crisis sistémica

  • <p>Finanzas, trabajo, clima, alimentos. &iquest;De que modo est&aacute;n conectadas las crisis del siglo XXI? En El capitalismo en la trama de la vida, Jason W. Moore sostiene que las fuentes de la actual turbulencia global tienen una causa com&uacute;n: el agotamiento del capitalismo como forma de organizar la naturaleza, incluida la naturaleza humana. A partir de los grandes an&aacute;lisis del capitalismo hist&oacute;rico de Braudel a Wallerstein y Arrighi, de las recientes aportaciones de la econom&iacute;a pol&iacute;tica ecologista y de determinadas lecturas del feminismo, Moore nos ofrece una s&iacute;ntesis innovadora: el capitalismo supone un determinado tipo de &laquo;ecolog&iacute;a mundial&raquo; que implica formas de producci&oacute;n y distribuci&oacute;n de la riqueza, sistemas de poder y ecosistemas hechos tanto de naturalezas humanas como extrahumanas.</p> <p>Bajo esta perspectiva, la mayor fuerza hist&oacute;rica del capitalismo ?as&iacute; como la fuente de sus principales problemas? ha resultado de su capacidad para crear &laquo;naturalezas baratas&raquo;, en forma de mano de obra, alimentos, energ&iacute;a y materias primas por las que ha pagado poco o nada. Esta capacidad es lo que ahora se ha vuelto problem&aacute;tico. Al repensar el capitalismo a trav&eacute;s de una vibrante dial&eacute;ctica de la &laquo;humanidad en la naturaleza&raquo;, Moore transporta a los lectores en un viaje te&oacute;rico desde el ascenso del capitalismo hist&oacute;rico hasta el caleidoscopio de las m&uacute;ltiples capas de la crisis actual. Este libro muestra c&oacute;mo la cr&iacute;tica del &laquo;capitalismo en la naturaleza&raquo; ?en lugar de considerar el capitalismo y la naturaleza por separado? resulta fundamental a la hora de comprender nuestra coyuntura, as&iacute; como de empujar en la direcci&oacute;n de la emancipaci&oacute;n en el siglo venidero.</p>
  • <p><font class="txparrafo">[&hellip;] La cat&aacute;strofe hist&oacute;rica m&aacute;s profunda y m&aacute;s real, la que en &uacute;ltima instancia determina la importancia de todas las dem&aacute;s, reside en la persistente ceguera de la inmensa mayor&iacute;a, en la dimisi&oacute;n de toda voluntad de actuar sobre las causas de tantos sufrimientos, en la incapacidad de considerarlas siquiera l&uacute;cidamente. Esta apat&iacute;a va a resquebrajarse, en el curso de los pr&oacute;ximos a&ntilde;os, de manera cada vez m&aacute;s violenta por el hundimiento de cualquier supervivencia garantizada. Y quienes la representan y la alimentan, cultivando un precario statu quo de ilusiones tranquilizantes, ser&aacute;n barridos. La emergencia se impondr&aacute; a todos y la dominaci&oacute;n tendr&aacute; que hablar por lo menos tan alto y claro como los propios hechos. Con tanta mayor facilidad adoptar&aacute; el tono terrorista que le conviene cuanto que estar&aacute; justificada por realidades efectivamente aterradoras. Un hombre aquejado de gangrena no est&aacute; dispuesto a discutir las causas de su mal, ni a oponerse al autoritarismo de la amputaci&oacute;n. [&hellip;]<br /> </font></p>
  • <p>Despu&eacute;s de a&ntilde;os de bonanza econ&oacute;mica, con la irrupci&oacute;n de la crisis la cooperaci&oacute;n internacional en Catalu&ntilde;a y el Estado sufri&oacute; los peores recortes entre todas las pol&iacute;ticas p&uacute;blicas. En la &uacute;ltima d&eacute;cada, el internacionalismo ha experimentado una reformulaci&oacute;n para poder conectar con la situaci&oacute;n de nuestro pa&iacute;s y seguir ejerciendo de puente entre las luchas y aspiraciones de la sociedad a un lado y el otro del mar. Una transformaci&oacute;n orientada a exigir m&aacute;s coherencia en las pol&iacute;ticas p&uacute;blicas y no solo m&aacute;s presupuestos; a hacerse m&aacute;s feminista y plantearse profundizar en los cuidados; o incorporar las nuevas urgencias que la sociedad plantea, como actuar contra la emergencia clim&aacute;tica o la crisis de personas refugiadas.</p> <p>Todo ello en medio de un cambio de &eacute;poca, en lo pol&iacute;tico y social, que ha tensionado en consecuencia nuestra sociedad y nuestras organizaciones y administraciones. Hubo un d&iacute;a en el que fue preciso volver a pisar las calles para seguir teniendo un sentido y una raz&oacute;n para existir.</p>
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