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<p>Si hay un relato que ha sido intencionadamente deformado es el de la Segunda República española. Desde la llegada de la democracia se ha divulgado y generalizado un relato triste, conflictivo e irresoluble de la breve experiencia republicana española, uno que permitiera mitigar (y aun a veces justificar) los 40 años de dictadura de Francisco Franco.</p> <p>En este libro, ¿Qué fue la Segunda República? Nuestra historia explicada a los jóvenes, nos hemos propuesto presentar la belleza admirable y heroica de la experiencia republicana que, entre 1931 y 1936, tuvo lugar en nuestro país, y que fue truncada por el golpe de Estado y la Guerra Civil posterior. Este libro trata sobre la alegría republicana, sobre el entusiasmo y el compromiso de un pueblo que, durante esos años, luchó por la democracia, la libertad, la igualdad y la fraternidad. Finalmente, las fuerzas fascistas se impusieron a sangre y fuego, pero el ejemplo de la República española quedó grabado para siempre en la memoria de los españoles y del mundo entero.</p>
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<p>Para quienes en otro tiempo «democracia» significó caminar hasta la asamblea a poner en común las necesidades individuales y colectivas, a disfrutar de las libertades ganadas en esa alternancia de mando y obediencia y ahora vemos como designa el dominio de los torturadores, la tentación de arrojar el término a los perros que lo custodian es grande y lo cierto es que no nos importaría ceder a esa tentación porque «democracia» ya no designa espacios ganados de libertad ni cuidado de los intereses colectivos. Las sociedades en las que vivimos son democracias despóticas en el sentido literal del término, sociedades al servicio del «despotés», del amo, del patrón. Por otra parte, nada nuevo, puesto que desde la democracia ateniense siempre ha sido así, por lo que lo único que cabe preguntar es si son posibles sociedades democráticas al servicio de todos los individuos que las pueblan o en la medida que pretendamos sociedades isonómicas hemos de abandonar las formas sociales democráticas e inventar otros modos de relación intersubjetiva que garanticen los viejos valores de libertad, igualdad y solidaridad.</p>
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<p>La izquierda, como opción política y moral organizada, es hoy en día inexistente. Han desaparecido las organizaciones capaces de ser un instrumento para la organización de las clases subalternas como sujeto activo y para la participación de las mismas en la política. Quedan en su lugar agencias electorales, que compiten entre sí en el mercado del voto.</p> <p>Esto no sólo impide la lucha real por la liberación del ser humano y el socialismo, sino que pone en franco retroceso, e incluso en peligro de desaparición, a la propia democracia, que es un régimen político que no puede existir sin la participación permanente y masiva del “demos”, del pueblo.</p> <p>El presente libro pretende participar en la reflexión, necesariamente colectiva y pública, que permita refundar la izquierda como opción política de masas. Para ello trata de recuperar el acervo intelectual con el que se recoge la experiencia de la humanidad en su lucha a lo largo de los siglos contra la explotación, la desigualdad y la opresión, y a favor de la igualdad y de la libertad.</p>