<p>«Hablemos del mundo, del cual el hombre ha desaparecido. Se trata de desaparición, y no de agotamiento, extinción o exterminio. El agotamiento de los recursos y la extinción de las especies son procesos físicos o fenómenos naturales. Y toda la diferencia radica en que es muy probable que la especie humana sea la única en haber inventado un modo específico de desaparición, que no tiene nada que ver con la ley de la naturaleza. Quizás incluso un arte de la desaparición.» J.B.</p>
<p>«Así, podemos concebir la modernidad como la aventura inicial del Occidente europeo, luego como una inmensa farsa que se repite a escala planetaria, en todas las latitudes adonde se exportan los valores occidentales, religiosos, técnicos, económicos y políticos. Esta «carnavalización» pasa por los estadios, también históricos, de la evangelización, la colonización, la descolonización y la globalización. Lo que más nos cuesta ver es que esta hegemonía, esta influencia de un orden mundial cuyos modelos –no solo técnicos y militares, sino también culturales e ideológicos– parecen irresistibles, viene acompañada de una reversión extraordinaria a través de la cual este poder es lentamente minado, devorado, «canibalizado» por aquellos mismos a quienes «carnavaliza». J.B.</p>
<p>Prólogo de Elena Benarroch - Posfacio de Ignacio Castro.</p>