<p>Redadas policiales racistas, sofisticados operativos de deportaci&oacute;n, sistemas de identificaci&oacute;n facial propios de una distop&iacute;a, radiograf&iacute;as a menores migrantes para &laquo;determinar&raquo; su edad&hellip; Esta genealog&iacute;a del pasaporte rastrea el proceso que ha permitido a los Estados desarrollar, en los dos &uacute;ltimos siglos, toda una serie de instrumentos que invaden la vida de las personas &ndash;sus cuerpos&ndash; con el fin de establecer qui&eacute;nes tienen derecho a pertenecer al Estado y, sobre todo, qui&eacute;nes deben ser excluidas del mismo.</p> <p>&laquo;Los pasaportes y los documentos de identidad, producto de complejas burocracias dedicadas a identificar a las personas y a regular su movilidad, han hecho posible una ins&oacute;lita transformaci&oacute;n de la vida social &ndash;una transformaci&oacute;n semejante a aquella identificada por Marx cuando analizaba la monopolizaci&oacute;n de los medios de producci&oacute;n por parte de los capitalistas, o la revelada por Weber cuando analizaba la expropiaci&oacute;n por parte de los Estados modernos del uso leg&iacute;timo de la violencia&ndash;. Para entender el mundo moderno, a estos dos tipos de &laquo;expropiaci&oacute;n&raquo; debemos a&ntilde;adir un tercero: la monopolizaci&oacute;n de los medios leg&iacute;timos de movilidad por parte de los Estados [&hellip;]. Aunque este proceso tiene sus deficiencias, ha cosechado un &eacute;xito indudable regulando los movimientos de poblaci&oacute;n y determinando qui&eacute;n pertenece a cada lugar. Ello ha desempe&ntilde;ado un papel fundamental en la construcci&oacute;n por parte de los Estados de &laquo;naciones&raquo; aparentemente homog&eacute;neas, aunque &eacute;ste es un objetivo que, en esencia, resulta imposible de lograr.&raquo;</p> <p>Confiamos en que este libro contribuya a un objetivo m&aacute;s bien modesto: desnaturalizar un mundo caracterizado por una enorme proliferaci&oacute;n de fronteras. Desenmascarar la historia de lo que se ha convertido en normal, en hegem&oacute;nico, es siempre una condici&oacute;n necesaria para poder acabar con ello.</p>