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<p>Peidro fue un luchador anónimo y su gesta no fue diferente a la de miles de otras, pero la grandeza de su biografía no reside en su particularidad, sino en el hecho de haber sido semejante a la de muchos compañeros sin nombre, no adquiriendo sentido sino sumada a la de todos ellos. Juntas, constituyen el episodio más importante de la lucha de clases en la península. El rastro de Peidro es difícil de encontrar, pues al no ser ni orador ni escritor, y al rehuir cualquier protagonismo, su contribución a la causa resulta casi siempre cubierta con el anonimato. Su vida sigue los altibajos del movimiento obrero alcoyano de la época, confundiéndose con él hasta el punto de no ser más que un pedazo de su historia perdida, un fragmento del pasado de la CNT, la organización revolucionaria del proletariado a la que los hombres de acción hicieron temible y los hombres como Peidro hicieron sólida.</p>