contaminación

  • <p>En un lugar de Extremadura de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que viv&iacute;a un intr&eacute;pido empresario que comenz&oacute; acarreando chatarra con un burro y que, gracias a su constancia y esp&iacute;ritu aventurero, es hoy, con gran diferencia, el m&aacute;s rico y mayor benefactor de todos los habitantes de esta regi&oacute;n. As&iacute; empieza la cr&oacute;nica oficial sobre el ingenioso empresario Alfonso Gallardo, promotor de la refiner&iacute;a que se pretende instalar en Extremadura y exponente visible del principal emporio pol&iacute;tico-econ&oacute;mico construido en las dos &uacute;ltimas d&eacute;cadas.</p>
  • <p>Los t&eacute;rminos &quot;emergencia clim&aacute;tica&quot; o &quot;crisis clim&aacute;tica&quot; han sustituido al &quot;cambio clim&aacute;tico&quot;. La conversaci&oacute;n social sobre este problema ha cambiado radicalmente. Hoy la situaci&oacute;n es m&aacute;s grave que ayer. Pero tambi&eacute;n son mayores las se&ntilde;ales de que la sociedad no est&aacute; dispuesta a quedarse de brazos cruzados mientras todo se desmorona. La calle se rebela: no queremos ni un grado m&aacute;s, ni una especie menos. Para avanzar hacia ese objetivo, te proponemos este combativo manual de lucha.</p>
  • Matamundos

    18,50
    <p>El panorama al que nos enfretamos es devastador. Estamos ante la posibilidad de extinci&oacute;n de nuestra especie y de tantas otras en el planeta, y todo por culpa de nuestra ignorancia e insensatez. El ser humano se ha convertido en una especie destructiva, que bien podr&iacute;a recibir el nombre de Matamundos.</p> <p>Todav&iacute;a estamos a tiempo de rectificar y dar la vuelta a esta situaci&oacute;n, pero para ello tenemos que espabilar. Este libro es como una peque&ntilde;a bofetada, una voz de alarma para que seamos conscientes de que es hora de parar de hacer da&ntilde;o a la Tierra: el aire contaminado, la comida que tiramos a la basura, las bolsas de pl&aacute;stico que arrojamos al mar, el calentamiento global&hellip;, no hay planeta que lo aguante.&nbsp;</p> <p>Para ilustrar todo esto, el autor inyecta en sus dibujos una dosis de humor (negro en m&aacute;s de una ocasi&oacute;n, fr&iacute;volo nunca), cuyo objetivo es que nadie quede indiferente. Son una invitaci&oacute;n a reflexionar y profundizar un poco m&aacute;s sobre los distintos temas de un modo directo, emocional, sin recurrir a estad&iacute;sticas ni cifras, pues estamos tan saturados de este tipo de informaci&oacute;n que sale a diario en los medios y redes sociales, que ya no nos hace mella.</p> <p>Un discurso perfectamente construido, que contiene un mensaje muy necesario en el momento presente: rigor y crudeza, pero con un toque de humor que evite la paralizaci&oacute;n que genera la enormidad del reto que tenemos por delante.</p>
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