cuerpo

  • En Urbanismo feminista se concretan y detallan diferentes aspectos relativos a esa ciudad que pone la vida en el centro, desde la clara conciencia de que solamente los procesos impulsados desde abajo, y a partir de la complejidad comunitaria, edificarán una realidad urbana radicalmente distinta a la que conocemos.
  • <p>Com&uacute;n, procom&uacute;n, comunes, comunales... las denominaciones var&iacute;an, pero todas ellas apuntan a formas de propiedad, uso y aprovechamiento de los recursos, la vida y el planeta que no pasan ni por la mercanc&iacute;a ni por el Estado. En este libro, Silvia Federici explora la noci&oacute;n de lo com&uacute;n. Nos dirige la mirada hacia la gran expropiaci&oacute;n, todav&iacute;a en curso, que supone la inacabable imposici&oacute;n del capitalismo. Los comunes, las formas de organizaci&oacute;n comunitaria de los ecosistemas humanos, existen desde que se formaran las primeras sociedades. Y los comunes han sido el objeto prioritario de sucesivas rondas de rapi&ntilde;a y cercamiento capitalista, que todav&iacute;a hoy persisten sobre la tierra, el cuerpo, la vida y el conocimiento, especialmente cuando estas materias se dicen en femenino.</p> <p>Federici apunta, de este modo, a un futuro posible de emancipaci&oacute;n, de organizaci&oacute;n no patriarcal y no capitalista de la reproducci&oacute;n social, que pasa necesariamente por una ampliaci&oacute;n y reinvenci&oacute;n de lo com&uacute;n. Como ella misma dice: &laquo;El horizonte que nos propone el actual discurso y pol&iacute;tica de los comunes no consiste en la promesa de un retorno imposible al pasado, sino en la posibilidad de recuperar el poder de decidir colectivamente nuestro destino en esta tierra&raquo;. Esto es lo que ella llama reencantar el mundo.</p>
  • <p>Los virus, pese a no estar ni vivos ni muertos, pueden invadir un cuerpo &mdash;individual o social&mdash; y arrancarlo de la normalidad desafiando a sus potencias. En este sentido, la filosof&iacute;a, ese pensamiento carente de fundamentos &uacute;ltimos &mdash;al estar en constante mutaci&oacute;n&mdash; es como un agente viral capaz de contribuir al desaf&iacute;o de comprender y actuar en un presente como el nuestro, en el que hemos llegado a una zona de indeterminaci&oacute;n que parece renovarse d&iacute;a tras d&iacute;a. Solo el pensamiento cr&iacute;tico-filos&oacute;fico es capaz de ir m&aacute;s all&aacute; de las narrativas convencionales que ven en la actual pandemia de COVID-19 un problema m&eacute;dico-sanitario y econ&oacute;mico en lugar de lo que es: una intrusi&oacute;n total e inconmensurable en la rutina del planeta, la cual puede dar lugar tanto a una nueva &eacute;tica de lo com&uacute;n y del cuidado o bien a un enorme dispositivo biopol&iacute;tico puesto a disposici&oacute;n de los gobiernos y de los mercados para incrementar el control y la disciplina. Por ello, este libro pretende leer la pandemia a partir de su inadecuaci&oacute;n en relaci&oacute;n a las d&iacute;adas que marcan nuestra experiencia, tales como naturaleza y cultura, vida y muerte, entre otras. Con esa finalidad, discutimos algunas de las recientes interpretaciones filos&oacute;ficas de la pandemia para se&ntilde;alar su insuficiencia a la hora de enfrentarse a lo realmente nuevo que implica el actual coronavirus, que &uacute;nicamente puede entenderse a partir de una consideraci&oacute;n de su car&aacute;cter agenciador de subjetividades.</p> <p>&nbsp;</p> <p>&nbsp;</p>
  • <p>Este libro ofrece un conjunto de reflexiones que el campo de la salud debe absorber para incidir con conductas que promuevan la autonom&iacute;a y la dignidad. Resulta consternadora la r&eacute;mora de las viejas concepciones acerca de los procesos de salud-enfermedad, la ceguera cognitiva respecto de la generizaci&oacute;n inexorable de tales fen&oacute;menos y, muy especialmente, la recusa de percepci&oacute;n contextual para hacer inteligible el lenguaje del cuerpo que enuncia sus significados contrariando a los presupuestos naturales. A menudo he sostenido una advertencia, y me parece m&aacute;s que adecuado dar la bienvenida a este libro volviendo a ella: para quienes creen a pie juntillas que hay una lectura transparente de los fen&oacute;menos de la naturaleza, es bueno que sepan que la naturaleza no sabe que se llama naturaleza. Su lenguaje es el que hemos inventado, una arbitraria operaci&oacute;n mediadora con la que damos por sentado principios y leyes. Conviene abdicar de su prepotencia, y hacer de la salud un estatuto libertario, tal como emerge como acicate de las p&aacute;ginas de este texto.</p> <p>Art&iacute;culos de Dora Barrancos, Sabrina Bala&ntilde;a, Agostina Finielli, Carla Giuliano, Andrea Paz, Carlos Ram&iacute;rez, Marta Dillon, Moira P&eacute;rez, Laura Contrera, D&eacute;bora Tajer, Luciano Fabbri, Blas Radi, Karina Felitti, Valeria Salech, Violeta Osorio, Julieta Saulo y Ruth Zurbriggen.</p>
  • <p>La teor&iacute;a Queer ha colocado el cuerpo en el centro de sus reflexiones y propuestas, abord&aacute;ndolo de dos formas: desde una mirada idealista, como algo enteramente moldeable por parte del individuo; o como una construcci&oacute;n social, pero reconociendo su materialidad y su car&aacute;cter vulnerable. Este ensayo analiza cr&iacute;ticamente este dualismo y concluye que la visi&oacute;n idealista del cuerpo, a pesar de su aparente transgresi&oacute;n, es una expresi&oacute;n m&aacute;s de la tendencia dominante a entender el cuerpo como un objeto de consumo. Adem&aacute;s, se trata de un punto de vista muy alejado de las violencias, muy carnales, que despliega el sistema de g&eacute;nero. &laquo;En este texto Coll-Planas traza una interesante cartograf&iacute;a sobre las diferentes posiciones que la teor&iacute;a queer ha elaborado sobre el cuerpo en los &uacute;ltimos a&ntilde;os. A diferencia de cierta postura queer-chic, que recicla las vivencias de las minorias sexuales para consumo de museos y heteros curiosos, Coll-Planas nos devuelve a la realidad de los cuerpos maltratados y sufrientes, al asesinato hom&oacute;fobo y a la violencia transf&oacute;bica. Su libro nos plantea el conflicto entre el cuerpo idealizado, sin l&iacute;mites, objeto de consumo y un cuerpo material, limitado y objeto de violencia. Gracias a La carne y la met&aacute;fora, lo queer de la la teor&iacute;a y vuelve a la realidad.&raquo; Javier S&aacute;ez</p>
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