem&aacute;ticas, para otros, figura religiosa; es visto tambi&eacute;n como legislador, pol&iacute;tico, l&iacute;der espiritual, fil&oacute;sofo e incluso como hombre divino. Considerado como charlat&aacute;n, falsario, plagiador y demagogo por muchos de sus contempor&aacute;neos, las generaciones venideras, en cambio, cuanto m&aacute;s alejadas del personaje m&aacute;s lo admirar&aacute;n, y casi santificar&aacute;n. Su relevancia para la filosof&iacute;a occidental, no obstante, es crucial, pues traer&aacute; al racional terreno de la emergente filosof&iacute;a la religiosa cuesti&oacute;n del alma; adem&aacute;s, de la mano de la denominada escuela pitag&oacute;rica, la filosof&iacute;a se matematizar&aacute;. En las relaciones y operaciones entre n&uacute;meros, los pitag&oacute;ricos, guiados por su maestro en la fe en el n&uacute;mero como algo sagrado, considerar&aacute;n vehementemente que todo orden y belleza es esencialmente armon&iacute;a matem&aacute;tica. Adoradores del dios Apolo, ge&oacute;metras, pol&iacute;ticos, astr&oacute;nomos, m&eacute;dicos, guerreros y m&uacute;sicos, los pitag&oacute;ricos llegaron a formar una liga de ciudades en la Magna Grecia regidas por el influjo pol&iacute;tico y espiritual del misterioso Pit&aacute;goras de Samos. Vistos como una amenaza, se desataron contra ellos y sus ciudades las denominadas &ldquo;revueltas pitag&oacute;ricas&rdquo; que acabaron casi en su totalidad con el poder pol&iacute;tico pitag&oacute;rico. Sin embargo, la secta-escuela de Pit&aacute;goras sobrevivi&oacute; en el tiempo a su maestro y a tal debacle. En este libro nos adentramos, mediante un estudio monogr&aacute;fico y una antolog&iacute;a selecta de textos, en la esencia del pitagorismo y de su misterioso fundador. Pit&aacute;goras, posiblemente, m&aacute;s que cualquier otra cosa, fue el introductor en Grecia de ciertos saberes que hab&iacute;an sido desarrollados durante milenios por los sacerdotes egipcios; a &eacute;stos el samio denomin&oacute; &ldquo;filosof&iacute;a&rdquo;. Dichos saberes son de orden matem&aacute;tico-religioso. Pit&aacute;goras, esencialmente, fue el fundador de un modo de vida: la vida pitag&oacute;rica.</p>