autonomia

  • <p>Cuando has hecho unas acciones, que la prensa burguesa se ha cuidado bien en deformar y de las que la prensa izquierdista s&oacute;lo aspira a apoder&aacute;rselas como material de relleno para sus teor&iacute;as y cr&ntilde;ticas, es indindispensable que se publiquen unas explicaciones inequ&iacute;vocas.<br /> Los que hemos escogido ciertos tipos de intervenci&oacute;n pol&iacute;tica, a menudo nos encontramos a merced de las m&aacute;s fant&aacute;sticas especulaciones. Cuando la novedad espectacular se ha terminado, este hecho se acrecenta cada vez m&aacute;s.<br /> Es entonces cuando, sin hacer triunfalismos o querer vivir del pasado, sentimos la necesidad de relatar exactamente aquellas acciones que m&aacute;s o menos ya son conocidas, y que se han reivindicado bajo la sigla GARI.<br /> Aun cuando no se trate de iniciar un reagrupamiento bajo ese nombre, no por ello se puede negar su existencia en un momento hist&oacute;rico concreto, ni su intervenci&oacute;n en el plano que se ha escogido.<br /> En consecuencia, en un tiempo en el que gran n&uacute;mero de compa&ntilde;eros est&aacute;n bajo la tutela de la Corte de Seguridad del Estado (tribunal de excepci&oacute;n para los &ldquo;delitos&rdquo; pol&iacute;ticos), y en el que la izquierda comienza a ocuparse de los presos en el estado espa&ntilde;ol, nosotros insistimos en que nuestros motivos aparezcan claramente como lo que son, tal y como los hemos dicho y no como los han imaginado o fabulado...<br /> A partir de una &eacute;poca la sigla GARI desaparece VOLUNTARIAMENTE.<br /> Esto no indica que este tipo de lucha no pueda ser continuada por los mismos protagonistas o por otros: por ejemplo el secuestro de la figura de Juan Carlos de Borb&oacute;n del Museo de cera Grevin, reivindicado por un nuevo grupo, GAROT.<br /> Esto no contradice nuestras reflexiones individuales o colectivas. Lo importante es saber qui&eacute;n continua la lucha, qui&eacute;n se organiza o se va a organizar para enfrentarse ahora a una situaci&oacute;n dif&iacute;cil en el estado franc&eacute;s, y m&aacute;s todav&iacute;a en el espa&ntilde;ol.<br /> Lo importante es lo que se ha hecho.</p> <p>GARI</p>
  • <p>Si un hombre pasea por el bosque por placer todos los d&iacute;as, corre el riesgo de que le tomen por un harag&aacute;n, pero si dedica el d&iacute;a entero a especular cortando bosques y dejando la tierra &aacute;rida antes de tiempo, se le estima por ser un ciudadano trabajador y emprendedor. &iexcl;Como si una ciudad no tuviera m&aacute;s inter&eacute;s en sus bosques que el de talarlos! (Vida sin principios)</p> <p>De todo coraz&oacute;n acepto el lema de que &laquo;el mejor gobierno es el que gobierna lo menos posible&raquo;, y me gustar&iacute;a verlo aplicado pronto y sistem&aacute;ticamente. En la pr&aacute;ctica, significa lo mismo que este otro, con el que tambi&eacute;n estoy de acuerdo: &laquo;El mejor gobierno es el que no gobierna en absoluto&raquo;; y cuando los hombres est&eacute;n preparados para &eacute;l, ese y no otro ser&aacute; el que se dar&aacute;n. (Desobediencia civil)</p>
  • <p>Paolo Virno constata lo evidente: las formas de vida contempor&aacute;neas est&aacute;n marcadas por la impotencia. Sea que est&eacute; en juego un amor sin igual o la lucha contra el trabajo precario, una par&aacute;lisis fren&eacute;tica aprisiona la acci&oacute;n y el discurso.</p> <p>No se logra hacer aquello que conviene y se desea, y al mismo tiempo no somos capaces de sufrir de manera apropiada los golpes a los que estamos sometidos. Pero all&iacute; donde parece haber una falta, el fil&oacute;sofo italiano encuentra un exceso de competencias y habilidades. Saboreamos la potencia, pero no la podemos volver acto; situaci&oacute;n que genera todo un cat&aacute;logo de pasiones tristes: arrogancia manchada de abatimiento, timidez descarada, alegr&iacute;a por los naufragios, resignaci&oacute;n beligerante, solidaridad refunfu&ntilde;ante.</p> <p>&iquest;C&oacute;mo conjurar colectivamente esta par&aacute;lisis ansiosa que coloniza la acci&oacute;n y el discurso al punto que inhibe hasta la capacidad de padecer? &iquest;Mediante qu&eacute; h&aacute;bitos e instituciones comunes es posible escapar del agotador estado de impotencia cr&oacute;nica, de la disposici&oacute;n taquic&aacute;rdica y precarizante a estar &laquo;siempre listos&raquo;?</p>
