estructuralismo

  • <p>&laquo;Hablemos del mundo, del cual el hombre ha desaparecido. Se trata de desaparici&oacute;n, y no de agotamiento, extinci&oacute;n o exterminio. El agotamiento de los recursos y la extinci&oacute;n de las especies son procesos f&iacute;sicos o fen&oacute;menos naturales. Y toda la diferencia radica en que es muy probable que la especie humana sea la &uacute;nica en haber inventado un modo espec&iacute;fico de desaparici&oacute;n, que no tiene nada que ver con la ley de la naturaleza. Quiz&aacute;s incluso un arte de la desaparici&oacute;n.&raquo; J.B.</p> <p>&laquo;As&iacute;, podemos concebir la modernidad como la aventura inicial del Occidente europeo, luego como una inmensa farsa que se repite a escala planetaria, en todas las latitudes adonde se exportan los valores occidentales, religiosos, t&eacute;cnicos, econ&oacute;micos y pol&iacute;ticos. Esta &laquo;carnavalizaci&oacute;n&raquo; pasa por los estadios, tambi&eacute;n hist&oacute;ricos, de la evangelizaci&oacute;n, la colonizaci&oacute;n, la descolonizaci&oacute;n y la globalizaci&oacute;n. Lo que m&aacute;s nos cuesta ver es que esta hegemon&iacute;a, esta influencia de un orden mundial cuyos modelos &ndash;no solo t&eacute;cnicos y militares, sino tambi&eacute;n culturales e ideol&oacute;gicos&ndash; parecen irresistibles, viene acompa&ntilde;ada de una reversi&oacute;n extraordinaria a trav&eacute;s de la cual este poder es lentamente minado, devorado, &laquo;canibalizado&raquo; por aquellos mismos a quienes &laquo;carnavaliza&raquo;. J.B.</p> <p>Pr&oacute;logo de Elena Benarroch - Posfacio de Ignacio Castro.</p>
  • <p>A pesar de la incesante autorreflexi&oacute;n de la cr&iacute;tica te&oacute;rica, cabe se&ntilde;alar que se han descuidado, o quiz&aacute;s m&aacute;s bien se han descartado ir&oacute;nicamente, las cuestiones de su propia denominaci&oacute;n. La pregunta sobre las causas de la ausencia del posestructuralismo en Francia que se hace Johannes Angermuller pretende poner fin a esta situaci&oacute;n. Su proyecto consiste en situar, social e hist&oacute;ricamente, las disparidades entre los fen&oacute;menos te&oacute;ricos franceses y angloamericanos: en Francia, el posestructuralismo no existe como t&eacute;rmino unificador, mientras que en el mundo anglosaj&oacute;n se invoca con frecuencia para categorizar a los pensadores franceses. As&iacute; pues, la pregunta fundamental del libro orbita en torno a la siguiente idea, &iquest;qu&eacute; est&aacute; todav&iacute;a en juego en lo que antes se llamaba posestructuralismo o, m&aacute;s en general, en lo que gen&eacute;ricamente era la Teor&iacute;a Francesa? Con ello nos obliga a reflexionar sobre la tensi&oacute;n entre la cr&iacute;tica y su momento de enunciaci&oacute;n, as&iacute; como sobre la brecha temporal que separa el an&aacute;lisis de su objeto, utilizando en especial los conceptos y la metodolog&iacute;a de Pierre Bourdieu como clave de an&aacute;lisis.</p>
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