<p><span style="font-size: 14px; font-family: arial, helvetica, sans-serif;">Explorar, descubrir, reinventar, atreverte. Esas son las consignas que merodean los versos del poeta. Aún a pesar del desamor y de la ausencia. O mejor, alentadas por las pérdidas, por los espacios de soledad, por los vacíos. </span><em style="font-size: 14px; font-family: arial, helvetica, sans-serif;">“Hoy que te quería / a mi lado para siempre, / me querías tan solo, / como nunca”</em><span style="font-size: 14px; font-family: arial, helvetica, sans-serif;">. Jose Miguel equilibra este poemario entre amares y resistencias, porque son las dos caras de una misma moneda, los dos polos que electrizan sus palabras. </span></p>
<p><span style="font-size: 14px; font-family: arial, helvetica, sans-serif;">Amores que dejan almohadas vacías, amores que te empujan, que te merodean, a pesar de los exilios de las caricias, que evocan paseos a dos en las calles húmedas de Aguere. Amores que se resisten a partir, que se cobijan en el drago de la plaza, que se van dejando una estela transitable por la que seguir amando. Sin resentimientos. Amores que no desertan de la complicidad, que duelen, porque el dolor es energía que se acumula para engendrar nuevas quimeras. </span></p>
<p><span style="font-size: 14px; font-family: arial, helvetica, sans-serif;">Su poesía anda llena de madureces y de ternuras. Es como la extensión infinita de esa estructura que va definiendo nuestro itinerario vital y que algunas se empeñan en llamar alma. Es como la prolongación de su enjuta figura, siempre vigilante para advertirnos de las vendas que ciegan nuestras miradas, sin ataduras, sin copyrights, sin barreras que la frenen, sin adjetivos que la encorseten. Mira al mundo y consigue pararlo, detener el trepidante travelling de mentiras intencionadas y fijar el plano en la imagen adecuada, la que nos revela el lugar exacto en que se esconde el bicho que devora nuestras esperanzas. Su palabra intenta situarse en la complicidad, en el acompañamiento, enfocada en las pesadillas que acaban pariendo sueños colectivos...</span></p>