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  • <p>&laquo;Este libro recoge las voces en primera persona de quienes est&aacute;n enfrentando los retos de construir un sindicalismo que no se conforma con perseguir determinadas mejoras laborales, sino que plantea un cuestionamiento de la ordenaci&oacute;n econ&oacute;mica y social del mundo desde el coraz&oacute;n de la bestia. Sus error y sus aciertos son, est&aacute;n siendo ya, una aportaci&oacute;n imprescindible a las pr&aacute;cticas de luchas que pretendan cambiarlo todo.&raquo; <br /> Del pr&oacute;logo de Pastora Filigrana</p>
  • <p>El &uacute;ltimo libro de Oskar Lafontaine, que ha agotado ya cinco ediciones en Alemania, es un alegato razonado por el alto el fuego y las negociaciones de paz en la guerra de Rusia contra Ucrania.</p> <p>El expresidente del SPD sostiene que es hora de la construcci&oacute;n de una arquitectura de seguridad europea, sin Estados Unidos.</p> <p>&laquo;El inter&eacute;s de EE.UU. no es defender a Europa, sino tener a Europa como avanzadilla disponible para sus intereses como potencia mundial. En este momento Estados Unidos es el gran ganador de la guerra de Ucrania. Es el proveedor de armas en grandes cantidades a sus socios, como los alemanes y los polacos; han desplazado de Europa el gas barato ruso y ahora pueden cumplir por fin lo que deseaban desde hace a&ntilde;os: vender su gas de fracking en Europa, obtenido a trav&eacute;s de t&eacute;cnicas muy perjudiciales para el medio ambiente. Y han conseguido lo que Kissinger propuso hace muchos a&ntilde;os: confrontar a Europa con Rusia bajo el principio de &ldquo;divide et impera&rdquo; (divide y vencer&aacute;s) para asegurar su poder.&raquo;</p>
  • <p>Al contrario de lo que nos hizo creer Plat&oacute;n, la batalla humana no se libra entre las sombras y la luz sino entre la penumbra y las sombras. O digamos &mdash;para hacer justicia a Plat&oacute;n&mdash; que hay que dar la batalla entre las sombras y la luz con la esperanza de alcanzar, a lo sumo, un cierto estado de penumbra. No s&eacute; c&oacute;mo se dir&aacute; en japon&eacute;s, pero es muy evidente, leyendo su ensayo, que Tanizaki estaba reivindicando la penumbra, no la sombra y mucho menos las sombras. Somos seres penumbrosos, los humanos, cuando no somos sombr&iacute;os; y con la penumbra, sol entre el follaje, picnic sobre la hierba, conservamos la belleza dif&iacute;cil, la raz&oacute;n temblorosa y la tierra herida. Durante algunas d&eacute;cadas hemos cre&iacute;do poder pasar, a fuerza de aceleraci&oacute;n capitalista, de la penumbra a la luz; ahora nos damos cuenta de que, al rev&eacute;s, por ese camino, estamos a punto de dejar la penumbra, donde el asombro era a&uacute;n posible y los alisos daban sombra, para pasar a las sombras, donde nos esperan los muertos airados en el sol terrible del mediod&iacute;a. Ay, qu&eacute; ganas de labrar lentes, de pensar despacio, de retener &aacute;rboles y contar piedras, de cogerte la mano en la penumbra sin l&aacute;mparas de un largu&iacute;simo atardecer.</p> <p>Frente a las monta&ntilde;as de espuma, a los gritos, a las palabras gastadas de una &eacute;poca polarizada, crispada, en la que las sociedades parecen haber olvidado el Gran y Terrible Secreto del siglo XX, Santiago, creo, tengo esa seguridad, ofrece su car&aacute;cter desprovisto de enfermedad. Es decir, su car&aacute;cter desprovisto. Sobrio. Que intenta renombrar palabras y hechos con esa dif&iacute;cil materia. Que se comporta con la levedad del fabricante de tapones, si bien fabrica botellas.</p>
  • NIÑERING

    18,00
    <p>Este volumen, prologado por B&aacute;rbara Arena, re&uacute;ne las reflexiones, consejos pr&aacute;cticos y memorias <em>aupair&iacute;sticas</em> de Adriana Torres durante sus a&ntilde;os en el extranjero. Con material in&eacute;dito en su mayor parte, se han incluido algunos de los art&iacute;culos publicados en CTXT por la autora durante el &uacute;ltimo a&ntilde;o.</p> <p>&laquo;Una ni&ntilde;era, en especial una ni&ntilde;era interna como lo fui yo durante aquellos a&ntilde;os, es una persona que deja de existir. Una ni&ntilde;era trabaja ocho, diez, doce o catorce horas al d&iacute;a, como una madre. Pone cari&ntilde;o y preocupaci&oacute;n sincera en su labor, pone ganas, ojeras, a veces noches en vela. Se contagia de mocos, gastroenteritis y cosas peores, une su destino al de la familia para la que trabaja. Pero una ni&ntilde;era no hace su trabajo por amor, como las madres.&raquo;</p> <p>Incluye <em>Manual de supervivencia para ni&ntilde;eras y au pairs</em>.</p>
  • <p>Desde Torre Picasso, desde la urbanizaci&oacute;n Atalaya Park, desde el edificio Pir&aacute;mide o desde la cubierta del Nabila sienten que han copado el mundo. El lujo, la omnipotencia, la impunidad. Todos los resortes de la sociedad a tu servicio. Los medios de comunicaci&oacute;n en n&oacute;mina, las fuerzas de seguridad a la orden, los jueces maniatados, los terroristas a tu disposici&oacute;n, los presidentes chantajeados, los millonarios debi&eacute;ndote favores. Tus clientes en Espa&ntilde;a son los dos grandes bancos del pa&iacute;s, la principal el&eacute;ctrica, la mayor constructora, los due&ntilde;os de los grandes medios de comunicaci&oacute;n&hellip; Eso es La Liga, pero tambi&eacute;n hay que jugar la Champions: Al Kassar te lleva a El Assir, Al Assir a su cu&ntilde;ado Adri&aacute;n de la Joya, De la Joya es el tronco que te lleva a Paul Manafort, que est&aacute; siempre al lado de Steve Bannon, que te lleva a Trump y a la ultraderecha mundial &iquest;Qu&eacute; no puedes hacer?</p>
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