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<p>Hay pocas fronteras restantes en nuestro planeta, pero quizás las más salvajes y menos entendidas son los océanos: demasiado grandes para la policía y sin una autoridad internacional clara, estas inmensas regiones de aguas traicioneras albergan la criminalidad y la explotación desenfrenadas. Aprovechando cinco años de investigación periodística peligrosos e intrépidos, a menudo a cientos de millas de la costa, Ian Urbina nos presenta a los habitantes de este mundo oculto. A través de sus historias de asombroso coraje y brutalidad, supervivencia y tragedia, descubre una red mundial de crimen y explotación que emana de las industrias pesquera, petrolera y naviera, y de la que dependen las economías del mundo. Tan apasionante como una historia de aventuras y con una sorprendente exposición.</p>
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<p>«El 1 de mayo es un momento de afirmación, de amor a la vida y de llegada de la primavera, así que ha de ser algo así como el principio del fin del sistema capitalista de explotación, opresión, guerra y miseria generalizada y trabajo esclavo». Esto escribe el famoso historiador Peter Linebaugh en este compendio esencial de reflexiones sobre un 1 de mayo tan denigrado y al mismo tiempo tan glorioso y eléctrico.</p> <p>Es un día en el que el rico y el poderoso se esconden llenos de miedo y hacen que el parlamento prohíba la fiesta de mayo -un día magnífico y descontrolado de renacimiento, renovación y rechazo-. Estas reflexiones sobre el rojo y el verde -en los cuales probablemente descansa la única esperanza para el futuro- están pobladas por las opiniones de la anarco-comunista nativa americana Lucy Parsons, el movimiento sindical Dodge Revolutionary Union Movement, Karl Marx, José Martí, W.E.B. Du Bois, Rosa Luxemburg, SNCC y una larga lista de nombres sensibles y ricos</p>
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<p>Esta emigración de supervivencia ofrece a las señoras de la fresa oportunidades de emancipación y autonomía. Es útil a España y Marruecos por medio de un deal que puede parecer inaceptable y plantea una cuestión ética: mujeres contra fresas. ¿Las mujeres españolas habrían aceptado esas condiciones para recolectar las fresas? ¡No! ¿Habrían aceptado separarse de sus hijos durante tres meses o más? ¡No! Se buscó, por tanto, no muy lejos, obreras dóciles, con criterios muy estrictos para que estas indeseadas no permanecieran en territorio español. ¿Puede imaginarse siquiera a miles de mujeres españolas trabajando en los invernaderos de fresas por un salario miserable en una región que se enriquece gracias a la comercialización del oro rojo? Enseguida habrían aparecido denuncias contra las condiciones de trabajo y alojamiento, contra la dureza del trabajo, y reivindicaciones salariales. ¿Qué otro trabajo impone a los adultos una vida en colectividad sin el más elemental respeto al derecho a la intimidad? Los procesos de emancipación no deben hacernos olvidar la precariedad y las condiciones de reclutamiento de estas mujeres, elegidas entre las más frágiles, desde un punto de vista social, de su país. Todos estos factores persiguen evitar la menor rebelión, la menor reivindicación, por pequeña que sea.</p>
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<p>Los críticos de Marx, durante más de un siglo, han proclamado la existencia de contradicciones internas en las teorías del valor, la ganancia y en diversas críticas económicas contenidas en <em>El capital</em>. El presente libro, basándose en trabajos que comenzaron a principios de los ochenta, pone en tela de juicio y refuta esas acusaciones.</p> <p>Al hacerlo, elimina la excusa principal que permite descalificar las teorías de Marx en su forma original, y permite rechazar las diversas tentativas de “corregirlo”, fragmentarlo o subsumirlo en una u otra escuela económica.</p> <p>Esta obra demuestra, pues, la inexistencia de contradicciones lógicas internas al formular una interpretación de las teorías de Marx plena de sentido y coherencia.</p>
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<p>Muhammad Ali es el boxeador más grande de todos los tiempos, pero también la fotografía del mundo contemporáneo y de sus ambivalencias. Por un lado, el púgil es icono de la sociedad de mercado y de su luminosa publicidad; por otro, es símbolo de los movimientos contestatarios de las décadas de los sesenta y setenta: anima el impulso del movimiento contra la guerra del Vietnam y la segregación de los negros. </p> <p>El boxeador de Lousville hace de la elocuencia un arma formidable: sus insultos, sus poesías agresivas y las predicciones sobre quién ganará el combate hacen aflorar sobre el cuadrilátero el equivlente de un sofista negro. Muhammad Ali anticipa así el mundo actual, en el que el trabajo está ligado a la explotación de la capacidad humana de hablar. </p>
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<p>Una oleada de suicidios durante el año 2010 en la ciudad-fábrica de Foxconn, en Shenzhen, sacó a la luz las condiciones infrahumanas en las que vive y trabaja su plantilla laboral, formada en su mayoría por jóvenes y migrantes, llegados de diferentes regiones rurales de China.</p> <p>Esta empresa es la mayor fabricante mundial de componentes electrónicos y da servicio a compañías como Apple, Amazon o Google. El cándido discurso de Silicon Valley —«el sentimiento de construir un mundo mejor gracias a la tecnología»— contrasta con las condiciones neoesclavistas que padecen las y los trabajadores de Foxconn, basadas en un taylorismo extremo y en una disciplina y vigilancia militarizadas, dentro y fuera de la cadena de montaje.</p> <p>Este libro recoge los testimonios de Yang, un estudiante y obrero industrial; Tian Yu, trabajadora migrante que sobrevivió a un intento de suicidio; y Xu Lizhi, que antes de poner fin a sus días dejó escritas descarnadas poesías que nos adentran en las fauces del sistema de Foxconn. Estos poemas, como el resto de textos, cuestionan el beneficio tecnológico, desde ese «otro lado del mundo», en relación con el coste humano, ecológico y social que entraña.</p> <p><em>«Hemos perdido el valor que nos corresponde como seres humanos y nos hemos convertido en una extensión de las máquinas, su apéndice, sí, su esclavo. Muchas veces pensaba que la máquina era mi amo y señor, cuyo cabello tenía que peinar como un esclavo.»</em></p>
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<p>Marx entendió el capitalismo como una etapa necesaria para llegar a una sociedad sin clases en un mundo sin escasez. Fascinado por la potencia productiva del capitalismo industrial que tan ferozmente combatía, dejó de lado la explotación del trabajo no asalariado, el trabajo no pagado de las mujeres dedicado a la reproducción de la mano de obra; un trabajo que consideraba natural y arcaico. Estas dos limitaciones del trabajo teórico de Marx marcaron en enorme medida el desarrollo de las teorías y luchas marxistas, centradas desde entonces en la fábrica y casi siempre magnetizadas por el fetichismo tecnológico.<br /> <br /> Silvia Federici y otras feministas de los años setenta, tomando a Marx pero siempre más allá de Marx, partieron de su idea de que "el capitalismo debe producir el más valioso medio de producción, el trabajador mismo". A fin de explotar esta producción se estableció el patriarcado del salario. La exclusión de las mujeres del salario otorga un inmenso poder de control y disciplina a los varones a la vez que esvaloriza e invisibiliza su trabajo. Esta invisibilización no solo es útil para explotar el gigantesco ámbito de la reproducción de la fuerza de trabajo. Al mismo tiempo, y al igual que la desvalorización de otras muchas figuras (esclavos, colonizados, migrantes), sirve al capitalismo en su principal objetivo: construir un entramado de desigualdades en el cuerpo del proletariado mundial que le permita reproducirse.</p>