decolonialidad

  • <p><em>Memorias de la plantaci&oacute;n</em> re&uacute;ne una serie de episodios cotidianos de racismo escritos bajo la forma de breves escenas psicoanal&iacute;ticas. De las pol&iacute;ticas de espacio y exclusi&oacute;n a las pol&iacute;ticas del cuerpo y el cabello, pasando por los insultos racistas, Kilomba desmonta la normalizaci&oacute;n del racismo y consigue exponer sin grandilocuencia la violencia y el trauma de ser tratada/o como Otra/o.</p> <p>Estamos ante una obra original, que combina teor&iacute;a poscolonial, psicoan&aacute;lisis, estudios de g&eacute;nero, feminismo negro y narrativa po&eacute;tica. Descubierto por el gran p&uacute;blico en el Festival Internacional de Literatura de Berl&iacute;n en 2008, el libro ingres&oacute; r&aacute;pidamente en las discusiones acad&eacute;micas en Europa, Latinoam&eacute;rica y Estados Unidos. Y, desde entonces, Kilomba construy&oacute; un estilo subversivo y singular para darle cuerpo, voz e imagen.</p> <p>La combinaci&oacute;n de las palabras plantaci&oacute;n y memoria no es azarosa, permite comprender al racismo como realidad traum&aacute;tica y recrear una escena colonial en la que el pasado viene a coincidir con el presente y el presente es vivido como si se situara en ese pasado desgarrador. Se trata de poner el dedo en una herida insuficientemente tratada: el colonialismo.</p>
  • <p>&laquo;Debo admitir que la palabra nosotros es muy extra&ntilde;a. Y, aunque me cuesta mucho convencerme de que esa unidad es posible, no puedo resignarme a la idea de que no se ha intentado todo. As&iacute; que debemos empezar por lo que lo impide.&raquo;</p> <p>Decir que el terreno est&aacute; minado es quedarse cortos: un Estado-naci&oacute;n construido sobre la esclavitud y la colonizaci&oacute;n, organizaciones pol&iacute;ticas fieles al pacto nacional-racial, un chovinismo de izquierdas que ha extinguido de modo progresivo el internacionalismo obrero, una sociedad civil indiferente a los estragos del imperialismo y la profunda &laquo;asimetr&iacute;a de los afectos&raquo; entre los &laquo;blanquitos&raquo; y los sujetos poscoloniales. Estas son algunas de las manifestaciones del &ldquo;Estado racial integral&rdquo; diseccionadas en este libro.</p> <p>Es en estas brechas donde debemos &laquo;clavar el clavo e ir en busca del inter&eacute;s com&uacute;n&raquo;, construir una pol&iacute;tica decolonial, inventar una dignidad blanca que compita con la de la extrema derecha, defender la autonom&iacute;a ind&iacute;gena y aceptar ensuciarnos las manos luchando contra el consenso racista. Entonces, frente al bloque burgu&eacute;s occidental sacudido por las crisis que &eacute;l mismo ha provocado, podr&aacute; forjarse la alianza in&eacute;dita de los patanes y los b&aacute;rbaros.</p>
  • <p>Lo &ldquo;decolonial&rdquo; est&aacute; de moda. En Am&eacute;rica Latina, los estudios decoloniales han conseguido cierto &eacute;xito acad&eacute;mico, particularmente en las ciencias sociales y las humanidades. Sin embargo, sus ideas centrales no dejan de presentar inconsistencias y contradicciones que es necesario examinar. Hasta el momento las cr&iacute;ticas se encontraban dispersas, en textos aislados o debates truncos. En este libro colectivo se re&uacute;ne un conjunto de trabajos que, desde una pluralidad de perspectivas y lugares, desarrollan una cr&iacute;tica documentada y rigurosa a los estudios decoloniales y a sus principales autores.</p> <p>En este sentido, el libro busca ser una especie de contrafuego que permita contrarrestar los efectos de una moda intelectual y distinguir los estudios decoloniales de un anticolonialismo activo, basado en las alternativas descolonizadoras que construyen pueblos y comunidades frente a las formas actuales del despojo capitalista y en nombre de las cuales los autores decoloniales pretenden hablar. As&iacute; podremos &ldquo;liberarnos de los libertadores&rdquo; y hacer caer sus m&aacute;scaras.</p>
  • En Negro soy, negro me quedo, Françoise Vergès dialoga con Aimé Césaire sobre el racismo estructural y el ADN colonial europeo.
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