<p>Transitar de la cosmovisi&oacute;n, que no re-conoce m&aacute;s que lo que ve o encaja en su mirar, a la cosmosonoridad, que (nos) re-presenta lo ajeno que a&uacute;n no conocemos. Superar, en tanto que ir m&aacute;s all&aacute;, lo limitado del m&eacute;todo y sus categor&iacute;as, de la ciencia y sus criterios, de la epistemolog&iacute;a del Norte global, para llegar a la voz y su sonido, al di&aacute;logo y su comuni&oacute;n, para unirnos con las otras y los otros. Dejar de lado la objetivaci&oacute;n del contar para adentrarnos en el sentir del cantar.</p> <p><em>Cosmosonoridades</em>, que hay que leer como una conversaci&oacute;n, persigue ampliar las experiencias plurales disponibles del mundo y de sus mundos. Junto a otras realidades hist&oacute;ricas y contempor&aacute;neas auto-representadas en conciencia plena, esta obra localiza las emergencias cosmosonoras del cante-gitano y de la canci&oacute;n-gyu. De los contactos y encuentros producidos entre ambas culturas brota la siguiente consideraci&oacute;n y esperanza: sus sonoridades vern&aacute;culas son m&aacute;s que m&uacute;sica, son epistemolog&iacute;as del sentir.</p> <p>En este debate-conversaci&oacute;n, Iv&aacute;n Peri&aacute;&ntilde;ez nos invita a re-pensar estas m&uacute;sicas del Sur global como saberes, pr&aacute;cticas y vivencias, reivindicando que corresponden a patrimonios legados y situados que suponen alternativas disponibles y posibles frente a la universalidad eurocentrada y sus colonialismos. Con la escucha-aprendizaje de estos saberes, que son desconocidos, folclorizados u omitidos por el Norte global, podemos constituir desde nuestros cuerpos una genuina justicia, podemos bailar hacia la emancipaci&oacute;n.</p>