bolcheviques

  • <p>Esta no es una biograf&iacute;a al uso, sino un relato &iacute;ntimo y preciso, poblado de personajes que ocupar&iacute;an un lugar en la historia de la Revoluci&oacute;n y de otros que tendr&iacute;an un ef&iacute;mero paso por ella; un recuento de las discusiones te&oacute;ricas y las discrepancias con otros pensadores en el exilio; de las traiciones y los desencuentros; de las alegr&iacute;as, las complicidades y los desenga&ntilde;os.</p> <p>Nadezhda Kr&uacute;pskaya conoci&oacute; a Lenin en un mitin de propaganda marxista en 1893 y se cas&oacute; con el gran revolucionario ruso en 1898. Fue compa&ntilde;era de vida y de partido, siguiendo a Lenin en su lucha clandestina, discutiendo con &eacute;l los textos que &eacute;ste iba elaborando, recorriendo en su exilio ciudades y pa&iacute;ses siempre atentos a las diversas polic&iacute;as y a menudo viviendo en dif&iacute;ciles condiciones materiales.</p> <p>Este libro es el relato de esa vida com&uacute;n desde sus inicios hasta el estallido de la Revoluci&oacute;n de Octubre. No es una biograf&iacute;a al uso, sino un relato &iacute;ntimo y preciso poblado de personajes que ocupar&iacute;an un lugar en la historia de la Revoluci&oacute;n y de otros que tendr&iacute;an un ef&iacute;mero paso por ella; un recuento de las discusiones te&oacute;ricas y las discrepancias con otros pensadores en el exilio; de las traiciones y los desencuentros; de las alegr&iacute;as, las complicidades y los desenga&ntilde;os.</p> <p>Al parecer, Kr&uacute;pskaya escribi&oacute; una segunda parte que abarcaba desde el triunfo de la Revoluci&oacute;n a la muerte de Lenin, libro del que se dice que no fue del agrado de Stalin y que, si no ha sido destruido, debe dormir en alguna ignota estanter&iacute;a del Kremlin</p>
  • <p>Lunacharsky escribe, en 1923, semblanzas sobre sus camaradas, Lenin, Trotsky y Plejanov, entre otros. Una notoria laguna aparec&iacute;a aqu&iacute; ante los lectores rusos: el libro carece de toda semblanza de Stalin. De un &ldquo;entendimiento&rdquo; de Lunacharski con Stalin no pod&iacute;a ni hablarse. No hab&iacute;a dos temperamentos que fueran o pudieran ser m&aacute;s incompatibles que esos dos. La inexistencia de todo v&iacute;nculo pol&iacute;tico o humano entre ambos se evidencia en esta serie de semblanzas que traz&oacute; Lunacharski de los jefes bolcheviques.</p> <p>Al publicarse en 1923 y reimprimirse en 1924, la lucha por la sucesi&oacute;n de Lenin hab&iacute;a llegado a su cl&iacute;max y Stalin estaba ya firmemente instalado como secretario general del partido. La omisi&oacute;n equival&iacute;a a un delito de lesa majestad. Y as&iacute;, poco despu&eacute;s, el libro &ldquo;desapareci&oacute; de la circulaci&oacute;n&rdquo; y sigui&oacute; prohibido durante a&ntilde;os.</p>
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