<p>Una grave amenaza pende sobre la mitad de la Humanidad: si las pol&iacute;ticas neoliberales prosiguen su implacable desarrollo, tres mil millones de campesinos del tercer mundo van a ser sustituidos por apenas cincuenta millones de agricultores dotados de las herramientas necesarias &ndash;ingenier&iacute;a gen&eacute;tica incluida&ndash; para mantener o a&uacute;n aumentar la producci&oacute;n actual. A diferencia de otros tiempos, el previsible &quot;excedente&quot; de mano de obra no podr&aacute; ser absorbido por la industria ni tendr&aacute; cabida en las ciudades, en las que ya malvive una masa ingente de precarizados y desempleados. La presi&oacute;n migratoria sobre los centros del sistema econ&oacute;mico globalizado aumentar&aacute;, as&iacute; como el proceso de deslocalizaci&oacute;n, con los graves efectos que comportar&aacute; a las masas trabajadoras del primer mundo. Todo este panorama, cuya proximidad es cada vez m&aacute;s evidente, empieza ya a verse dibujado con los trazos de la tragedia, sin que por el momento el poder econ&oacute;mico, que privilegia por encima de todo la expansi&oacute;n del capital, parezca darse por enterado.</p>