  • <p>Esta emigraci&oacute;n de supervivencia ofrece a las se&ntilde;oras de la fresa oportunidades de emancipaci&oacute;n y autonom&iacute;a. Es &uacute;til a Espa&ntilde;a y Marruecos por medio de un deal que puede parecer inaceptable y plantea una cuesti&oacute;n &eacute;tica: mujeres contra fresas. &iquest;Las mujeres espa&ntilde;olas habr&iacute;an aceptado esas condiciones para recolectar las fresas? &iexcl;No! &iquest;Habr&iacute;an aceptado separarse de sus hijos durante tres meses o m&aacute;s? &iexcl;No! Se busc&oacute;, por tanto, no muy lejos, obreras d&oacute;ciles, con criterios muy estrictos para que estas indeseadas no permanecieran en territorio espa&ntilde;ol. &iquest;Puede imaginarse siquiera a miles de mujeres espa&ntilde;olas trabajando en los invernaderos de fresas por un salario miserable en una regi&oacute;n que se enriquece gracias a la comercializaci&oacute;n del oro rojo? Enseguida habr&iacute;an aparecido denuncias contra las condiciones de trabajo y alojamiento, contra la dureza del trabajo, y reivindicaciones salariales. &iquest;Qu&eacute; otro trabajo impone a los adultos una vida en colectividad sin el m&aacute;s elemental respeto al derecho a la intimidad? Los procesos de emancipaci&oacute;n no deben hacernos olvidar la precariedad y las condiciones de reclutamiento de estas mujeres, elegidas entre las m&aacute;s fr&aacute;giles, desde un punto de vista social, de su pa&iacute;s. Todos estos factores persiguen evitar la menor rebeli&oacute;n, la menor reivindicaci&oacute;n, por peque&ntilde;a que sea.</p>
  • Aunando con maestría la reflexión y el testimonio de unas luchas vivas y en transformación, Pájaros en la cabeza está llamado a ser un texto de referencia sobre el auge del movimiento en primera persona en salud mental.
  • <p>&laquo;Socialismo salvaje&raquo; es la descalificaci&oacute;n que las jefaturas de partido esputan contra los momentos insurreccionales y revolucionarios que, gracias a la ausencia de dirigentes, resultan ingobernables. En este libro, Charles Reeve se apropia del insulto para dar pie a un ensayo amotinado que resalta el car&aacute;cter complejo y el potencial transformador de unos acontecimientos que marcaron la vida de quienes fueron sus protagonistas, y que conforman el tejido de una memoria insumisa.&nbsp;</p> <p>Las comunas parisinas de 1792 y 1871, los s&oacute;viets prebolcheviques, los consejos alemanes de 1918, las colectivizaciones del 1936, mayo del 68, el 15m, Occupy..., m&aacute;s all&aacute; de su duraci&oacute;n o su impronta hist&oacute;rica, han sido formas de una nueva sociedad, constituidas al margen (y muy a menudo en contra) de las jerarqu&iacute;as y las direcciones pol&iacute;ticas del momento. Lejos de ser manifestaciones primitivas sin organizaci&oacute;n pol&iacute;tica, eran precisamente formas aut&oacute;nomas capaces de desbordar lo existente, de construir otra realidad.&nbsp;</p> <p>Frente al &laquo;socialismo de los jefes&raquo; &mdash;y su apogeo en el Estado sovi&eacute;tico, el stalinismo y la tradici&oacute;n autoritaria de los partidos comunistas&mdash;, este ensayo hist&oacute;rico pone de relieve la persistencia de pr&aacute;cticas y propuestas basadas en la democracia directa, el asamblearismo y la autonom&iacute;a. Una mirada radical de los movimientos de emancipaci&oacute;n social, a trav&eacute;s de diferentes &eacute;pocas hist&oacute;ricas, que supone un soplo de aire fresco para afrontar el presente y el futuro de las luchas sociales.</p>
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