<p>En el planeta, es sabido que conviven varios modos de producci&oacute;n, pero el dominante es el capitalismo. La Tierra es la sede central del sistema. A efectos estructurales, podr&iacute;amos se&ntilde;alar cuatro dimensiones del capitalismo, relacionadas de forma sist&eacute;mica entre ellas: la econ&oacute;mica, la social, la pol&iacute;tica y la ecol&oacute;gica. En su l&oacute;gica de desarrollo, el capitalismo las utiliza a todas ellas, siempre con impactos negativos, en unas m&aacute;s que en otras, siempre dependiendo del modelo de acumulaci&oacute;n y del momento. Sin embargo, para los ecosocioecologistas, la &uacute;nica dimensi&oacute;n que parece existir y preocuparles es el impacto que puede tener el &quot;ser humano&quot; en la utilizaci&oacute;n de los recursos naturales, o de la ecolog&iacute;a como algo parcial en el planeta. Se denuncia al capitalismo porque preocupa la huella ecol&oacute;gica en la Tierra, que no deja de ser consecuencia de las necesidades de desarrollo del propio sistema; pasan bastante inadvertidas las otras tres dimensiones del sistema como, si dentro de las mismas, fuesen igualmente compartidas por un igual por el ser humano de forma que la convivencia fuese aqu&iacute; dentro armoniosa; es decir, sin problemas econ&oacute;micos, sociales y pol&iacute;ticos entre las poblaciones, o entre las clases sociales, como algunos preferimos considerar estas relaciones.</p>